Retornar desde Venezuela hasta A Coruña para continuar con un legado en la cocina

Tamara Rivas Núñez
Tamara Rivas A CORUÑA

VENEZUELA

Karina Gesto y su madre, Eva Ramos, con dos propuestas de la carta una de cocina tradicional y otra de la gastronomía venezolana
Karina Gesto y su madre, Eva Ramos, con dos propuestas de la carta una de cocina tradicional y otra de la gastronomía venezolana MIGUEL MIRAMONTES

Su familia gestionó el restaurante de la hermandad gallega, y ahora Karina Gesto y su madre continúan en los fogones, pero en Acrunia, en Vioño

10 abr 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Las circunstancias y dificultades de la vida empujaron a su padre a emigrar, como muchos otros, desde A Coruña hasta Venezuela en busca de un futuro mejor en 1961. Coincidencias de la vida y con una motivación muy similar por las derivas que tomó el país, Karina Gesto y sus progenitores se vieron obligados a realizar el trayecto inverso en el 2018. Entre ambas fechas, 57 años. Más de medio siglo en los que su familia se labró un nombre vinculado a la gastronomía, primero en La Marina, un histórico local del barrio caraqueño de Maripérez, y que ahora pretenden continuar en Acrunia, el negocio en el que se acaba de embarcar a finales de febrero junto a su madre, Eva Ramos, y su pareja, Juan Trashorras, en la zona de Vioño. «La Marina era un restaurante que funcionaba dentro de la hermandad gallega, era el centro social de reunión de todos los emigrantes. No faltaban las clases de pandereta, de baile, de gaita… todo lo que tuviera que ver con la cultura gallega. Todos los que habían emigrado pasaban por allí», recuerda. Esa popularidad labrada a base del buen hacer en los fogones de su abuela y su madre continúa ahora en Acrunia, donde apuestan por un menú del día casero y variado que completan con una carta de tapas y raciones clásicas salpicadas con algunas propuestas venezolanas. «Mi madre es la que está al mando en la cocina. No es por que sea mi mamá, pero puedo asegurar que cocina muy rico», asegura orgullosa.

Uno puede encontrarse entre sus propuestas pulpo, chipirones, caldo, lengua, ternera en salsa, bacalao… «Todo muy gustoso y hecho con mucho mimo. Pero le hemos agregado un toquecito venezolano y también hay tequeños, queso a la plancha, parrillas o unas arepitas de lo más ricas. Tiene gracia que en Caracas venían a disfrutar de nuestra comida para sentirse como en Galicia y ahora hay muchos venezolanos que han retornado y que vienen a Acrunia para no olvidar los sabores de allá y sentirse como que están en La Marina», relata la empresaria.

MIGUEL MIRAMONTES

La especialidad en el restaurante de la hermandad gallega —su familia estuvo al frente de este negocio durante 18 años— eran las parrillas, algo que no dudaron en importar y convertirlo en uno de los reclamos del local que ahora gestionan en Vioño. «Es una carne similar al raxo, pero que se hace en plancha. Allí se hace de pollo, chorizo, ternera… pero la especialidad en Acrunia es un mar y tierra que lleva pollo, ternera, chipirones y gambas. Va con cebollita y pimiento y está gustando mucho», explica sobre un plato con el que espera «conquistar el corazón de los clientes e implantar un poco de la cultura venezolana». Reconoce que emigrar no es algo sencillo y quiere «agradecer a esta ciudad la oportunidad que nos está brindando de volver a empezar».

MIGUEL MIRAMONTES

Visitas ilustres

Además de emigrantes llegados de todas partes de Galicia, por La Marina pasaron todo tipo de visitantes ilustres. «Rafael, Manuel Fraga, el expresidente Zapatero, Melendi, Manuel Carrasco…, pero quizá la que recuerdo con más cariño fue la del Deportivo. El local era la sede de la peña deportivista de Venezuela y mi padre era el presidente. El Dépor fue a jugar un amistoso a Caracas y estuvimos con toda la plantilla», recuerda. Con décadas y kilómetros de diferencia, hace unos días recibieron en Acrunia a un histórico del Dépor, Fran, el eterno capitán blanquiazul.