Fue el 6 de marzo de 1928 en La Habana; atrás quedaban Lugo y A Mariña
07 sep 2022 . Actualizado a las 13:04 h.El día que habría de torcer los planes del dictador Gerardo Machado, los habaneros se despertaron con una macabra noticia. La prensa del 6 de marzo de 1928 daba cuenta de una denuncia que el pescador Ángel Prado Pérez presentara el día anterior en la Capitanía del Puerto de La Habana. Decía así: «En la mañana de hoy, cuando pescaba a unas cinco millas del Morro, capturé un tiburón y lo llevé a la playita de la Antigua Maestranza, frente a la calle de Cuba y Cuarteles, en donde procedí a abrirlo y encontré en su vientre un miembro humano».
La noticia conmocionó a la ciudad y Aurora Latas Lafuente -nacida en Lugo en 1890- sintió un pálpito. Algo le susurró en su interior que aquel órgano humano era de su marido, Claudio Bouzón Servides. Había sido detenido por la policía el sábado 14 de enero, en la calle Galiano, cuando pegaba carteles que mostraban al mandatario cubano como un perro que el Tío Sam llevaba atado por una cadena. Los pasquines lo tildaban de lacayo del imperialismo y se oponían a la que fue primera visita de un presidente de los Estados Unidos, Calvin Coolidge, a Cuba para participar en la VI Conferencia Panamericana. Tras su detención, Bouzón, militante del Partido Comunista, fue llevado a la Fortaleza de La Cabaña y no se volvió a saber de él.
Un brazo, una camisa, unos gemelos Aurora, que acababa de parir a su hija, Rosa, se fió de su instinto. Y acertó. Llevaba meses denunciando su desaparición, visitando hospitales y comisarías, preguntando en la calle por su esposo. Quiso contratar a un abogado pero nadie se atrevió a exponerse en un momento en que el país vivía bajo una ola de terror. Así que, rauda y decidida, se presentó en el reconocimiento judicial del hallazgo y certificó su presagio: lo que quedaba del brazo sacado del escualo, de la camisa que lo cubría y de unos gemelos que llevaba, eran de su marido.
El escándalo fue enorme y el principio del fin del machadato. Bouzón fuera torturado hasta morir bajo la falsa acusación de que él y su compañero Noske Yalob -un emigrante ruso-judío, también detenido- iban atentar contra Machado y Coolidge. Sus cadáveres, por orden del dictador, fueron tirados al mar, en medio de la bahía habanera, atados a un lingote de hierro para que no quedara rastro del crimen.
De nada sirvió que aquel mismo día el tirano prohibiera pescar tiburones en la ensenada ni que ese año fuera reelegido de modo fraudulento. Nada frenó la indignación popular. Machado presidió Cuba de 1925 a 1933. Llegó con gran popularidad y apoyo pero en 1928 cambió la Constitución para perpetuarse en el poder, coartó las libertades e instauró una dictadura. Era admirador confeso de Mussolini y creó cuerpos paramilitares, amparados por el Estado, que eliminaron o expulsaron a sus opositores. Resistió por la fuerza pero perdió el aprecio. Fue finalmente obligado a dimitir en 1933.
La dictadura de Machado asesinó al barreirense Iglesias Otero y expulsó de Cuba a nueve mariñanos
En el período de Gobierno de Gerardo Machado, más de mil sindicalistas ?en su mayoría, anarquistas- fueron expulsados de Cuba por su oposición al régimen.
En A Mariña circuló el rumor ?desde finales de los años cincuenta- de que un conocido empresario de un concello del interior había sido guardaespaldas de Machado.
Rumor no documentado, por el momento, a pesar de los notables estudios y trabajos de Eliseo Fernández, Xosé de Cora o Pérez Leira, entre otros, sobre el machadato.
Los mariñanos expulsados de Cuba por su acción política y sindical, antes y durante el Gobierno de Machado ?como ya se relató en esta serie- fueron nueve. De Viveiro, Ramón Oroza Rubal, panadero. De Ourol, José Pernas Martínez. De Barreiros, Antonio Iglesias García. De Santa Cruz de O Valadouro, Eduardo Eijo Goas. De Vilanova de Lourenzá, David Díaz Rodríguez. De Xove, José Meitín Aguiar. De Ribadeo, Luis Barcia. Y de Foz, dos emigrantes: Manuel Camba Costa, O Bernizador, promotor de la creación de fuerzas de izquierda en la villa, represaliado tras el 36 y exiliado en Brasil tras la caída de Enriqueta Otero y la dirección del PCE de Lugo en 1947; y José Antonio Vázquez Bouzas que formó parte en 1924 del grupo de 42 anarquistas armados que, al mando de Bonifacio Mazarredo, atravesaron la frontera desde San Juan de Luz hacia Vera de Bidasoa para realizar una asonada contra la Dictadura de Primo de Rivera.
El régimen de Machado dio muerte a otro mariñano: José Iglesias Otero, de 67 años, natural de Barreiros, asesinado en Artemisa el 24 de mayo del año 1932 junto al maestro Liberato Domingo Azcuy, alcalde de La Palma.
Los bailes del Centro Gallego, la Artística y Las Riberas del Eo
Claudio era hijo de Rosa, una campesina de Pontevedra que tuvo tres hijos que llevaban su mismo apellido, Bouzón Servides. Nació en 1888 y en 1906 emigró a Cuba con su madre y su hermano Alejo, mientras su hermana Felipa quedaba con un familiar. Se asentaron en La Coloma (Pinar del Río) donde Claudio trabajó como carpintero y barnizador. Tras unos años, él y su madre marcharon a La Habana.
Allí, en los bailes del Centro Gallego, conoció a Aurora. A los dos les gustaba danzar y cantar y, con otros emigrantes, fundaron un 23 de septiembre de 1919 la Sociedad Artística Gallega para fomentar la música, el baile, el teatro.
Claudio Bouzón fue, según el libro de actas, el socio-fundador número 1. Nunca quiso ocupar cargos directivos y el primer presidente fue el médico, periodista y escritor coruñés Luis E. Rey. La sociedad resultó trascendente para la colonia y para Cuba pues allí trabajaron gentes como Adolfo V. Calveiro, Iglesias Surribas, Gonzalo Roig o Alvarez Lueiro y se formaron artistas gallegos tan famosos como Minin Bujones, Jesús Alvariño, Aurora Pita, Charito Sirgo o Idalberto Delgado, entre otros.
Claudio y Aurora se casaron en 1925, el año en que él se afilió al recién nacido Partido Comunista Cubano fundado, entre otros, por el ortigueirés José Rego. Vivían con su madre en la calle San Miguel 79 y él trabajaba en una mueblería y participaba en campañas contra el dictador como la que le llevó finalmente a la muerte.
Tras su desaparición, Aurora y su hija siguieron un tiempo en Cuba. Según su nieto Manuel, ella intentó atentar contra Machado con una pistola pero no logró materializar su intención y fue detenida y expulsada del país en 1932.
Regresó a Galicia donde aún vivía en Lugo su madre, Antonia; su hermano Manuel Latas Lafuente, peluquero, casado con Esperanza Puebla Pumariño, hermana de José Mª, el director-propietario del semanario ribadense Las Riberas del Eo; y sus sobrinos Lolita y Manuel. La hija de Claudio y Aurora, Rosa, murió en 2012, en A Coruña, a los 84 años.
martinfvizoso@gmail.com