Bienvenido, Míster Alfonsín

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ/ /

ARGENTINA

Ricardo Alfonsín, embajador e hijo del legendario doctor que presidió Argentina tras la dictadura, recrea la visita que su padre hizo a Ribadumia en 1984, en busca de sus raíces

30 jun 2021 . Actualizado a las 12:25 h.

Raúl Alfonsín (Chascomús, 1927-Buenos Aires, 2009) visitó Ribadumia dos veces. En 1984, un año después de alcanzar la presidencia de la República de Argentina y reinstaurar la democracia en el enorme país austral, desangrado por una despiadada dictadura militar. Y en el 2003, ya en un viaje de puro cariño, en el que pudo inaugurar la calle que lleva su nombre. Su hijo Ricardo (Chascomús, 1951) ejerce como embajador en España y acaba de recorrer buena parte de Galicia en un viaje fulminante, de agenda desquiciada, que no impidió que, como su padre, encontrase un hueco para conocer la tierra de la que partió a comienzos del siglo pasado su bisabuelo Serafín, en busca de fortuna. «Realmente siento una fuerte emoción al estar acá, en la tierra de mis ancestros», saludó el diplomático a la concurrencia al descender, a mediodía, de la berlina en la que alcanzó la Casa do Concello.

Ese ritmo trepidante que su equipo imprimió al viaje provocó un retraso de una media hora, que Alfonsín se esforzó por excusar. «Quiero pedir disculpas por la demora. Soy como mi padre, me mortifica llegar tarde», añadió, poco antes de intercambiar regalos con el alcalde ribadumiense. David Castro entregó al embajador una pieza de cerámica y un álbum con varias fotografías con las que José Abal retrató aquel viaje del doctor Raúl, hace ya 37 años. Alfonsín correspondió con una camiseta de la selección argentina. «Yo, en Primera División, soy del Celta», advirtió el ilustre visitante, anticipando el encuentro que por la tarde mantendría en Vigo con las gentes del cuadro celeste.

JOSE ABAL

El programa contenía dos paradas más. Frente a la placa en homenaje a Raúl Alfonsín. Y ante el busto dedicado al padre de la moderna democracia argentina. Os Carballeiras, gaiteiros de Cambados, aguardaban pacientes bajo el sol, tocados de chapeu y traje tradicional, y acometieron con ritmo varias piezas para poner banda sonora al evento. Después de un rato, algunos miembros de la comitiva se preguntaban si sería posible bajar el volumen del indómito instrumento galaico, que, sin embargo, gusta a los Alfonsín. «Ribadumia -dijo el diplomático- ha dado a Argentina un presidente y un embajador». Buen cierre.