«Dos de cada tres jóvenes que viven fuera quieren volver a Portugal»

Gabriel Lemos REDACCIÓN / LA VOZ

RETORNADOS

ANGEL MANSO

Paulo Nunes es el presidente de la Asociación de Empresarios de Portugal. La patronal lusa impulsa un programa para facilitar el regreso, que el Gobierno apoya con incentivos fiscales a los retornados

29 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El presidente de la patronal portuguesa, Paulo Nunes de Almeida (Oporto, 1959), participó esta semana en A Coruña en la Mobile Week para hablar de la democratización digital, imprescindible para el desarrollo de las empresas, ya que el auge del comercio on-line obliga a los negocios tradicionales a adaptarse a los nuevos canales de venta. Para ello, dice, es clave aprovechar las capacidades de los trabajadores más jóvenes, que en muchos casos se han formado en el extranjero y que «tienen un perfil más emprendedor».

-Esa digitalización ha permitido que empresas en Galicia o en el norte de Portugal puedan hoy exportar sin las barreras que existían hace 20 años...

-En Portugal tenemos muchas start-up tecnológicamente avanzadas. Hoy los jóvenes, cuando crean una empresa, piensan ya en el mercado global. La tecnología permite que las distancias o la dimensión de las empresas sean factores con menos influencia... Y por eso vemos compañías emergentes que en poco tiempo alcanzan un volumen de negocio que antes requería muchos más años.

-Uno de los problemas en Portugal, pero también en Galicia, es que muchos de esos jóvenes que se forman fuera se quedan en el extranjero. ¿Qué se puede hacer para repatriar ese talento?

-Nosotros hemos creado un programa que se llama Regreso de una Generación Preparada, que busca conectar con la emigración cualificada, que a diferencia de lo que pasaba antes no está concentrada en pocos países, sino muy repartida por el mundo. Por eso hicimos un estudio con la Universidad de Coímbra, para saber por qué razón se fueron de Portugal y si esperaban volver en un plazo de cinco años. Dos tercios dijeron que sí. Y de esos, la mitad quieren desarrollar una actividad empresarial. A los que quieren volver para trabajar por cuenta ajena, nosotros les ayudamos a hacer el match con las empresas, para buscar ofertas de empleo que encajen con su perfil, organizando un encuentro cuando vienen a casa por Navidad. Porque uno de los problemas que nos trasladan los empresarios es que quieren contratar, pero no encuentran personal cualificado. A los que quieren emprender les damos apoyo.

-Además de la iniciativa privada, hay también estímulos públicos...

-El Gobierno ha creado un beneficio fiscal a partir del 2019 por el cual los jóvenes retornados tendrán una reducción del 50 % en el impuesto de la renta durante dos años. Y se crearán condiciones más favorables para enfriar los precios de la vivienda, que en las grandes ciudades están aumentando mucho por la presión turística. No hay que perder de vista que antes la diferencia de salario que se encontraban al volver a Portugal desde el extranjero, que es grande, se amortiguaba por el menor coste de la vivienda. Y si ahora este no es tan bajo, se pierde parte del atractivo para la vuelta. Por eso es necesaria una política de vivienda que favorezca el retorno de los jóvenes emigrados, porque todos los que vuelven son un valor añadido para el país.

-Uno de los problemas endémicos que arrastra España es la dificultad para crear empresas. ¿Cómo está la situación en Portugal?

-En Portugal es muy fácil ahora. Hemos creado un programa de simplificación administrativa para facilitar las relaciones entre ciudadanos, empresas y el Estado. Se puede constituir una empresa en una hora y se facilitan los trámites fiscales: por ejemplo, en el IVA las empresas tienen una declaración automática. Incluso es mucho más rápido el trámite para obtener licencia en los ayuntamientos, porque compiten unos con otros para captar inversiones y tienen que mostrar a los empresarios que responden a sus necesidades sin demoras.

-Se habla mucho del milagro económico portugués. Baja el paro, el déficit está cercano a cero... ¿Cuál es el secreto?

-Se ha hecho un gran esfuerzo para reducir el déficit, los ciudadanos han pasado por momentos muy duros con la expectativa de que esas dificultades serían temporales, hasta que se estabilizase la situación del país, que es lo que está ocurriendo ahora. Las cuentas para el próximo año ya conseguirán el equilibrio y el desempleo, que era un problema social grande. Está en niveles que son ya de paro técnico, porque lo que resta son personas que no quieren o no pueden trabajar.

«Nuestra subida del salario mínimo ha sido equilibrada»

Nunes de Almeida defiende que esa estabilización de la economía ha provocado una mejora de las condiciones laborales.

-Ha habido una reducción del impuesto sobre la renta, que aumenta la renta disponible de las familias, para consumir y también para invertir. En el sector privado, aun cuando el salario mínimo en Portugal es mucho más bajo que en otros países, el aumento ha superado con creces la inflación, lo que ha supuesto un incremento del poder adquisitivo, porque el alza del salario mínimo produce una mejora de las nóminas en el resto de las categorías. Y luego influye el mercado: cuando no hay mano de obra cualificada, necesitas pagar mejor para contratar.

-En España el salario mínimo subirá casi un 23 % el año que viene. ¿Cómo valora la medida?

-Es una subida muy grande y no sé qué impacto tendrá en la competitividad de las empresas. En Portugal ha habido una subida equilibrada, no tan acentuada, pero sí superior a la de la inflación, lo que ha permitido que las personas que perciben el salario mínimo hayan tenido todos los años un aumento de la renta disponible. Hay que entender que Portugal aún tiene sectores de actividad donde el coste de mano de obra es muy importante para la competitividad, y ahí las patronales y los sindicatos tenemos que encontrar un punto de equilibrio.

-¿Qué se puede mejorar en las economías de España y Portugal?

-Yo identifico dos problemas. Uno es el coste de la energía: está habiendo incrementos del orden del 25 o 30 % que no se pueden trasladar al coste final del producto. Yo esperaba que en la Cumbre Ibérica se tomaran medidas para amortiguar el impacto de ese sobrecoste energético, pero no he tenido noticias. Y otra necesidad estructural es un plan integrado ferroviario para el transporte de mercancías. Galicia y el norte de Portugal ganarían mucho con una estrategia concertada para el transporte ferroviario.