Ingeniería gallega para el primer puente sobre el río Gambia

Pablo González
pablo gonzález REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONALIZACIÓN

La empresa de Ordes Madonu llevó el peso de la estructura del nuevo paso fluvial, de 1,8 kilómetros de longitud

24 ene 2019 . Actualizado a las 09:49 h.

Una empresa gallega está detrás del histórico acontecimiento de la inauguración del primer puente sobre el río Gambia, que servirá para unir el país gambiano con Senegal, dos territorios que comparten lengua y cultura. Se trata de la compañía de Ordes Construcciones Madonu, que fue contratada por la unión de empresas que logró el contrato: la española Isolux -que se retiraría del proyecto- y Arezki, de origen libanés pero radicada en Senegal. Para esta subcontrata se tuvo en cuenta la experiencia de esta empresa en la construcción de viaductos y puentes, de los que hay buenos ejemplos en la red de alta velocidad en Galicia, pero también en el resto de España. Carlos Viqueira, gerente de esta firma especializada también en revestimiento de túneles, recuerda que cuando empezaron la obra, hace dos años, «el país estaba en pleno golpe de Estado, con el Ejército de Senegal entrando por la frontera para intervenir». El presidente Yahya Jammeh se negaba a abandonar el poder tras perder las elecciones.

El puente une Senegal con Gambia en unos de los puntos más estrechos del río
El puente une Senegal con Gambia en unos de los puntos más estrechos del río EMILIE IOB | AFP

Una vez superada la crisis política pudieron seguir con los trabajos, en una obra crucial para la comunicación de África Occidental y que forma parte del corredor entre Dakar (Senegal) y Lagos (Nigeria), que unirá once países. «Antes la situación era caótica y la comunicación entre Gambia y Senegal, muy compleja. Había unas colas tremendas para coger los ferris, y en algunos casos había que esperar hasta una semana para cruzar a la otra orilla o dar un gran rodeo por el interior del país», explica el responsable de Madonu desde otra obra que desarrolla en Panamá.

El segundo por la derecha, Carlos Viqueira, gerente de Madonu
El segundo por la derecha, Carlos Viqueira, gerente de Madonu

El puente, bautizado como Farafenni, tiene 1,8 kilómetros de longitud y se realizó con carros de voladizo, empezando desde cada orilla y uniendo el tablero en el centro. «Podríamos haber terminado el puente en menos de dos años, pero en África hay muchas dificultades, sobre todo en caso de averías o si necesitas repuestos. Todo eso va más lento», explica Viqueira.

La empresa gallega empezó utilizando su propia mano de obra al principio, pero poco a poco fueron incorporando a trabajadores de la zona, en el que ya es uno de los puentes más largos de África Occidental. Se planteó hace 40 años y se hizo realidad el lunes. Sus usuarios deberán pagar un peaje.