De la emigración a una aldea gallega para crear los retratos más premiados

Gladys Vázquez REDACCIÓN / LA VOZ

MEXICO

De izquierda a derecha, Tato, de 101 años; retrato premiado en los WPE Awards y foto que muy pronto presentarán a concurso
De izquierda a derecha, Tato, de 101 años; retrato premiado en los WPE Awards y foto que muy pronto presentarán a concurso

Maribel y Mariano dejaron sus empleos y regresaron en busca de su vocación

20 jul 2021 . Actualizado a las 13:37 h.

Mariano pone cara de circunstancias cuando se le pregunta por la larga lista de premios que atesora. «Soy muy exigente y siempre digo eso de ‘bueno, pero no hemos quedado de primeros'». A su lado ríe Maribel, su compañera de vida y el otro cerebro de Dos Marías Arte Fotográfico. Sus trabajos, realizados desde el corazón del rural ourensano, suman más de una docena de premios internacionales. Desde los Cosmo Awards a los WPW Awards International Photography.

Certámenes con jurados especializados que han reconocido lo particular de sus retratos. «Los premios han llegado cuando más los necesitábamos y nos dan fuerza. Con el confinamiento todo se acabó así que podemos decir que tener un proyecto artístico es una valentía», explica Maribel.

La de Mariano Fuentes (Buenos Aires, 1978) y Maribel González (Ciudad de México, 1973) es una historia de casualidades y de búsqueda. Nieto e hija de emigrantes gallegos, el destino les unió en una fiesta en Madrid. Ella sí tenía relación con la tierra. Él la había perdido por la muerte prematura de los familiares que le conectaban con Galicia. «Cuando conocí a Maribel en España, resultó que también era gallega», exclama Mariano. Así comenzaban el camino hacia el lugar al que pertenecen.

Maribel González y Mariano Fuentes
Maribel González y Mariano Fuentes

«Veníamos de mundos muy distintos. Yo estudié derecho jurídico empresarial y estuve trabajando en planificación fiscal internacional en grandes empresas, pero tuve una crisis a todos los niveles». Ese conflicto vital llevó a Maribel a la India e incluso a trabajar como voluntaria con las misioneras de la caridad. También al yoga y a la meditación. Mariano trabajó como director de arte en una agencia de publicidad pero, por una carambola, pasó 14 años como tripulante de Aerolíneas Argentinas.

«Cada uno hizo el recorrido a su manera», explican. Eso sí, había algo que les unía y que tenían latente: el arte. Todavía sin tener claro su futuro laboral, estos dos gallegos aterrizaron en el pueblo de origen de Maribel, San Amaro. «Necesitábamos un sitio donde anclarnos. Y eso que, cuando yo llegué en el 2018, estuve aquí dos semanas solo y no paró de llover. Me preguntaba, ‘¿qué hago yo aquí?'», recuerda entre risas Mariano. Lo que definitivamente les dio el empujón hacia lo suyo, los retratos, fue una exposición de Rembrandt a la que asistieron en el Rijksmuseum de Ámsterdam. «Fue una casualidad. Para visitarla había que tener cita y, de repente, a una señora le sobraban dos entradas. El dramatismo de las obras, cómo juega con la luz, nos tocó mucho».

Esa anécdota supuso un antes y un después. Su primera modelo fue su cuñada. El segundo, y más especial, el abuelo de Maribel, Tato, de 101 años. «Está lleno de vida, vive solo y fue cazador. Cuando enseñamos aquella foto, la gente se emocionaba. Así surgió la idea de abrir el estudio». Era el año 2019 y la foto de Tato ha llegado tan lejos que este centenario ourensano va formar parte de un trabajo de National Geographic que retratará la longevidad a lo largo de todo el país. «Hacemos retratos creativos, corporativos y books. Nos desplazamos, pero le recomendamos a la gente que venga aquí a vivir la experiencia. Buscamos la intimidad con la persona. Les conocemos, les hacemos una entrevista, creamos un espacio para que se sientan ellos mismos. En función de lo que captamos, creamos una producción a medida».

A la espectacular estética y a su componente pictórica le dan menos importancia. Es su camino para capturar la luz de cada protagonista. «Tenemos un estándar de calidad muy alto y no nos conformamos con cualquier cosa. Eso sí, nos gusta transmitir que el arte es accesible para todos. Desde un retrato de familia hasta algo corporativo». Sobre el formato, la impresión es la reina. «Hay quien se ha llevado retratos de más de un metro y ha dicho: ‘vale la pena'».