Brais Rey, el Phileas Fogg ourensano que juega al rugbi en las antípodas

OCEANÍA

MIGUEL VILLAR

El joven deportista del Campus disputa la División 1 en Nueva Zelanda

25 abr 2023 . Actualizado a las 13:15 h.

Brais Rey Grande (Ourense, 2003) no ha tardado tanto en lanzarse a una aventura intercontinental como Phileas Fogg, el popular personaje creado por Julio Verne para La vuelta al mundo en ochenta días. Solo 19 años suma el jugador del Campus Ourense, una de las principales promesas del rugbi gallego, que cruzó medio mundo para jugar en la División 1 (tercer nivel nacional) en la cuna del balón oval, Nueva Zelanda.

«La verdad es que no tardé mucho en aprovechar la oportunidad que me brindaron. Estoy estudiando un ciclo de Gestión Administrativa, pero estaremos allí unos meses. Me vendrá bien para habituarme a otro rugbi y además podré mejorar el inglés», admitía Brais, visiblemente ilusionado con un desafío que comparte con Matteo Guiotto, compañero de club en el Campus.

Matteo y Brais partieron hacia Nueva Zelanda tras coincidir en el Campus Ourense
Matteo y Brais partieron hacia Nueva Zelanda tras coincidir en el Campus Ourense

El enlace es del todo fiable, David Monreal, internacional ourensano que desarrolló parte de su carrera en las antípodas, donde mantiene contactos de confianza, incluidos quienes le pidieron refuerzos jóvenes y con proyección para el Te Anau Earthworks: «Con David debuté en la División de Honor B y cuando me habló de la posibilidad de jugar en Nueva Zelanda ya pensé que sería bueno para mí. Es muy lejos, pero no podía dejar pasar esa opción».

El viaje, en efecto, es largo y supera las veinticuatro horas. 5.600 kilómetros de Madrid a Dubai. Otros 14.000 hasta Auckland y los últimos 1.500 de propina, para llegar a Queenstown, en la isla Sur. El definitivo desplazamiento, por fin terrestre, lo llevará a Te Anau, localidad ubicada cerca del Parque Nacional de Fiordland, un enclave formado por lagos, glaciares y montañas, que también es conocido como los Alpes del Sur: «Me han dicho que está rodeado de paisajes espectaculares y es otro atractivo del viaje, aunque el principal será el rugbi. La ciudad es pequeña, cerca de un lago, pero el club está en una categoría bastante competitiva. No estoy seguro, pero creo que seremos los únicos extranjeros en la plantilla».

El deporte del balón oval tardó en calar en la mente de Brais, quien reconoce: «Empecé a practicarlo a los doce porque mi padre jugaba y al principio no era mi primera preferencia, pero se me iba dando bien, así que me llamaron para la selección gallega sub 14 y cada vez me gustó más». Con solo dieciséis años, el ourensano fue seleccionado para una concentración del combinado español sub 18 y surgió su primera propuesta para salir al extranjero: «Se interesaron por mí para que jugara en Clermont, en Francia, pero no coincidieron bien las fechas y fue imposible. Después, a los 18, debuté en el equipo sénior del Campus».

El estreno de prometedor deportista en el segundo escalafón del rugbi lo puso en el foco de distintos equipos, pero el descenso de dos categorías por una sanción administrativa a su club condicionó su progresión. Con el Campus ganó invicto la segunda categoría autonómica y la presencia en el torneo neozelandés le ayudará a dar otro salto en su formación. Además, el hecho de compartir la experiencia con un compañero de equipo será positivo para el apertura de la formación colegial: «A Matteo lo conocía antes de que coincidiéramos en Ourense, cuando vino a estudiar aquí. Asimilar la experiencia juntos nos ayudará, porque no deja de ser una responsabilidad y porque siempre te provoca cierto respeto llegar a un sitio diferente a todo lo que conoces».

En principio, serán algo más de tres meses y medio, en los cuales el rugbi ourensano se dejará sentir al otro lado del planeta. Quizás Brais y Matteo completen su vuelta al mundo al regreso.