Elisa Alonso Fernández: «Durante la época de la pandemia me pasé cincuenta días sin parar de escribir»

x. m. r.

OCEANÍA

La ruesa, que en la actualidad vive en Nueva Zelanda, presenta «Diario de una cuarentena»

04 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

En el Centro Cultural Avenida de A Rúa se presenta esta tarde, a las 20.00 horas, el libro «Diario de una cuarentena. Voluntaria en Sydney» (Editorial Adarve), de Elisa Alonso Fernández (A Rúa, 1971). Acompañará a la autora el periodista José Manuel Rubín. La pasión viajera la llevó a Estados Unidos con solo 17 años en un intercambio de estudios. Se define como una exilada que algún día retornará para compartir la vida con su marido y sus hijos entre A Rúa y Petín, por su parte, e Italia, de donde es natural su marido. En la pandemia estaba en Australia y ahora vive en Nueva Zelanda.

—¿Cómo surgió este diario de la pandemia?

—Fue un proceso natural. Hubo gente que salía a cantar o a animar a sus vecinos, a compartir, y en mi caso la vía para canalizar aquella situación fue la escritura. Aunque no son textos vinculados a la pandemia. Durante esa época me pasé cincuenta días sin parar de escribir. Son relatos que publicaba en las redes sociales y sobre los que se generaban debates e intercambio de opiniones. Cuando acabé decidí publicarlos, y pasado un tiempo firmé con Adarve para editarlos. Dos años y medio después están en un libro y los presento en mi tierra.

—¿En qué se centran sus vivencias de aquella etapa?

—Entonces vivíamos en Sidney y en Australia no había tantas restricciones como aquí. Con todo, no se trata de textos sobre la pandemia en sí sino sobre cómo se vivía aquella etapa lejos de casa, cómo sobrevivir en aquellos momentos o cómo hacer para levantar el ánimo. Eran historias que siempre tenían un mensaje de fondo.

—¿Se vivió de una forma diferente la lucha contra el covid?

—En Australia tenías más libertad. No nos encerraron ni ponían límites. Optamos por quedarnos en casa como medida de protección, pero podías salir a hacer deporte y a realizar otras actividades.

—¿El diario es una experiencia compartida?

—En mi opinión son historias entrañables, solidarias, empáticas y con una gran capacidad de resiliencia. Me pareció interesante compartirlas por si servían para ayudar a alguien desde nuestra experiencia, al ser diferente a lo que se vivía aquí.

—¿En qué sentido?

—Nosotros llevamos una vida de expatriados y tenemos que empezar de nuevo cada tres años, más o menos, por el trabajo de mi marido. Antes estabamos en Sidney y ahora vivimos en Nueva Zelanda. A eso me refiero, a incidir en aspectos como los de cambiar vuestra rutina o a enfrentarse a situaciones como la pandemia de otra manera.