Adriana Lueiro (Canadá): «En nuestro ámbito no funciona el boca a boca, hay que meter anuncios»

B. C.

RETORNADOS

Adriana Lueiro, a la izquierda, y su pareja, Camila Rondinini, imparten cursos en línea que atienden las problemáticas femeninas
Adriana Lueiro, a la izquierda, y su pareja, Camila Rondinini, imparten cursos en línea que atienden las problemáticas femeninas Sandra Alonso

De regreso en Teo, aporta sus años de experiencia con empresas extranjeras

01 may 2021 . Actualizado a las 00:25 h.

El trabajo de Adriana Lueiro, una santiaguesa retornada de Canadá, es doble. Por un lado ofrece servicios de desarrollo web para empresas, generalmente internacionales, que en vez de contratar un empleado optan por solicitar sus servicios de forma puntual cuando tienen mucha carga de trabajo. Por el otro, su proyecto se centra en «el desarrollo personal y profesional de mujeres», tal y como ella explica. Y en ambos casos trabaja acompañada de su pareja y socia, Camila Rondinini, con la que se embarcó en este negocio de doble vertiente asentado en Teo -si bien trabajan en remoto desde Santiago- y acogido al programa de ayuda al retornado emprendedor de la Xunta, a través de la Secretaría Xeral de Emigración. 

En su caso, el apoyo de 8.000 euros que recibió fue de especial ayuda para la segunda parte de su negocio, que comercializan bajo su marca personal y del mismo nombre. «La ayuda vino muy bien porque en el tema de los cursos nos hacía mucha falta para la publicidad en línea. En el ámbito en el que nos movemos no funciona tanto el boca a boca y hay que meter anuncios en Facebook, para lo que se necesita dinero sobre todo al arrancar», explica Lueiro, con formación en márketing y coaching, y que conoce cómo es el trabajo con empresas extranjeras y en remoto tras haber trabajado varios años con ellas, al igual que su socia, que por su parte se especializa más en el desarrollo web. «Mi experiencia está en el trabajo en línea y por eso sé lo que demandan las empresas y necesitas para que te contraten para un trabajo en remoto. Y Camila, también por su experiencia, sabe cómo conquistar a las empresas extranjeras», afirma Lueiro.

«Empezamos este proyecto porque hay muchos cursos que ayudan a montar un negocio online o a hacer un currículum, pero nunca tienen en cuenta cómo vive las cosas una mujer», señala Lueiro, que afirma haberse dado cuenta de que «muchas mujeres fracasan en estos cursos porque tienen muchas inseguridades, entonces trabajamos esta parte».

Los cursos duran tres meses, son en línea y se organizan en dos sesiones semanales: una de clase y otra de tutoría, en las que dan distintas claves para que las alumnas ganen confianza. «Ayudamos a las mujeres a trabajar su mentalidad, su confianza y, una vez que se sienten confiadas, a comunicar sus habilidades y conseguir un nuevo trabajo fuera del marco de profesiones que siempre les han enseñado», describe. Y además, Lueiro y Rondinini trabajan herramientas y acciones concretas como «los pasos para conseguir un trabajo o la forma de comunicarte en una entrevista». 

Crecimiento

En cuanto a la recepción de sus formaciones en línea, Adriana Lueiro destaca que están teniendo clientas, aunque no tantas como les gustaría e indica que para crecer como empresa necesitan más personal y, por tanto, también más recursos. «Nos hace falta movernos más rápido y contar con ayuda contratando más gente para poder crecer. Dos personas solas no llegan porque para atraer a la gente tenemos que crear los cursos, hacer márketing de contenidos y demás. Y lo hacemos todo nosotros dos», cuenta Lueiro.