María Mato: «En Estados Unidos, el reto educativo también es el acceso a la tecnología»

emma araújo SANTIAGO / LA VOZ

ESTADOS UNIDOS

La santiaguesa fue reconocida en el 2018 como mejor docente extranjera de Kentucky

04 may 2020 . Actualizado a las 11:57 h.

A María Mato le picó el gusanillo de cruzar el charco para trabajar como docente en Estados Unidos el año 2005 y se quedó tres años. No se curó del todo y regresó en el 2016. Allí sigue, de nuevo en el estado de Kentucky, como profesora de Ciencias y Matemáticas para alumnos de primaria dando clases en castellano, ya que el centro en el que trabaja, Maxwell Elementary School, tiene un programa de inmersión educativa, por lo que el 50 % de las clases se imparten en inglés y el resto en la lengua de Cervantes, con la que ella ha conseguido atrapar a su alumnado.

Su trabajo en esta escuela y su capacidad de adaptación e innovación se vieron reconocidas en el 2018 con el premio a la mejor docente extranjera del estado, que le concedió la Kentucky World Language Association.

Este curso da clase de cuarto de primaria en dos aulas, una de 22 escolares y otra de 19, con las que el uso de las nuevas tecnologías es una herramienta básica para Mato. Lo fue desde siempre, y ahora, con Kentucky confinado, «aunque aquí sí podemos salir», su forma de acercarse al alumnado la ayuda especialmente en estos días convulsos.

La docencia de Estados Unidos es muy distinta a la de España, pero, en plena pandemia por coronavirus, María Mato señala que tienen un mal común, especialmente grave en estos tiempos, la desigualdad en el acceso a la tecnología. «También aquí, el mayor reto, que ahora es más difícil, es el acceso a la tecnología, que llegue a todas las familias por igual, ya que este sistema requiere mucho apoyo familiar. Y para eso influye su situación y el conocimiento previo. Hay alumnado que tiene medios, por lo que puede dedicarle más tiempo», afirma.

Atraer la atención de las clases es la tarea de los docentes, un campo en el que, resalta, están aprendiendo cómo comunicarse, «porque también estamos pez, ya que todos tuvimos que acomodarnos al uso de la tecnología en un abrir y cerrar de ojos».

Pese a todo, considera que este problema no es tan complicado como romper la brecha tecnológica, ya que, a su juicio, «la motivación y la implicación se puede conseguir de forma mas fácil que superar la brecha de la accesibilidad. El resto se puede alcanzar con bastante trabajo, pero el gran problema es acceder a los medios, también a ordenadores que tengan recursos para usar las aplicaciones que necesitan». Por este motivo es contraria a un sistema de evaluación para este curso porque cree que «juzgar al estudiante que no tiene medios ni oportunidades es muy injusto, no me parece un buen reflejo educativo».

María Mato afronta el confinamiento lejos de su familia compostelana y para sobrellevarlo también tira de tecnología, lo que no evita que tanta comunicación on line la agote: «Muchos días, llego a un punto que me digo, no sigas, porque, aparte de ser el único sistema que ahora tengo para trabajar, también lo es para comunicarme para hablar con la gente de mi casa. Y satura».

Desde que vive en Kentucky acostumbra a viajar a Santiago cada verano y en diciembre. Pero tal y como están la cosa está difícil que vea pronto a su familia sin que medie una pantalla de ordenador. «Me temo que este año me va a tocar pasar el verano aquí. No me hace mucha gracia quedarme en Kentucky porque aquí el clima es muy caluroso y húmedo, pero toca esperar, y es lo que haremos». Como buena compostelana responde con un «¡sería estupendo!» tras conocer la iniciativa de que su ciudad celebre de una forma más especial el 31 de diciembre para compensar un 25 de julio que pinta sin fiesta.