Mónica Mendez: «En Londres pensaba en la playa de Espasante, y tuve que esperar 15 días para poder darme un chapuzón»

ANA F. CUBA ORTIGUEIRA / LA VOZ

REINO UNIDO

XIANA CARDELLE

La fotógrafa ortegana regresó hace dos semanas de Londres, donde vive, y ha tenido que pasar este tiempo en cuarentena

24 jun 2020 . Actualizado a las 11:32 h.

La fotógrafa Mónica Méndez Aneiros (Espasante, 1974) lleva más de dos décadas viviendo en Londres y suele regresar para ver a su familia dos o tres veces al año. Acudió en Navidad y planeaba volver en Semana Santa, pero la pandemia truncó sus planes. «Los dos primeros meses de confinamiento me vinieron muy bien para quitarme el estrés, nos dejaban salir a caminar una hora al día, y yo, a las diez de la mañana me daba una caminata por el parque, sin sentarme en ningún sitio y sin hacer fotos [el primer día sacó la cámara y le llamó la atención un policía]», cuenta, de vuelta a su pueblo por fin.

Pero el tiempo de reclusión se prolongó y hace ya varias semanas que Mónica ansía recuperar la rutina. La distancia con su familia no le pesó -«estoy acostumbrada»-, pero sí la preocupación «por si pasaba algo», al carecer de vuelos directos a Galicia. El regreso a casa le costó 19 horas, en avión de Londres a Madrid; en tren de Madrid a Zamora; en bus de Zamora a Ourense (la vía seguía cortada por el descarrilamiento de La Hiniesta); en tren de Ourense a Ferrol; y en coche de Ferrol a Espasante.

«Salí de casa a las cinco de la mañana y llegué a las doce de la noche, agotada», apunta. En el puerto ortegano le esperaban dos semanas de cuarentena, obligatoria para quienes entraron en España antes del 21 de junio. «El confinamiento lo pasé caminando, cocinando y leyendo, y en la terraza de casa, porque hizo muy buen tiempo; y la cuarentena, lijando la madera de las estanterías y pintando el bar [la taberna In, el negocio familiar]», relata. El local reabrirá en julio. Hasta el domingo no pudo sentarse a la mesa con su madre y su hermana. «En Londres pensaba en la playa de Espasante, y tuve que esperar 15 días para poder darme un chapuzón», comenta. No le importa. «Tenemos que ser conscientes del riesgo que existe de que haya rebrotes -incide-. La gente de las ciudades lo ha pasado muy mal y necesita venir y tomar el aire, pero tenemos que llevar mascarilla y cumplir las distancias».