Marisol Soengas: «Una de cada tres mujeres y uno de cada dos hombres va a tener un cáncer»

Marta Otero Torres
marta otero LA VOZ

GALLEGAS QUE ROMPEN TECHOS

Sandra Alonso

La nueva presidenta de la Asociación Española de Investigación sobre el Cáncer (ASEICA) recuerda que para frenar el avance hacia la epidemia de esta enfermedad «la investigación debería ser una prioridad»

11 ene 2023 . Actualizado a las 17:58 h.

 Es la tercera vez que un gallego o gallega preside la Asociación Española de Investigación sobre el Cáncer (ASEICA). En esta ocasión la elegida ha sido la jefa del Grupo de Melanoma del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), Marisol Soengas, que ejercerá el cargo los próximos dos años, tras los Dres. Xosé Bustelo, del Centro del Cáncer de Salamanca, y Luis Paz-Ares, del Hospital Universitario 12 de Octubre y la Unidad de Cáncer de Pulmón CNIO-H12O.

«Es casualidad, que seamos gallegos, la verdad, pero los tres estamos completamente comprometidos con impulsar y defender la investigación en cáncer en España, en cualquier comunidad autónoma y en cualquier ámbito académico o clínico».

—¿Es frustrante tener que pelear en pleno siglo XXI para que se apoye la investigación?

—Es muy frustrante, porque seguimos viendo una y otra vez que se hacen anuncios y se publicita la «ciencia» con motivos partidistas o políticos para llamar la atención. Pero las cifras están ahí: la financiación en I+D+i está con cambios bastante menores, a los niveles del 2010. Es muy complicado retener y atraer tanto talento joven como al establecido. Ya conseguir reclutar a investigadores e investigadoras extranjeros es realmente una proeza.

—¿No hay una conciencia real del impacto de los avances contra el cáncer en la salud de la población?

—Hace unos días se publicó un estudio en el que se preguntaba a la población general por la importancia de la ciencia, y en general, el consenso es que es importante. Hay que pensar que las cifras están ahí: una de cada tres mujeres y uno de cada dos hombres va a desarrollar un cáncer a lo largo de su vida. Solo estas cifras tendrían que ser una llamada de atención para invertir en investigación. Sin embargo, la inversión en I+D+I en España es de 2 a 5 veces menor que en países de nuestro entorno. Debería ser una prioridad que en la ciencia haya planes a largo plazo que no estén sujetos a qué partido gana las elecciones.

—Se habla ya de epidemia de cáncer. ¿Tenemos que ser pesimistas?

—La incidencia del cáncer va a aumentar, y las estadísticas están ahí para confirmar estas tendencias. Esto es así porque cada vez vivimos más y la edad es un factor de riesgo, porque acumulamos alteraciones y mutaciones en nuestro material genético. Podremos reducir riesgos, como por ejemplo, el tabaco, el alcohol o la exposición dañina al sol. Pero hay componentes genéticos que no son todavía controlables o recuperables. De todos modos, se ha mejorado muchísimo en la detección temprana de los tumores, con técnicas como la biopsia líquida, por ejemplo. Además, los tratamientos se están iniciando en fases tempranas (muchos tumores hasta ahora se estaban tratando en fases ya muy avanzadas). Una de los grandes avances que veremos en un futuro ya próximo es en aplicar tratamientos antes de que ocurra el proceso de metástasis, antes de que las células tengan la oportunidad de diseminarse por el organismo.

—Lo positivo es que hay avances prometedores.

—Se ha avanzado muchísimo en muchos tumores como los de pulmón, de mama, hematológicos... Incluso en el melanoma, que es el tumor en el que yo trabajo, y para el que tradicionalmente no había tratamiento. Ahora sabemos que no hay un único tipo de tumor, que hay cientos y que cada paciente tiene células tumorales que pueden ser diferentes unas de otras. Lo que es frustrante es que estos avances en el conocimiento no los podamos trasladar al paciente de una forma más eficiente, porque a veces no tenemos medios o la infraestructura necesaria.

—¿Las terapias dirigidas son una de las grandes esperanzas?

—Hay dos grandes frentes. Uno son las terapias dirigidas a alteraciones o mutaciones que están presentes preferentemente en las células cancerosas pero no en las normales. El otro es la inmunoterapia, o conseguir que el propio organismo reconozca y ataque a las células tumorales. La combinación de ambas, adaptándolas al tipo de tumor y el paciente, es el futuro. Además, la inteligencia artificial va a ayudar mucho a los investigadores porque ya hay algoritmos capaces de distinguir lesiones benignas de malignas con un nivel de precisión bastante alto.

—¿Se aplica bien la prevención?

—Hoy por hoy, creo que hay bastante concienciación en general sobre los riesgos de la la exposición solar, el tabaco, el alcohol, incluso determinado tipo de dieta. Con los cribados de mama, colon, pulmón, se está mejorando significativamente la detección temprana, aunque hay bastantes desigualdades entre comunidades autónomas y eso habría que solucionarlo.

«El liderazgo de las mujeres es una asignatura pendiente»

Marisol Soengas acoge el reto de la presidencia de Aseica «con mucha ilusión». El objetivo principal es «apoyar la investigación del cáncer en España a todos los niveles, desde las áreas más básicas hasta la aplicadas, y también a los investigadores e investigadoras, desde los más jóvenes hasta los más establecidos».

La asociación trabaja en varias áreas: apoyar a científicos y científicas jóvenes, romper barreras de género, mejorar la interacción entre la investigación académica y clínica, contribuir a la formación y a nuevas vocaciones, y en «hacer llegar a la sociedad y a los pacientes estos avances». Para Soengas es importante «que tengamos la posibilidad de una medicina más equitativa que llegue a todos los pacientes, independientemente de si vives en una aldea o en una gran ciudad. Todos los pacientes tienen que tener el mismo derecho al diagnóstico y al tratamiento».

—¿El liderazgo de la mujer en investigación sigue siendo una asignatura pendiente?

—­Sigue siendo una asignatura pendiente, porque estamos en torno al 25 o 30 por ciento de puestos de alta responsabilidad, cuando en las fases iniciales de las carreras hay un número igual o incluso superior de mujeres. Hay un problema de liderazgo que es muy complejo, porque influyen factores sociales, científicos o familiares.

—Desde la asociación trabajan para luchar contra algunos estereotipos.

—Sí. Desde Aseica desarrollamos una acción que se llama Conócelas, que iniciamos con el objetivo de romper los estereotipos de la mujer científica como una mujer rara. Pero también nos interesa que se conozca a los hombres, porque muy poca gente se sabe los nombres de científicos que trabajen en el área del cáncer. Eso tiene que cambiar.