José Martínez Coronel, declarado prófugo en su reemplazo, acabó siendo condecorado con la Cruz de San Fernando por su heroísmo
26 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.El año 1898 fue uno de los más adversos de la historia reciente española. En julio, Cuba sale definitivamente de su dominio tras años de guerras. El 10 de diciembre España firma su renuncia a la soberanía sobre Cuba y entrega Puerto Rico, Filipinas y la isla de Guam, que quedan bajo la tutela de Estados Unidos. Era el fin del imperio de ultramar español y marca una clara significación de final de época. Monforte fue testigo de estos años funestos por los hijos de estas tierras que allí dejaron sus vidas.
Se asistía por aquel entonces en la estación de ferrocarril monfortina a la llegada de trenes-hospital procedentes de Vigo y A Coruña con soldados heridos, muchas veces en estado lamentable. En ocasiones eran mandos militares relevantes retornados de Cuba quienes, tras detenerse el tren en nuestra estación, comentaban experiencias que habían vivido. Crónicas locales de la época recogen el testimonio del general Encario, en septiembre de 1898, entrevistado a pie de andén.
Muchos regresaron gravemente enfermos y fallecerían tiempo después. Los que tuvieron fortuna y sobrevivieron a esta guerra o bien siguieron su carrera militar o bien optaron por su pase a la actividad civil. Sin ser naturales de Monforte, tras su vuelta de Cuba, algunos tuvieron estancia militar en esta localidad destinados en la Caja de Reclutas o el Batallón Reserva aquí establecido. A continuación se citan monfortinos y militares destinados en esta plaza que estuvieron entre los últimos de Cuba y Filipinas.
Joaquín Arechaga Casanova. Nació en Monforte en 1870. Acaba las oposiciones a médicos de sanidad militar en el año 1895, en A Coruña. Ingresa en el batallón de Luzón, destinado posteriormente en Filipinas. Allí nace al menos uno de sus hijos Francisco Arechaga Vázquez, que con el tiempo fue oftalmólogo y alcalde de Monforte. Joaquín llegó a ser un afamado médico cirujano y comandante médico de Sanidad Militar. Casado con Ermelinda Vázquez Armesto, sus hijos fueron Enrique, Isabel, y Francisco Arechaga Vázquez
José Martínez Coronel. Fue un soldado alistado por Monforte y destinado en Cuba tras ser declarado prófugo, por no presentarse en el reemplazo de 1887 ni en la revisión de 1888. Las crónicas de la época afirman que era un joven muy conocido en la ciudad al ejercer de zagal en los coches que conducían a los pasajeros desde la estación ferroviaria a la población o viceversa. Martínez Coronel fue condecorado con la cruz laureada de San Fernando, perteneciendo al regimiento de Baleares destinado en Cuba, cuando fue el primero en asaltar el puesto construido por los que se habían levantado contra la autoridad española a cuya cabeza estaba Cacarajicara.
Serafín Campos Méndez. Destinado en Filipinas con el grado de sargento primero de infantería, en septiembre de 1889 regresa a España de Filipinas y fija su residencia en Quiroga. En el año 1893 estaba destinado al Batallón Reserva de Monforte, desde donde es destinado ahora a servir a Cuba. Se cuenta que tuvo un heroico enfrentamiento en suelo cubano en el último año de permanencia española en la isla. Fallecieron sus catorce hombres y a él lo dieron por muerto. En una crónica se cuenta que recibiera catorce machetazos.
Gaspar Quiroga y Dorado. Médico militar monfortino, había servido en varias ocasiones como tal en Cuba. En el sorteo del año 1895 le toca como médico primero del batallón de Murcia, de guarnición en Vigo. Anteriormente, ya había servido durante diez años en el ejército español destinado en Cuba.
Daniel Ledo Rodríguez. Médico militar nacido en Monforte, consigue la titulación en el año 1890. En 1896 adquiere un puesto de médico de Sanidad Militar. En noviembre de ese mismo año, pide traslado voluntario a Filipinas. En el año 1922 era ya comandante médico. Al fallecer en 1950 ostentaba el grado militar de teniente coronel médico.
José Darriba Macías. Monfortino, fue cabo del primer batallón de Luzón. Retornó de Cuba en octubre de 1898 con cinco heridas de cascos de metralla en la cabeza y cara.
Marcelino Fernández Rodríguez. Era un veterano de la denominada guerra de los Diez Años de Cuba 1868-1878). Fue ascendido a comandante en el año 1896, cuando era capitán de la Zona Militar de Monforte, donde ejercía de juez instructor. Retirado en 1910, en ocasiones, como en el año 1913, se le menciona como fiscal del Juzgado Municipal. Fue un vecino destacado en la vida social monfortina y estuvo vinculado a la sociedad El Casino. Su esposa, Dolores Cullés, regentaba un establecimiento en el Cardenal dedicado a administración de loterías, estanco y librería.
Nicolás Abeleira Rombo. Teniente de primera, de la zona de Quiroga, al que se le expide pasaporte para la península en 1894. Destinado en la Caja de Reclutas y Batallón Reserva de Monforte, en calidad de capitán de esta zona, se le concede pase a Cuba en abril del año 1898..
Guillermo Gómez Colón Salazar. Su padre, fallecido en 1890, era teniente coronel, igualmente destinado en Cuba. En el año 1889, Guillermo ostenta el grado de alférez destinado en Cuba, ascendiendo a teniente al año siguiente. Regresa de Cuba como capitán en noviembre del año 1898 y es destinado a la Zona de Reclutamiento de Monforte de Lemos, de plantilla. Ejerce como Juez Instructor en los años siguientes y fallece en 1905.
José Grandal Ramos. En el año 1894 es ascendido a capitán de la Guardia civil. Destinado a Cuba en agosto del año 1895, fue considerado un héroe de guerra. Era un visitante asiduo de Monforte, donde su hermano Eduardo Grandal regentaba la fonda y café-bar La Unión. Eduardo pertenecía desde comienzos de 1903 al comité republicano monfortino en la condición de vocal.
Vicente Muñoz Peña. Teniente segundo destinado a Monforte en noviembre de 1898. Su esposa era Isabel Blasco Páez. Había regresado de Cuba en octubre de ese año y fallece en febrero de 1899.
Gumersindo Rivera Vergara. Recluta de la zona militar de Monforte que solicita trasladar su residencia a Santiago de Cuba en 1892. Ya ascendido a cabo, es repatriado junto con otros combatientes en agosto de 1898, falleciendo durante la travesía junto a otros cien compañeros por las enfermedades contraídas.
Saturnino San Miguel Incógnito. Otro recluta de la zona militar de Monforte que solicita el traslado a Santiago de Cuba en 1892. Acabada la guerra y pasados los años, llegó a tener establecimiento abierto en la isla. Se convierte en un próspero comerciante, residiendo en Santa Clara, La Habana, a principios del XX. Sus hermanos Froilán, Ramón o Francisco San Miguel Incógnito, también fueron soldados, destinados igualmente en Cuba, luego avecindados en A Coruña.
José Díaz Mazoy. Regresa de Cuba en noviembre de 1898, Ascendido a capitán, con licencia en la VIII Región Militar, es destinado a la Zona Militar de Monforte. Se casa en el año 1903 con Sara Ledo Rodríguez. En 1918 aparece con el grado de teniente coronel de la Guardia Civil con destino en A Coruña. Ese mismo año pasa a la Reserva. Fallece en 1933.
José Zurdo Fuentes. En el año 1883, por sus servicios en Cuba, lo ascienden a capitán. Había llegado de la isla caribeña en 1894 y fue destinado al batallón Reserva de Canarias. Asciende a comandante de Infantería en 1897, cuando servía en el Regimiento Reserva de Monforte, donde era juez instructor. Fallece en Monforte en noviembre de 1900.
Domingo Castro Camarena. Hijo del gallego José Castro Castelo de quien aprendió el oficio de cantero. Su madre era Brasa Camarena. Fue uno de los famosos héroes conocidos por los últimos de Filipinas. Su esposa era Dolores Rodríguez López natural de San Vitorio de Ribas de Miño. Su hijo se llamaba Tomás Castro Rodríguez. Domingo se alista en el año 1897. En 1899 llega a España y en septiembre de 1904 se traslada a Monforte desde Madrid. Destinado con posterioridad en Algeciras, problemas de salud hacen que pase a Lugo. Fue alternando servicios en Lugo, Ribadeo y Monforte . De diciembre de 1921 hasta julio de 1922 destinado en Navarra como agregado de la Comandancia. En 1931 se jubila contando 54 años de edad. Fallece en el año 1944.
De todo el sur de Lugo
A esa lista se podrían añadir los nombres de los mandos militares destinados en Monforte a su regreso Luis Domínguez Golas, Abelardo Macías, José Conde Miranda, Antonio Fernández, Francisco López Lago, Manuel Losada Guitián, Manuel Losada Prieto, Abelardo Macías y Simón Pérez Díaz, o el del soldado natural de Ver, en Bóveda, Venancio González Escontrela.
Muchos de los fallecidos eran de otros puntos de la comarca. Por citar solo algunos, Evaristo González Pérez e Ildefonso Rodríguez Vázquez, ambos de la parroquia de Proendos, en Sober; Antero Leal, de Sabadelle, en Chantada; o Antonio Rodríguez Dacal, de Quinta de Lor, y Gabriel Carballo Pacín, de Montefurado, en Quiroga.
Dámaso Sánchez Incógnito, también de Quinta de Lor, tuvo mayor fortuna. Fue de los que retornaron a su tierra enfermos, destinados a la Reserva de Monforte, y que lograron sobrevivir. La misma suerte corrieron, entre otros muchos, Juan González Fernández, de Santo Adrián, en A Pobra do Brollón, o Pedro Pedrido Carnero, de San Román de Acedre, en Pantón.