El hijo de emigrante que contrató a Enrique Ponce

Rubén Nóvoa / Miguel Villar

MEXICO

Miguel Villar

José Andrés Estévez tiene raíces en la comarca de O Carballiño y es en México empresario taurino

02 oct 2019 . Actualizado a las 14:11 h.

A José Andrés Estévez Nieto se le ilumina el rostro cuando habla de Galicia. Es de esa generación de hijos de emigrantes mexicanos que beben los vientos por escaparse a la tierra paterna y materna cada vez que tienen ocasión. Su padre nació en Beariz y su madre en Boborás. Emigraron cuando todavía no habían llegado a la veintena, pero ni ellos ni ahora su hijo han dejado de tener morriña. «Desde los 17 años vengo a O Carballiño, siempre que puedo». Al otro lado del charco José Andrés Estévez Nieto tiene una agencia de noticias en México. Vive en Santiago de Querétaro, que se encuentra a 220 kilómetros al norte de Ciudad de México y que cuenta con una población en su área de influencia próxima a los dos millones de habitantes.

Su vertiente empresarial creció hace un año y medio cuando entró de lleno en el negocio de los toros al hacerse con la gestión por tres años de la plaza de toros de Santa María, una de las más importantes del país y que cuenta con 10.000 espectadores. Y cada vez que puede se escapa a España para contratar en persona a las figuras que completarán el cartel. El año pasado fue el turno de Diego Ventura y este el cabeza de cartel será Enrique Ponce. «En el planeta de los toros, México ocupa un lugar preponderante al ser después de España el país con más afición del mundo. Tiene, de hecho, la plaza más grande del mundo, que es la de Insurgentes», explica. También destaca la calidad (y cantidad) de las ganaderías mexicanas y traza, a grandes rasgos, las diferencias entre los toros de ambos países. «El toro en España es para el gusto del aficionado español. Tiene más temperamento y es más hosco. En México el toro no es tan grande, pero tiene mucha clase y bravura», señala.

Sobre su vinculación con la comarca de O Carballiño, el empresario audiovisual y taurino indicó: «Cuando tengo una semana en España por razones de trabajo, aunque sea solo un día, vengo a ver a los amigos de Galicia. Por desgracia, los largos veranos de dos meses aquí de la juventud ya dejaron de serlo hace tiempo, pero desde los 17 años vengo de visita constantemente».