Oniel Rodríguez, pintor cubano en Burela: «Los primeros cuadros que vendí son los hechos con café, automáticamente»

y. garcia BURELA/LA VOZ

CUBA

Oniel Rodríguez López pintando
Oniel Rodríguez López pintando

Su exposición «Burela bonita», de acuarelas y acrílicos, continúa abierta en la Casa da Cultura burelense hasta el 4 de abril

31 oct 2023 . Actualizado a las 18:19 h.

El pintor Oniel Rodríguez López (Guanajay, La Habana, Cuba-1986) muestra su destacado talento artístico por primera vez en A Mariña, a través de una exposición en la Sala de Arte de la Casa da Cultura de Burela (en horario de lunes a viernes, de 11.00 a 13.00 y de 18.00 a 20.00 horas), hasta el 4 de abril. En 2019 dejó su tierra natal, acabó primero en Moscú, luego en Grecia y ahora en Galicia, donde lleva siete meses residiendo: «Acabé en España por la posibilidad de regularizarme. En Grecia era más complicado. Mi madre es española, pero vine a Galicia por un amigo en Vilalba, que me ofreció primero su casa. Mi bisabuelo era gallego de Ourense y a mi abuela le decían ‘la gallega'. Soy descendiente de españoles. Sin querer queriendo, paré en Galicia».

—¿Qué dejó allá, en Cuba?

—Un hijo, mis padres y mi obra. Me gradué en 2005 en Artes Plásticas y desde entonces estuve trabajando, dedicándome profesionalmente a la pintura. Dejé mi legado allí, por decirlo de alguna manera, porque en Cuba trabajé muchísimo en el arte, tratando de darme a conocer, con exposiciones... Lo malo que dejé fueron las dificultades que hay en Cuba. No fui directamente a Europa, primero estuve en Moscú, muy poco tiempo. Allí conocí muchos amigos rusos y todos estaban muy agradecidos entonces de lo que Putin había hecho por ellos.

—¿Qué le llamó la atención cuando aterrizó en un país nuevo?

—En Cuba vas a comprar aceite al supermercado y la marca de aceite es la que hay, solamente esa y cuando la hay. En Moscú, y en España también, no sabes qué vas a escoger porque tienes tantas variedades de aceite, te pasas un montón de tiempo decidiendo qué comprar... Al principio eran horas las que pasaba en el supermercado. Alucinaba.

—¿Le impactó el cambio?

—Lo principal es valorar las cosas que ustedes han alcanzado porque a veces no hay una idea de cómo viven otras personas en el mundo. En España tienen muchas cosas que han logrado.

"Del arte sí se puede vivir, aunque no es mi caso en este momento"

—¿Ve factible vivir del arte aquí?

—Del arte sí se puede vivir, aunque no es mi caso en este momento. En Cuba viví mucho tiempo del arte y pese a las dificultades. Incluso conocí artistas que se hicieron millonarios porque su obra creció de forma increíble. No fue mi caso, pero viví del arte en Cuba. Al igual que en Grecia; no me daba para lujos pero por lo menos me daba para pagar las rentas. Aquí tengo un trabajo paralelo, que me está ayudando a llevar las dos cosas a la vez.

La exposición de Burela de Oniel Rodríguez llamada «Burela bonita», de acuarelas y acrílicos, paisajes y escenas burelenses
La exposición de Burela de Oniel Rodríguez llamada «Burela bonita», de acuarelas y acrílicos, paisajes y escenas burelenses

—El talento es algo innato y se ve en sus cuadros. ¿Qué le han comentado a raíz de la muestra?

—Ya venía publicando en las redes, en un grupo en el que me metí de Burela y otro de barcos del Cantábrico. Cada vez que hacía una acuarela, que es básicamente lo que he hecho desde que he llegado aquí, mucha gente me decía de hacer una exposición. Pero nadie me conocía. A través de una amistad, lo logré. A la gente le gusta mi obra porque pinto los lugares o barcos que conocen. Y sobre todo lo que hago con café, porque le resulta algo nuevo. Ya lo hacen otros artistas. Incluso en Cuba conocí un chico que pintaba con tinta de tabaco que él hacía. En Cuba nunca pinté con café pero estando en Grecia, en el primer confinamiento, tenía mucho café en la casa y dije, voy a pintar con el. Estaba recién llegado, no tenía mucho dinero para comprar material, solo tenía algunas cartulinas y pinceles que me había traído. Empecé a experimentar. Y así surgió la idea. Cuando expuse en Grecia, las primeras obras que se vendieron eran las hechas con café y pensé ‘tengo que seguir con esta línea porque gusta mucho'.

Obra de Oniel Rodríguez hecha con café
Obra de Oniel Rodríguez hecha con café ONIEL RODRÍGUEZ

«Igual que en la acuarela, hay que saber lo que vas a hacer en el cuadro»

—¿Cómo es esa técnica?

—Es una variante de la acuarela o más bien de la aguada. Es la manera de pintar con un solo color, monocromático, y echar más o menos agua dependiendo de los valores que quieres lograr. En mi caso, pinto con café instantáneo, y lo que hago es: una vez que lo disuelvo en agua, lo pongo a la candela para que se evapore la mayor cantidad de agua y quede una mezcla más bien pastosa, fuerte, para después suavizarla con agua. Con menos de una cucharada de esa mezcla puedo pintar un cuadro completo.

Obra de Oniel Rodríguez hecha con café
Obra de Oniel Rodríguez hecha con café ONIEL RODRÍGUEZ

—¿Qué es lo más difícil de esa particular técnica pictórica?

—Tienes que dejar el blanco del papel para las tonalidades más claras, es lo difícil de la acuarela y la aguada. Además de eso, pintar con café tiene una característica y es que no puedes pintar muchas veces sobre las capas anteriores porque las levanta.

—La opción de corregir es mínima.

—Exactamente. Igual que en acuarela, no se puede corregir prácticamente nada, tienes que saber lo que vas a hacer.

—¿Qué tiempo medio necesita para hacer un cuadro así?

—Eso también depende de la humedad porque cuanta más haya, cuesta más trabajo. Yo uso secador de pelo para acelerar el proceso y terminar lo antes posible.