El abogado pobrense Óscar Rego emprende nueva aventura

M. X. B. RIBEIRA

RETORNADOS

Tras vivir unos años en México, regresó a su casa de A Pobra, donde acaba de abrir su propio despacho

03 dic 2019 . Actualizado a las 10:42 h.

La necesidad de abrirse camino, la ilusión de ir subiendo peldaños a nivel profesional y las ganas de aventura llevan a muchas personas a emigrar. Óscar Rego Alcalde, un abogado de A Pobra, lo hizo un día, pero cuando regresó quiso apostar por su tierra para establecerse en ella definitivamente. Acaba de abrir su propio despacho en la calle Luz Pozo Garza.

No es un desconocido en el ámbito del derecho, al contrario. Se colgó la toga hace ya una década y, desde entonces, su trayectoria laboral ha estado ligada a los juzgados. Tuvo un despacho en la ciudad compostelana y se siguió dedicando al mundo de las leyes durante su estancia en México, donde prestaba asesoramiento a empresas españolas interesadas en afincarse allí, al tiempo que trabajaba en el sector de la exportación.

Pero a Óscar Rego le pudo la morriña: «En América vivía ben, pero non tiña á miña xente, decateime de que tiña que volver á casa». Y tras un período de adaptación, colaborando con diferentes despachos, se animó a montar el suyo propio. Él está especializado en derecho mercantil, pero contrató a otros dos letrados para abarcar todo el abanico de la abogacía, con el fin de prestar un completo servicio a los vecinos.

Un sector difícil

El pobrense sabe que no lo tiene fácil en la nueva aventura que acaba de emprender: «O do dereito é un sector que está masificado, non só en Barbanza, senón a nivel nacional». Óscar Rego tiene claras las cartas por las que apostará para tratar de abrirse camino: «Confío en que dándolle solucións aos problemas da xente e ofrecendo un trato próximo logre o meu obxectivo. Sei que será a base de tempo, pero é unha gran aposta».

Convencido de sus posibilidades, Óscar Rego montó una fiesta para inaugurar el despacho que lleva su nombre. Allí se dieron cita un nutrido grupo de familiares y amigos, entre los que se encontraba su hermano Carlos, que, cuchillo en mano, no dudó en hacerse cargo del jamón para que todos pudieran regalar sus paladares. Entre bocado y bocado, todo desearon suerte al emprendedor.