Un cambio legal abre una vía exprés a la nacionalidad a hijos y nietos de emigrantes

Carlos Punzón
carlos punzón VIGO / LA VOZ

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Cada vez más jóvenes argentinos emigran ante la falta de oportunidades en su país. En la imagen, el aeropuerto de Buenos Aires
Cada vez más jóvenes argentinos emigran ante la falta de oportunidades en su país. En la imagen, el aeropuerto de Buenos Aires Matías Campaya | EFE

Las peticiones de búsqueda de antepasados colapsan ya registros civiles en España

20 oct 2022 . Actualizado a las 08:37 h.

La Ley de Memoria Democrática, que entrará en vigor en cuanto la publique el BOE, abrirá una ventana exprés a la adquisición de la nacionalidad a entre 300.000 y 350.000 descendientes de emigrantes españoles en todo el mundo. Tras haber aprobado el Senado la ley que incluye esa nueva vía de acceso al pasaporte y que estará vigente dos años, prorrogable por un tercero, la expectación se ha disparado entre la diáspora y en especial en Argentina, país que registra la mayor salida de residentes hacia Galicia y el resto de España desde la crisis económica del 2008.

«Se han multiplicado las consultas sobre los trámites para conocer quién se puede beneficiar de la ley de nietos», señala Susana Carbia, responsable de la oficina de la Xunta en Buenos Aires y presidenta del Consejo de Residentes Españoles en la misma capital, utilizando la denominación popular con la que se conoce en Argentina la nueva ley. «Tenemos noticias de que se están colapsando registros civiles en España con peticiones de quienes ahora buscan pistas de sus antepasados», añade Carbia. Ante la profusión de consultas que se registran, consulados de España por medio mundo advierten en sus webs de que aún no atienden peticiones. «Por el momento no se contestará ningún correo electrónico y no se atenderán solicitudes de citas relativas a la ley», avisan los de Rosario y Bogotá, ni tampoco llamadas, como el de Houston.

Ante la avalancha que se intuye vivirán algunas oficinas consulares —la de Buenos Aires estima que recibirá 60.000 peticiones—, el Ministerio de Asuntos Exteriores les ha enviado una circular anunciándoles que se preparen y que mandarán refuerzos a las de mayor representatividad. «En el de Buenos Aires, que es el más grande del mundo, hacen falta 14 personas más», detalla Carbia.

A falta de que el BOE detalle el procedimiento, de las Cortes ha salido como novedad el acceso a la nacionalidad a los hijos que eran mayores de edad cuando alguno de sus padres se acogió a una medida similar entre el 2007 y el 2011, entonces con la Ley de Memoria Histórica. También será posible el pasaporte para los nietos de abuelas que antes de 1978 perdían su condición legal de españolas al casarse con una persona de otro país. Y la ventana exprés reedita la posibilidad de convertirse en español a los nietos de los que entre 1936 y 1955 mantuvieran su pasaporte o se vieron forzados a renunciar a él por motivos políticos.

Juan Manuel de Hoz, descendiente de gallegos y uno de los promotores de la ley de nietos desde el Centro de Descendientes de Españoles Unidos, estima que la mayoría de quienes quieren sondear la posibilidad de conseguir por esa vía la nacionalidad no lo hacen para emigrar. «Barajas no se va a llenar de inmigrantes, no van a llegar barcos a Vigo a tope. No todo el mundo se puede pagar un billete, el traslado de su familia, casa... Nacionalizarse es una opción, para la que estimamos que en Argentina podrán ser aptos unos 90.000 o 100.000 descendientes», apunta, aclarando que el acceso al pasaporte no generará derechos en pensiones o ayudas.

CNN Argentina o Clarín, el diario de mayor tirada del país, se han hecho eco de la reciente información de La Voz de Galicia sobre el récord de inmigración hacia España. Aún reconociendo las cifras registradas, De Hoz estima que la nueva ventana no multiplicará dicho éxodo, «aunque la situación de Argentina es más dramática de lo que representa el volumen de gente que sale. Pero cuando se sale, se quiere hacer con unas mínimas garantías».

«Puede haber un fenómeno contagio y también un afán común al argentino en pensar en un futuro en el exterior, pero creo que la nueva vía de adquisición de la nacionalidad es un derecho y punto. También por si con ello genero algo para mis hijos en el futuro», opina Juan Manuel Gomila, desde la ciudad interior de San Pedro y como vicepresidente de la Federación de Asociaciones Españolas en Argentina. «Hay muchas tipologías de ser español fuera, se deberían estudiar», propone. En su entorno conoce casos de familias enteras dispuestas a emprender ya en España, pero también de hijos de emigrados que regresan. «España y Argentina es un canal open 24», define.

Más de la mitad de la inmigración que recala en Galicia llega desde América

Expertos coinciden en que el idioma incentiva la integración, pero que la «igualdade de dereitos» es clave

c. punzón / m. varela

«Tenemos una cultura semejante, el mismo idioma y se está facilitando la llegada». Son las tres razones que se apuntan desde la Casa de Argentina en A Coruña para argumentar por qué la creciente salida de nacionales que vive su país se dirige fundamentalmente hacia Galicia y España. «España ofrece posibilidades de adaptarte superiores a cualquier otro país, por estructuras sociales semejantes o el mismo idioma, y eso facilita el acceso al empleo», se analiza desde el Consejo de Residentes Españoles de Buenos Aires.

Lo cierto es que más de la mitad de los 108.863 inmigrantes llegados en los últimos 14 años a Galicia lo hicieron procedentes de América. Justo antes de la pandemia llegaron a ser el 67 % del total, y en el 2021, último balance aportado por el Instituto Nacional de Estadística, se situó en un 58 %, dato en el que incide la propia crisis sanitaria y el menor número de vuelos transoceánicos existentes aún hoy y que convierte a los desplazamientos de largo radio en los últimos en recuperarse en el sector aeronáutico.

En el conjunto de España, los americanos representan cada año, de media, el 42 % de las llegadas entre los 6,2 millones de inmigrantes que han recalado en el país desde el 2008. El año pasado se situó en un 43,6, diez puntos menos que justo antes del covid, pero diez más que en el 2014.

Argentina alcanzó el año pasado la cifra más alta (32.933) de personas que se mudaron a España en la serie comparativa que el INE inició en el 2008. Pero lo mismo ocurrió con Chile (7.178), y, ya con otro perfil, con Canadá, que nunca había visto salir a más de 1.600 de sus nacionales hacia España. México también estableció el año pasado su segunda mayor llegada de inmigrantes hacia España en tres lustros, y lo mismo ocurre con Estados Unidos y prácticamente también con Cuba, de donde llegaron el año pasado el doble de personas que el ejercicio precedente.

La integración en Galicia

La última proyección de población del INE apunta a que el actual saldo migratorio, en aumento desde hace varios años, compensará hasta el 2030 la pérdida de población que habría causado la diferencia entre muertes y nacimientos en Galicia. Explica el antropólogo Manuel Mandianes que en este flujo migratorio «hay elementos fundamentales como el habla, la cultura o la religión». «Cuando una persona llega a un país parecido al suyo, tratará de reconstruir su hábitat», continúa, aludiendo a los miles de inmigrantes procedentes de América que buscan aquí sus lazos familiares.

Pero la integración es un concepto «complexo e con moitas facetas», advierte la socióloga Antía Pérez Caramés, profesora de la UDC. «A cuestión cultural é de segunda orde. A integración debe vincularse a estar de igual a igual nos dereitos sociais, políticos ou laborais. Sabendo o idioma é máis fácil, pero os idiomas apréndese», resume la experta en demografía. Pone por caso los problemas que han tenido generaciones de migrantes procedentes de las antiguas colonias de Francia o Reino Unido a estos países. «Compartir idioma ou cultura non garante que haxa boas relacións», advierte.

Procedentes de Europa

Récords de llegadas marcaron también en el 2021 los que salieron de Francia, Alemania, Bélgica, Países Bajos, Irlanda y Suecia. En cambio, una procedencia que antes estaba en el top de la inmigración, la de Rumanía, ya no está entre los mayores aportadores de nuevos residentes. Registró incluso el contingente de llegada más bajo desde la crisis económica anterior, con 15.840 recién llegados frente a los 61.027 de entonces.

Lo mismo ocurre, a menor escala, desde otros puntos de Europa del Este como Bulgaria, cuya inmigración cayó dos tercios, o la de Polonia o Moldavia, reducidas a la mitad, con cifras en las que aún no se incluyen las generadas por la guerra en Ucrania.

África está a un 15 % por debajo de las cifras precovid, con Marruecos a la cabeza del ránking de inmigración hacia España (60.696), puesto que había ya ocupado en el 2008 y que después cedió sucesivamente a Rumanía, Venezuela y Colombia.

Otros focos habituales de inmigrantes a Galicia como Brasil, República Dominicana o Uruguay no han vuelto a alcanzar el ritmo anterior a la crisis del 2008. Venezuela ha frenado su sangría migratoria, bajando un 58 % hacia Galicia respecto al 2018.