Presidenta de Médicos del Mundo: «A Ucrania llegará cada euro que se nos dé»

Carlos Punzón
carlos punzón VIGO / LA VOZ

GALLEGAS QUE ROMPEN TECHOS

M.MORALEJO

Nieves Turienzo lamenta que la sociedad se olvidase en poco tiempo del valor que le dio a la sanidad durante el confinamiento

13 mar 2022 . Actualizado a las 10:58 h.

Medicina es diagnosticar, curar, prevenir y, para unos médicos más que otros, atender también, preocuparse, ver más allá del caso clínico que tienen delante. Hay organizaciones nacidas para poner el acento en esa vertiente, en las consecuencias de desastres humanitarios como el que sufre Ucrania, o en reclamar igualdad de acceso a la asistencia sanitaria en todos los países. Médicos del Mundo es una de ellas, y Nieves Turienzo (Vigo, 1966) su máximo referente desde finales del 2020, cuando fue elegida como su presidenta para toda España.

«Desde los tres o cuatro años ya decía que quería ser médico», asegura en su consulta en el centro de salud de Baiona. «Me gustan las personas», añade sin dejar de reconocer que a ella hay que saber llevarla cuando saca el genio. Respuesta visceral ante las injusticias y las desigualdades, o ante los ataques sin motivo como el que se vuelve a vivir en Europa, pero en su visión sobre la guerra acaba venciendo el ideario de su organización. «Médicos del Mundo no tiene bando. Atendemos a las personas que se hieren en las guerras, incluso a los que tiran las bombas si lo necesitan. Si nos significásemos, nos convertiríamos en parte del problema y la medicina humanitaria es mediar, no hacemos preguntas de por qué o quién tiene la culpa». Explica que un posicionamiento de su organización ante un conflicto armado pondría en peligro a sus miembros destacados como ahora en Ucrania, o le impediría poder acceder donde no llegan otros médicos y personal sanitario. «No estoy de acuerdo con todo lo que decide Médicos del Mundo, pero en el 99 % sí», dice para demostrar la identidad que tiene con una organización que empezó a respaldar en el 2005, que lideró en Galicia entre el 2009 y el 2015 y que tras ser secretaria nacional, ha acabado por presidir para toda España a base de tiempo quitado al tiempo y la dedicación que exige una estructura de catorce agrupaciones autonómicas y casi cien trabajadores.

No duda Nieves Turienzo, en todo caso, en remarcar el drama humano que se ha generado en Ucrania. «Pronto serán tres millones de refugiados y en todo el mundo eran siete millones de personas las que estaban en esa situación hasta hace nada», destaca para hacer ver «lo terrorífico» que se está viviendo a poco más de dos horas en avión.

«Cada euro que se nos dé para Ucrania llegará a Ucrania y si mañana se acabase la guerra, preguntaríamos a los donantes si están de acuerdo en que destinemos ese dinero a labores de atención y reconstrucción humanitaria. Si alguien no lo está, se le devuelve», señala para garantizar la transparencia en la gestión de la organización que preside. «Somos muy estrictos y nos ven con lupa y me parece bien. Yo, pese a que vivo de una nómina pública, tardo meses en que se apruebe mi declaración de la renta», apunta para remarcar el escrutinio al que asegura es sometida la ONG.

 Medicina pública

Turienzo estudió con la idea de hacer medicina psiquiátrica, pero derivó hacia la atención de los mayores. Un máster en gerontología clínica y social le llevó a empezar siendo médica en residencias de mayores. «Pero a mi la vertiente privada de la medicina... ¡no!», resuelve para declararse militante al cien por cien de la asistencia pública, la más igualitaria e incluso mejor, no duda en posicionarse.

Esa identificación con el sistema público le llevó a acabar siendo doctora en atención primaria. Primero en Tomiño, luego en Mos y finalmente en Baiona. Con la experiencia no duda en preferir la atención en las zonas rurales.

Su organización mantiene que el covid es ya una oportunidad perdida en favor del sistema sanitario público español. «Antes de la pandemia sufría muchos déficits y en lugar de estabilizar las incorporaciones y refuerzos que se han hecho en estos dos últimos años, se ha dejado ir de nuevo, recortando fondos, atención y equipos», se queja.

Turienzo también lamenta que la sociedad no se haya concienciado de esa necesidad, que no se haya posicionado para que se mantuviese lo desarrollado frente al covid, e incluso de que ya no se acuerde, en general, del valor que le dieron en el confinamiento y en la crisis sanitaria a la sanidad. «Se olvidó todo en tres meses», asegura, añadiendo que el personal sanitario ha tenido que aguantar «hasta que nos llamasen vagos», asevera desde una consulta repleta de historias médicas tras un día de ver pasar por delante preocupaciones, dolencias, temores... personas, en todo caso, como insiste Nieves Turienzo, que buscan certezas, como en Ucrania ahora mismo, médicos y enfermeras de Médicos del Mundo atienden a, también personas que no dejan de preguntarse por qué y qué van a hacer para reconstruir una vida que para siempre quedará marcada por las bombas.

EN DETALLE

- Primer trabajo

- En un psicotécnico de Vigo para sacarme unas perrillas mientras hacía el MIR.

- Causa a la que se entregaría

- A la sanidad humanitaria por encima de todo.