Manuel Losa: «El acercamiento a la colectividad gallega fue una necesidad del alma»

Relato de un emigrante: su infancia en Compostela y las carencias de aquel tiempo

s.L.Santiago / La Voz, 12 de agosto de 2024. Actualizado a las 05:00 h. 0

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«Hai un galego na lúa», dice el dicho popular, haciendo referencia a la migración que desperdigó por el mundo a miles de compatriotas. Panaderías, carnicerías y bares eran los negocios en los que destacaban, pues si de algo puede presumir esta tierra es de su excelente gastronomía y vocación de servicio. Manuel Losa Rocha nació en Santiago de Compostela el 1 de julio de 1940, emigró con su familia a Montevideo cuando tenía 13 años. Es escritor, librero, editor, empresario (dueño de Losa Libros) y músico en la Banda de Gaitas Irmandade. Partió del puerto de A Coruña y después de su travesía trasatlántica, que duró 21 días, llegó a la capital uruguaya en el buque Juan de Garay.

«Mi infancia en Compostela fue muy feliz, a pesar de las carencias de aquel tiempo había una riqueza espiritual enorme», recuerda Losa. «El viaje a Montevideo marcó el comienzo de una nueva etapa llena de sorpresas, por suerte viajaba en la compañía de mis padres, mis hermanos y una prima, iba muy acompañado, no como otros que viajaban solos a la misma edad».

Comenzó a trabajar tras once días desde su arribo, se buscó la vida con lo que pudo: en la fábrica Cooper (que recuerda como un hogar por el trato afable que recibió desde que llegó), en una importadora y como vendedor de libros puerta a puerta, actividad que inspiró una de sus obras, El vendedor de libros, que convertiría su pasión en profesión y finalmente lo motivó a montar su propia librería, Losa Libros.

«Al principio no quería saber nada de mi pasado, era tal la angustia que sentía por el alejamiento de mi querida Galicia y, sabiendo que ya no podría volver más, lo que yo prefería era olvidar. Eso fue un error, pero así lo sentía. Al escuchar los versos de Rosalía de Castro en la emisión de Sempre en Galicia, que se emite hasta el día de hoy, exploté en sollozos», confiesa nostálgico.

Manolo, como lo llaman cariñosamente sus amigos, ha escrito varios libros tanto en español como en gallego, la mayoría relatando anécdotas o historias de Galicia y sus emigrantes. Relato dun emigrante. De Santiago de Compostela a Montevideo, Catro historias de emigrantes, Centro Gallego de Montevideo (historia del centro gallego más antiguo del mundo en la diáspora, del cual Losa puede presumir haber integrado su directiva) y Desde el otro lado del mar son algunas de sus obras más destacadas. Muchas de ellas pudo venir a presentarlas y promocionarlas a la tierra que lo vio nacer.

A sus 84 años sigue trabajando en la librería junto con su esposa y su hija, y colabora para mantener viva la cultura gallega en el exterior tocando el bombo en la Banda de Gaitas Irmandade del Centro Social, Cultural y Deportivo de Bolos Valle Miñor de Montevideo. «Con los ensayos y las actuaciones parece que uno sigue viviendo en Galicia», expresa Losa.

Crear comunidad al migrar es parte del instinto, de esta forma es cómo se han creado cientos de asociaciones alrededor del mundo, especialmente en América, continente que ha adoptado a tantos gallegos. Comprometido desde el día uno con la colectividad gallega en la diáspora, Manuel ha colaborado con diferentes centros culturales y sociales, además de la obra más altruista, el Hogar Español de Ancianos de Montevideo. «El acercamiento a la colectividad gallega fue una necesidad del alma, nos estamos buscando siempre, nos sentimos bien si estamos entre nosotros», relata.

Manuel, Manolo, Losa Rocha, es un contador de historias que encontró la forma de vivir en su tierra aún en la distancia. Ejemplo de trabajo, valentía, perseverancia, resiliencia y solidaridad, pudo volver después de 34 años al que describe como su «paraíso abandonado».

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