Loris Benito: «Creo que en Pastoriza estarían contentos si hubiésemos pasado»

L. Balado

SUIZA · Exclusivo suscriptores

Marko Djurica | EFE

El futbolista regresa a Galicia tras eliminar a Francia y caer ante España en cuartos

14 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Loris Benito (Aarau, 1992) se desenvuelve con un perfecto castellano y un acento en el que tienes que reparar adrede para caer que este lateral zurdo del Girondins de Burdeos es en realidad suizo. Asturiano por parte de padre y gallego por parte de madre, viene de eliminar a esa Francia que llegaba con aires de campeón a la Eurocopa del 2020. España y los penaltis rompieron el sueño helvético en cuartos, y ahora toca descansar en Pastoriza (Arteixo) donde sigue viviendo su abuela.

—¿Qué tal está su abuela?

—Está bien. Con ganas de ver a la familia porque con el virus ha sido un poco más complicado. Tiene muchas ganas y nosotros también. Lo principal era venir a verla. Estar con ella. Luego ya he aprovechado que hay un campus en Pastoriza para asistir de invitado. Va a ser la primera vez que hago una cosa así.

—Vaya Eurocopa han realizado.

—Fue increíble. Increíble para todo el país. Sobre todo al comienzo, porque tuvimos un inicio difícil, con historias más allá del campo y por los resultados —tras las dos primeras jornadas de la fase de grupos, Suiza solo había sumado un punto—, pero el partido contra Turquía (3-1) fue clave para ganar y coger la forma. Y luego el partido contra Francia, todo el mundo vio que fue un encuentro espectacular y que nos dio mucha fuerza para seguir.

—Es cierto que Suiza sigue sin ser considerada candidata en los inicios, pero de un tiempo a esta parte, con Petkovic, es un equipo muy competitivo.

—Sí. En la Liga de las Naciones perdimos un partido por 1-0 contra España y el otro lo empatamos. Nos tocó un grupo muy fuerte con España, Alemania y Ucrania y jugamos muy bien contra los dos grandes. Lo que nos ha sucedido en la Eurocopa no pasa de ayer para hoy. Hace mucho tiempo que trabajamos a un nivel muy bueno, llevamos jugando juntos desde hace mucho tiempo y nos conocemos bien. Lo que pasó no me parece una sorpresa.

—No es una sorpresa que hayan competido, pero ganarle a Francia...

—Claro, pocos contaban, pero si nosotros no creyésemos en ello sería imposible. Esa confianza en uno mismo hay que tenerla porque en un torneo, a un partido de 90 minutos, todo puede acontecer. Es lo que hicimos. Desde luego, hubiese sido más fácil con el 3-1 decir: «Bueno vale, ya está, lo dejamos». Pero no, con este espíritu de competir y de cambiar el resultado lo hemos merecido y para nosotros, jugadores, equipo y staff, no ha sido tanta sorpresa, porque sabíamos que contra grandes equipos solemos hacer muy buenos partidos.

—Tienen una buena camada.

—Nuestra generación, la del año 1992, es muy importante para esta Suiza. Y yo creo que somos bastante jóvenes para aún poder lograr más en los torneos que están por llegar en los siguientes dos o tres años.

—Tienen el sambenito de «neutrales». ¿Cómo vive Suiza el fútbol?

—Pese a esa fama, en un torneo como este sale a flote la pasión por el fútbol. Lo que hace la cosa más bonita es que, como estamos acostumbrados a ser un poco más fríos, cuando salen momentos como este lo sentimos mucho más, porque no estamos acostumbrados a vivirlos. Si estuviésemos acostumbrados, no sería tan especial.

—Tenían más nacionalidades en su vestuario que ningún otro equipo. Son un crisol de culturas.

—Muchísimo. A los canales tradicionales de inmigración que ya teníamos de Italia, de Portugal y de España, se han sumado otros países, como de la zona de los Balcanes. Todo eso hace una mezcla muy especial y que enriquece mucho el vestuario. Eso afecta al fútbol y al equipo.

—¿De qué manera?

—Se suele decir que los suizos tienen muchas reglas, que son muy rectos y cuadriculados. Que les falta espontaneidad y creatividad. Creo que toda esa mezcla de culturas nos da eso y hace que sea más difícil para el rival saber cómo afrontar los partidos. No es que tengamos solo una forma clara de presentarnos, podemos adaptarnos bien y nos gusta el fútbol con el balón. Somos de los equipos que más nos gusta jugar desde atrás, sin lanzar la pelota hacia delante y eso no es fácil para el adversario.

—Y el partido contra España, ¿fue especial?

—Muy especial. Aparte de toda la historia de mi familia, sabes que vienes de ganar contra Francia y eso te da la confianza en que puedes ganar también. Siempre sabiendo que va a ser un partido muy difícil porque a España le gusta la posesión del balón. Sabíamos que iba a ser muy diferente al partido contra Francia. Además, la forma en la que logramos empatar y mantener el resultado con uno menos, nos dio mucha fuerza.

—Recibiría muchos mensajes ese día de gente de Pastoriza y alrededores.

—Claro, la familia de España me llamó y estuvieron todos muy pendientes del partido. Me dijeron que ganase el mejor.

—Bueno, tal vez en Pastoriza iban un poco más con Suiza...

—Sí, creo que en Pastoriza había alguna gente que hubiese estado más contenta si hubiese pasado.

—¿Hace patria con Ricardo Rodríguez, que también es descendiente de gallegos?

—A veces sí que charlamos en español juntos, pero tampoco te creas que tanto. Como los dos sabemos que tenemos la familia de España lo comentábamos sobre todo en los principios, cuando empezábamos a conocernos, pero ahora no hablamos mucho de eso.

—Después de debutar en la Champions con el Young Boys se fue a Francia, ¿qué tal ese cambio de fútbol?

—Jugar a un nivel tan alto gusta mucho, poder enfrentarte a alguno de los mejores jugadores del mundo. Jugar contra Neymar o Mbappé me gusta mucho. Las cosas que se dicen sobre la Liga francesa son verdad, es una competición muy física, con jugadores que van a una alta velocidad y que físicamente son muy fuertes. De lo que me esperaba a lo que he visto, tengo que decir que la mayoría de las cosas que había escuchado eran verdad.

—A quién le toco cubrir, ¿a Neymar o a Mbappé?

—La verdad es que Neymar ataca por todos los lados, pero me tocó más la banda de Mbappé.

—¿Es tan bueno como dicen?

—Sí, muy bueno. Es difícil destacar a uno de esos. Cavani, cuando estaba, era muy buen jugador; Sarabia, que es muy fuerte. Podría decir que todos.

—Sí, pero no lograron arrebatarle esta Liga al Lille.

—El Lille tuvo un año muy bueno. Era un equipo en el que todos iban juntos y funcionaron muy bien. Un conjunto joven, con muchísima calidad. Su fuerte este año fue el equipo. Podría destacar a muchos jugadores, pero creo que la fuerza de ellos reside en su unión.

—¿Y no le gustaría jugar en España?

—Sí, claro. Siendo español, de padres españoles, sería un sueño.

—¿De qué equipo es su familia?

—En mi familia tengo un poco de todo. Mi abuelo por parte de padre es del Sporting de Gijón y por la parte de los gallegos son del Dépor, claro. El Dépor es un equipo que se sigue, obviamente. En los tiempos de Rivaldo y de Overmars, también seguía mucho al Barça.

—Rivaldo también jugó en el Dépor.

—Sí, sí, pero yo lo empecé a seguir cuando estaba en el Barça. Él era zurdo, yo soy zurdo y así empezó. Luego él empezó a cambiar y a irse a sitios raros, pero yo me quedé con el Barça. Ahora soy fan del fútbol en general. No es que tenga una pasión exagerada por ningún equipo pero sí que es verdad que por el Dépor siento un cariño especial. Lo estoy siguiendo y es una pena que haya bajado tanto.

Benito estará este jueves en el campus veraniego de la SCD Pastoriza

Este jueves día 15, a partir de las 10.30 horas, el futbolista del Girondins estará en el IV campus de verano que organiza la SCD Pastoriza. «Va a ser la primera vez que hago una cosa así. Lo principal será conocer a los niños, disfrutar y pasar tiempo con ellos, entrenar, responder a preguntas... Si es que las tienen», explica el zurdo, al que no le lloverá un interrogatorio sobre cómo frenar a futbolistas como Neymar.

Los responsables del club también estarán presentes en esta jornada festiva para la entidad, habrá regalos y visita de autoridades, incluida la del alcalde de Arteixo.

Será una jornada intensa para el futbolista, cuya visita a Galicia está motivada principalmente por su abuela Claudina, vecina de Pastoriza. «Con ganas de ver a la familia porque con el virus ha sido un poco más complicado», reconoce.