Pesimismo en la nueva Casa de Galicia de Montevideo para conservar el panteón

La necrópolis, otro de los símbolos de la colectividad gallega en Uruguay pasará a ser gestionada por el municipio

redacción / la voz, 08 de septiembre de 2022. Actualizado a las 05:00 h. 0

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En el cementerio del Norte de Montevideo se alza otro de los símbolos de la colectividad gallega en la capital de Uruguay: el panteón de la Casa de Galicia en el que reposan, entre otros muchos, los fundadores de una de las instituciones que más relevancia tuvo en la diáspora gallega. Hoy en día, la Casa de Galicia es un recuerdo porque las deudas obligaron a su liquidación y la mayor parte de su patrimonio está siendo gestionada por el Gobierno de ese país para paliar esa deuda. En el limbo de ese proceso se ha quedado el panteón que pronto pasará a ser responsabilidad de las autoridades municipales de Montevideo.

«Esta semana vamos a tener una reunión con los socios de la nueva Casa de Galicia —explica Jose Antelo, uno de los directivos de este colectivo— para ver si reunimos las cantidades suficientes para mantener el panteón en nuestro poder, pero lo veo francamente difícil». El grupo calcula que serían necesarios unos 15.000 euros para su arreglo y contar con una dotación mensual de 2.500 euros para el mantenimiento. «Si llegamos a los mil socios, sería posible» afirma Antelo. Pero al mismo tiempo señala que la dinámica que ha supuesto la liquidación de la vieja institución convierte casi en utópica la idea de recuperar la masa social de la Casa de Galicia.

La mayor parte de los socios tenían la prestación médica a través de su cuota ya que la propia Casa de Galicia de Montevideo era una de las principales mutuas médicas del país. Precisamente ese servicio fue el que profundizó su debacle económico que acabó revirtiendo en su disolución.

 

Insuficiente apoyo

Los socios han sido redistribuidos en otras mutuas de manera que difícilmente estarían interesados en participar de una asociación que ya no les aporta ningún servicio médico. Los gestores de la nueva entidad, básicamente con carácter cultural, calculan que podrían reunir en torno a los trescientos asociados, una cantidad insuficiente para mantener el panteón. De ahí que hayan pedido ayuda a la Xunta de Galicia. En ese sentido, la Secretaría Xeral de Emigración señala que está en contacto con la nueva asociación para colaborar «coas accións que leve a cabo no desenvolvemento dos seus fins sociais», pero recuerda que son las autoridades de Uruguay las que tienen la competencia sobre la gestión de ese panteón.

Algunas fuentes señalan que es una trabajadora, ya sin vinculación contractual con la Casa de Galicia, pero cobrando el desempleo, la que está ayudando a las personas que en su día pagaron la cuota y ahora no saben a quién acudir para afrontar los servicios funerarios que creían ya cubiertos tras años sufragando el servicio.

Unas macabras imágenes escandalizan a la comunidad de emigrantes en Uruguay

En los últimos días ha circulado por la comunidad de emigrantes gallegos en Uruguay unas imágenes espeluznantes tomadas aparentemente en el panteón de la Casa de Galicia, concretamente en el depósito donde reposan los ataúdes retirados de los nichos y que se encuentran, según los responsables de la necrópolis, en «proceso de reducción». Es decir, pendientes de que los restos sean incinerados o depositados en un osario para liberar los nichos.

Las imágenes muestran decenas de ataúdes apilados en un estado lamentable y, al menos en un caso, se aprecia lo que parecen restos humanos. De acuerdo con algunas fuentes, las imágenes fueron tomadas violentando la puerta del depósito y, de hecho, su autor habría sido ya denunciado e identificado. En cualquier caso, el vídeo, colgado en la red Tik-Tok, no deja lugar a dudas sobre el lamentable estado de gestión de este depósito.

Fuentes consultadas confirman que la gestión de estos restos sufre constantes retrasos, no solo en lo que tiene que ver con el panteón de la Casa de Galicia, sino también con otros panteones. Sin embargo, en el caso de la institución fundada por los emigrantes gallegos, la situación se ha agravado sustancialmente ya que la propia Casa de Galicia ha dejado de existir y los empleados que gestionaban ese servicio, ya no están contratados. A ello hay que añadir el deterioro de una parte de la infraestructura del panteón, singularmente una bomba que achicaba el agua de lluvia y que, tras su avería, no ha podido evitar inundaciones en el depósito.

Las imágenes han provocado el rechazo de una parte importante de la comunidad de gallegos en Uruguay que han podido verlas, aunque otras fuentes señalan que este «proceso de reducción» lleva en ocasiones a situaciones similares y que el retraso en la gestión de estos ataúdes no es exclusivo de la Casa de Galicia. Recuerdan además, que las imágenes fueron tomadas en una zona cerrada al público y que, para su grabación, tuvo que ser violentada la puerta del depósito.

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