«Agora si que me sinto 'londoner'»

Tamara Montero
tamara montero SANTIAGO / LA VOZ

REINO UNIDO

Xoán A. Soler

Adriana Páramo se dedica al cine desde hace 10 años en Londres, a donde llegó Pablo Canosa hace siete

27 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«O 4 de xaneiro fará dez anos que marchei». La cuenta la echa Adriana Páramo (Vigo, 1985) delante de un café con leche a pocos metros de donde filmó su primer corto, Illa Pedra, una historia sobre la morriña. Aunque la filmó en Santiago, era un trabajo de la London Film School, a la que llegó porque tras terminar Comunicación Audiovisual en la Universidade de Santiago, «apetecíame estudar fóra e afondar máis no tema do cine». Escogió Londres, donde ha vivido, salvo un período de voluntariado de siete meses en Polonia, durante el último decenio. «Para min o proceso de marchar foi doado, a verdade é que non tiven esa primeira fase horrible».

La primera semana fue dura, sí. Pero luego pasaron dos años intensos en la escuela de cine. Tan intensos, tan gratos, tan geniales, que después de esos dos años de «burbulla» cinematográfica, Adriana quiso quedarse. Quiso quedarse a experimentar una ciudad con la que ha tenido una relación desigual durante varios años, de amor y de odio al mismo tiempo, aunque «agora mesmo si que me sinto londoner, a verdade, pero tardei en aceptalo». Otra cosa es ser británica, «porque Londres é unha burbulla».

Cuando Adriana Páramo ya se había acostumbrado a que las colas del supermercado avanzasen a la velocidad de la luz y a que todo, hasta un café o una manzana, se pudiera pagar con tarjeta, Pablo Canosa (A Coruña, 1984) aterrizaba a las orillas del Támesis. Se había licenciado en Enfermería por la UDC en el 2007. «Tenía un amigo viviendo en Londres que me lo puso todo fácil para venir» y se decidió a probar suerte. La tuvo. Porque siete años después es supervisor de una planta de neurología en un centro hospitalario del centro de la capital londinense. Su historia es la de muchos, la de profesionales de la salud que son seducidos por sistemas sanitarios extranjeros. «La verdad es que estamos muy bien considerados», reconoce. Porque «salimos más entrenados y con más conocimientos de la universidad que la gente de aquí». Y pone ejemplos: «No tienen exámenes como los nuestros y salen de la carrera sin poder siquiera sacar sangre».

¿Dificultades? Varias. Al principio, un poco el idioma. «Con el inglés se preocupan muy y mucho de que sepas lo básico para trabajar», explica Pablo Canosa. Pero es al principio, «como dicen, es solamente acostumbrar el oído y saber lenguaje médico».

«Eu non quería dirixir, porque non me sentía capacitada, ata o proxecto final». Vuelve Adriana al 2010, a cuando creó un proyecto muy personal basado en un poemario de Lara Dopazo y que involucró a todos sus amigos. Se revelaba la película de Illa Pedra, un corto sobre la morriña, sobre la identidad, sobre el retorno. «É algo sobre o que penso cada día», reconoce. Porque el retorno es un anhelo que sobrevuela casi siempre a casi todos. «Ha sido una gran experiencia, pero 'a terra é a terra'», dice Pablo. Adriana Páramo ha empezado un doctorado en el que va a investigar sobre el proceso creativo de las actrices en el cine español en los últimos diez años.

Mejores oportunidades

Hará un documental, porque se trata de un doctorado práctico. «A idea é, evidentemente, vir aquí a gravar» y que ese doctorado sirva de puente, de nexo de comunicación con España. Que le abra una puerta. La decisión, sin embargo, es difícil, y más cuando a uno le va bien. «Alí, as oportunidades, as condicións e a cultura que hai arredor do traballo sempre van ser mellores», reconoce la cineasta, que en el 2012 se lanzó a rodar su segundo corto, en el que explora la relación madre-hija con el telón de la emigración gallega a Londres. Se llamó Galicia Portobello Road. «As miñas ideas creativas sempre están ligadas a Galicia», reconoce.

«Eu nunca me sentín desfavorecida porque son española, para nada». Por aquel entonces, cuando crecía Galicia Portobello Road, estaba trabajando en una productora. Luego pasó a otra más grande, a una que se dedicaba a los vídeos corporativos para grandes empresas. «Aburrinme dese mundo corporativo porque non había moita creatividade nin paixón». Y llegó al doctorado. «Cando deixas de aprender nun traballo ou non che compensa, a xente, cambia». La cultura del trabajo es diferente. «Por iso digo que é difícil marchar, porque profesionalmente sempre vas a mellor, nunca vas cara a atrás». 

El Reino Unido y Alemania son los principales destinos de los universitarios

Se van. Se van casi el doble de lo que se iban en el 2011, según la encuesta de inserción laboral que realiza cada año la Acsug. Se van, pero ¿a dónde? Principalmente, al Reino Unido. Así lo refleja la encuesta de inserción laboral de universitarios que realiza el Instituto Nacional de Estadística. Los últimos datos -del 2014- reflejan que del total de titulados en Galicia cuya residencia estaba fuera de España, la mayoría estaban en el Reino Unido, seguido de Alemania.

Apenas el 1 % de los que se habían marchado lo habían hecho fuera de la Unión Europea, y en África, Asia u Oceanía tan solo había un 0,2 % de titulados gallegos. Uno de ellos ha sido Fernando Balsa, que se trasladó durante un tiempo a Australia tras terminar Enxeñaría Industrial en la Universidade de Vigo. De la formación recibida valora sobre todo «la capacidad adquirida para afrontar problemas, encontrar soluciones y convertirlo en posibilidades», una destreza que le sirvió, y mucho, durante su estancia en Australia. Se fue a Melbourne «por perfeccionar inglés, desarrollar mi carrera profesional y vivir otra aventura en mi vida». Y superar retos. Porque «gracias a las habilidades adquiridas de afrontar dificultades pude trabajar en muchos sectores diferentes», explica. Ahora mismo ejerce de nuevo en España en el centro oficial de reparación de móviles de Icp Tech Solutions en Madrid. ¿Perspectivas de regresar a Galicia? En el futuro. Pero no próximo. «Como sé que volveré algún día para quedarme, quiero seguir viviendo la aventura de conocer más lugares y otros países».