El presidente de El Valle de Oro canta a Fidel Castro, secretario de Hijos de A Capela

MARTÍN FERNÁNDEZ VIVEIRO/LA VOZ

CUBA

DAVID F. VILLAR

La sociedad fue fundada en La Habana en 1907 por 29 emigrantes de Alfoz y O Valadouro

08 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El tiempo vino labrando, paciente, sus destrozos. Y hoy, Hijos del Valle de Oro en La Habana es, con Hijos de Lorenzana y Vivero y su Comarca, una de las tres sociedades que sobreviven a las 21 que A Mariña tuvo en Cuba. Sólo seis de sus socios nacieron en Galicia. Está presidida por Manuel Alvarez Fuentes, un nieto de emigrantes de Arteixo al que llaman El Bardo de la Colectividad por su vocación literaria y poética. En su último libro, incluye un poema dedicado a Fidel Castro cuando éste ocupó, entre 1951 y 1953, el cargo de Secretario Letrado de la sociedad coruñesa Hijos de A Capela en Cuba. La obra contiene, además, 19 poemas sobre personas, entidades y efemérides de Galicia.

Hijos del Valle de Oro fue fundada en La Habana el 1 de septiembre de 1907 por 29 emigrantes de Alfoz y O Valadouro. Llegó a contar con 500 asociados y fue, durante años, una influyente entidad. La construcción de cinco escuelas, su labor social, las obras realizadas y la labor de liderazgo y motor económico que ejercieron sus retornados, le otorgó un relevante papel en la historia de la emigración y de O Valadouro.

Ahora, 112 años después, la sociedad sobrevive con dificultades. Sólo seis de sus 304 socios son gallegos, tiene problemas económicos, su sede está en el Centro Gallego y su actividad se orienta, sobre todo, a labores asistenciales y de difusión de la lengua y cultura de Galicia bajo el amparo de la Xunta.

Manuel Alvarez y Esperanza Uz

La directiva está presidida por Manuel Alvarez Fuentes, presidente, y formada por Blanca Mª Leonor Rodríguez González, vicepresidenta; Pilar Fernández González, tesorera y Mª Antonia Justo Fernández, secretaria. La Presidenta de Honor es Esperanza Uz Medina que, durante 30 años, presidió la entidad. Con su marido, Antonio Queijas, mantiene lazos con O Valadouro.

Manuel Alvarez nació en 1939 en el Hospital de Hijas de Galicia, en Luyanó (La Habana). Su padre, Manuel Alvarez Iglesias, era de Arteixo y su madre, Petrona Fuentes, hija de un emigrante gallego, de Cienfuegos (Cuba). De los seis hijos que tuvieron, tres mujeres fallecieron jóvenes y los tres varones se vincularon al castrismo: Rodolfo fue combatiente en Angola, Luis Roberto, oficial de seguridad personal de Fidel, y él, que estudió Comercio y Economía, fue militante del Movimiento 26 de Julio y del Ejército Rebelde, agregado comercial de la embajada cubana en Checoslovaquia y profesor de Economía. Hoy, ya jubilado, atiende las cuentas de la Diócesis de Cuba e imparte cursos de lengua gallega a socios del Centro Gallego de La Habana.

En su último libro, evoca sus años estudiantiles y dedica el poema O¡ Secretario Letrado a Fidel Castro Ruz, joven abogado que, de 1951 a 1953, ejerció el citado cargo en la sociedad emigrante coruñesa Hijos de A Capela.

Publicaciones, reconocimientos y 19 poemas dedicados a personas, entidades y efemérides de Galicia

Manuel Alvarez escribió poemas desde sus años universitarios. Participó en revistas y acciones contrarias a Batista y se incorporó al Ejército Rebelde de Fidel Castro. Muchos poemas de ese tiempo figuran en su libro Eu teño duas patrias que publicó en 2009. Tras el triunfo del castrismo, editó siete obras.

Su trayectoria está jalonada de reconocimientos y premios de la sociedad de Monterroso y Antas de Ulla y de otras; del Obradoiro de Cultura Gallega; y de la Federación de Sociedades Galegas de Cuba. Cuenta también con el Certificado de Fundador del Partido Comunista y con la Medalla de Combatiente de la Lucha Clandestina contra Batista.

Algunas de estrofas de su encomiástico O¡ Secretario Letrado dicen así de Fidel Castro: «Levabas a nobre herdanza,/ sangue revolucionario,/ destes avós campesiños/ pobres daquela Galiza». «Brilou o sol sobre Santiago/ unha mañá de Santa Ana,/ o sangue de Breogán/ co do mambí mesturado». Y concluye: «Adiante afoutos cubanos/ que nosa Patria orgullosa/ contempla ós fillos loitar/ por digna revolución». «O¡ Secretario Letrado,/ hoxe inmortal Comandante,/ este Invencible Fidel/ gloria da nosa nación!».

Su último incluye 19 poemas dedicados, entre otros, a la Orde da Vieira, el escritor estradense David Otero, Pontedeume y Cedeira, Fraguas, Santiago Apóstol, Fontenla Leal o la sociedad de El Valle de Oro. De ella -de la que reproduce una página de este cronista en La Voz de Galicia- dice: «No Pozo da Onza, fervenza,/ alí onde nace o rio Ouro,/ na gran serra do Xistral,/ no monte do Cadramón!». «Celebremos hoxe irmáns/ con gran xúbilo e ledicia/ este grande aniversario/ dun glorioso O Valadouro!»…

Una madre con 14 años y joven abogado en un nido de gánsters

Fidel Castro era hijo del emigrante de Láncara Angel Castro Argiz (1875) que llegó a la isla con el ejército español para combatir a los mambises y se quedó tras lograr Cuba su independencia. Trabajó para la United Fruit Company, compró fincas, plantó caña de azúcar y se convirtió en terrateniente. Se casó en 1911 con la maestra Luisa Argota, con la que tuvo tres hijos. Al tiempo, tuvo otra relación con Lina Ruz, la hija de 14 años, analfabeta, de una de sus sirvientas. De esa relación nacieron Angela y Ramón que fueron llevados al bohío de su abuela hasta que Luisa Argota, enterada, se divorció y marchó. Lina se instaló en la hacienda, se casó con el lancarino ?él tenía 47 años- y tuvo otros 5 hijos, entre ellos Fidel (1926) y Raúl (1931).

Fidel estudió con los jesuitas y en la Escuela de Leyes de La Habana. El movimiento estudiantil estaba entonces en crisis debido a la corrupción de sus dirigentes que usaban sus cargos para medrar en política. El joven Castro levantó la bandera de la moral y la ética contra esa situación. Se vio envuelto en atentados no del todo aclarados (el de Leonel Gómez y la reacción sangrienta de Emilio Tro) y fue acusado de gángster y matón. La Habana era, en esos días, un hervidero de mafiosos (Sam Giancana, Costello, Lucky Luciano, Meyer Lansky), casinos (el Hotel Nacional, el Capri), cafés y cabarés (Sloppy Joe’s, Sala Shanghai) y más de 12.000 prostitutas censadas…

El joven licenciado ingresó en Hijos de A Capela en 1951 por medio de Manuel Anca Grueiro ?fundador de la entidad en 1928, con Alejandro Hermida y Juan L. Formoso- que era amigo de su padre y tenía un bar frente a la Universidad. En la sociedad, su firma como secretario-letrado aparece en tres informes y tres libros de actas. Su aportación más relevante fue el Reglamento General que rigió hasta el año 2002. Lo había tramitado en 1953 dos meses antes del asalto al cuartel de la Moncada que sería el inicio de su camino para instaurar un régimen dictatorial en Cuba que arruinó a miles de gallegos. Pero esa es otra historia…

martinfvizoso@gmail.com