Un emigrante larachés fue uno de los grandes editores de la historia de Uruguay

El Concello recupera la figura de Antonio Barreiro, natural de Vilaño. Un experto dará una charla

carballo / lavoz, 09 de octubre de 2019. Actualizado a las 05:00 h. 0

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«Barreiro y Ramos se convirtió en un empresario que manejó la edición, la publicación y la comercialización de libros en Montevideo, al mismo tiempo que logró consolidar una importante red de intelectuales que le valió ser considerado uno de los empresarios más destacados de la época, llevándolo incluso a participar en el directorio del Banco de la República». Son palabras de Leonardo Guedes Marrero, investigador de la Universidad de la República, en Montevideo, la capital de Uruguay, sobre la obra de Antonio Barreiro y Ramos, un larachés que emigró de muy joven a Sudamérica e hizo fortuna, no solo económica, sino social, cultural e intelectual.

El Concello larachés está dispuesto a rescatarla, o más bien a darla a conocer en su lugar de origen, pues al otro lado del Atlántico es más notoria. Para ello, está programada una charla, a mediados del próximo mes, del propio Guedes Marrero, de visita en España. De este modo, A Laracha va poco a poco identificando los trabajos personas nacidas en el municipio y que destacaron en su vida americana, como el actor Enrique Muíño o el historiador franciscano Lino Gómez Canedo.

Barreiro era natural del lugar de Fragunde, en la parroquia de Vilaño. La casa natal está en ruinas, y como familiar aún tiene, al menos, un sobrino bisnieto.

Porque la vida de Barreiro queda ya muy lejos. Nació en 1851 y llegó a Montevideo en 1867. Comenzó a trabajar a su llegada en la librería Real y Prado, una de las más prestigiosas de la capital, relata Guedes en sus apuntes biográficos. Desde ahí comenzaron sus contactos con los sectores intelectuales de la ciudad, además de formarse en un sector en el que más tarde brillaría

El gran salto

Más datos: «En 1871, Barreiro, como muchos otros inmigrantes españoles, pasó de una relación de dependencia laboral a trabajar por su propia cuenta abriendo su propio negocio: la Librería Nacional, un pequeño establecimiento de venta de libros al que años más tarde le sumaría un sector dedicado a la edición. Barreiro y Ramos, ya convertido en empresario encontró en el bum de la producción de textos escolares, impulsada por la Reforma educativa que vivía el país, la oportunidad para que su negocio no fuera únicamente la venta de libros sino también su edición». Llegó a publicar textos sobre nuevos recursos para aplicar en el medio educativo.

Pero, además, el momento histórico le fue propicio y lo aprovechó. En un país aún joven, llegaban oleadas emigrantes y se fraguaba el sentimiento nacional, lo que propició la circulación de textos. Barreiro tomó nota e instaló talleres gráficos para editar, publicar y comercializar numerosos textos.

Una tertulia intelectual con su nombre

El investigador uruguayo señala: «La figura de Barreiro y Ramos y su negocio cobraron relevancia en el ámbito intelectual, convirtiéndose nada más y nada menos que en editor del historiador

Francisco Bauzá, del poeta Juan Zorrilla de San Martín y del jurista Justino Jiménez de Aréchaga, los tres figuras notables de la intelectualidad nacional. En la década de 1890, Barreiros comenzó a publicar Biblioteca Popular de Historia Nacional, una colección de libros no muy extensos y accesibles con el objetivo de hacer llegar las obras históricas a todos los sectores sociales, como por ejemplo Las grandes batallas (1893), de Orestes Araujo, un texto que, desde una construcción épica de la Batalla de Sarandí, intentaba contribuir a la construcción de una identidad nacional».

Considera que en este proyecto se refleja más su contribución a la promoción de las redes intelectuales que trabajaban en la construcción de una identidad nacional para un país que llevaba con muy pocos años con su primera Constitución, de 1830.

Fue en esta época cuando se desarrolló la llamada «tertulia de Barreiro», agrupación integrada por diversos intelectuales y políticos de la época en la que «se generaban importantes intercambios y debates sobre la realidad nacional del momento».

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