«Pagué 200 libras por la PCR para venir de Londres, y en Madrid ni la miraron»

Lucía Rey
lucía rey BURELA / LA VOZ

REINO UNIDO

Jennifer Otero viajó la pasada Navidad a España para pasar unos días con su familia y sus amigos en Burela
Jennifer Otero viajó la pasada Navidad a España para pasar unos días con su familia y sus amigos en Burela

Jennifer Otero Fraga, psicóloga de Burela asentada en el Reino Unido desde hace ocho años, destaca que el Brexit y el covid-19 han complicado «muchísimo los viajes»

13 ene 2021 . Actualizado a las 13:39 h.

La salida del Reino Unido de la Unión Europea y el coronavirus están dando forma a una tormenta perfecta en la que nada volverá a ser como antes para, por ejemplo, los mariñanos que quieran emigrar por primera vez al país británico. Es una realidad que constata en su día a día Jennifer Otero Fraga, psicóloga natural de Burela que lleva ocho años afincada en Londres, a donde llegó para trabajar como camarera y donde hoy dirige su propia consultora especializada en recursos humanos.

«Tengo mi empresa de reclutamiento y selección de personal, pero trabajo con clientes de fuera de Europa y de momento no he tenido ningún problema con este tema. Además, como ya llevo bastante tiempo allá, me dieron la ciudadanía permanente. Si tú llevas tiempo allí pagando impuestos, creo que no vas a tener ningún problema», explica la profesional mariñana, que añade: «Lo que tengo entendido es que la gente que quiera venir a partir de ahora sí va a tener que rellenar una solicitud de visa». «No sé si va a ser tran agresiva como la de Australia, pero la circulación sí va a ser completamente distinta para quien quiera ir al Reino Unido», completa. El pasaporte volverá a ser imprescindible.

La incertidumbre a nivel económico en este momento es tal que, según comenta, un buen número de empresas británicas que trabajan en Europa han optado por trasladar sus oficinas centrales a países como Irlanda para tener los mismos gastos de importación y exportación, así como los mismos impuestos que la Unión Europea. «Incluso hay gente que ha ido a aplicar por la nacionalidad irlandesa», comenta Otero, cuya empresa se encarga de seleccionar por casi todo el planeta trabajadores para empresas de sectores como la minería, la construcción o las energías renovables.

Casi no hay vuelos directos

El coronavirus es la gota que ha colmado el vaso. «Se juntó todo, el Brexit y el covid, y eso ha complicado muchísimo los viajes», detalla la joven, que cuenta la experiencia casi surrealista que vivió la pasada Navidad para volver a casa unos días. «Los vuelos ya no son directos; normalmente tienes que hacer escala, y cuando me vine desde Londres para España tuve que pagar un montón de dinero, alrededor de 200 libras [más de 220 euros] para hacerme la PCR. Lo peor fue que llegué al aeropuerto de Madrid y ni la miraron. Miraron un código, pero ni me pidieron los resultados», agrega. «Tú solo firmas una declaración en la que dices que eres negativo y ya está. Aluciné muchísimo», expone. A este respecto, confiesa que le causa «pena ver cómo está todo en España», especialmente la «tristeza» de la gente por la calle.

«Creo que están creando miedo y frustación para que la gente se rinda, para que no siga avanzando»

Contrasta este bajón con la «alegría» que, según percibió ella, se vivió en el Reino Unido en los primeros compases de la pandemia. «En la primera cuarentena, en el Reino Unido la gente salía a la calle feliz porque allí la cultura anglosajona es de ‘trabajar, trabajar y trabar'. Y como que con el coronavirus la gente cambió un poco la forma de pensar y empezó a mirar más por la familia. Veías a la gente contenta porque estaba descansando por primera vez y pasando tiempo con la familia».

«Vuelvo el miércoles [por mañana], espero que no me cancelen el vuelo, pero tengo entendido que la situación por el coronavirus está muy mal. Muchos amigos españoles se han vuelto a casa, sobre todo los que trabajaban en la hostelería. No han aguantado. Y me da pena porque no sé muy bien para dónde va a emigrar la gente», reflexiona.