Los viajes solidarios sanitarios que llevan esperanza a la África más pobre: «Vimos a un niño que llevaba un año con los ojos cerrados por el dolor»

Bea Abelairas
bea abelairas FERROL / LA VOZ

COOPERANTES

Los sanitarios Ángel Veiga y Ana González, esta semana, con los pacientes que esperan ante la clínica
Los sanitarios Ángel Veiga y Ana González, esta semana, con los pacientes que esperan ante la clínica Cedidas

Oenegés y profesionales de la provincia construyen un hospital en Senegal

27 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde hace varias décadas no pasan ni dos meses sin que sanitarios de la provincia vuelen hasta las zonas más pobres de África para llevar esperanza en forma de cuidados. Ahora mismo en Senegal hay una nueva misión de una de las pioneras, la oftalmóloga Ana González, que cumple trece años realizando, al menos, una expedición anual. En muchas de estas salidas se lleva el material más avanzado que tiene en su Instituto Gallego de Cirugía Ocular (IGCO) de Ferrol. Y siempre va apoyándose en la oenegé Azul en Acción que prepara el terreno para que ella y otros muchos profesionales puedan ayudar a centenares de pacientes.

«El objetivo es ir dejando semillas de gente en distintos sitios que nos va ayudando y conseguimos que la cooperación abarque más, que pueda ayudar a muchísima más gente», cuenta la oftalmóloga Ana González desde la localidad senegalesa de M'Bour, donde parte del equipo se desplazó esta semana a un poblado donde se revisaron a más de dos centenares de personas y se van a completar esos tratamientos con las gafas de una óptica solidaria que han creado en la zona.

Junto a Ana está trabajando otro sanitario de la provincia, Ángel Veiga, en una campaña que no se detiene a lo largo del año y aún así siempre tienen colas de personas esperando en la puerta: «Este es un trabajo conjunto, una cabeza con muchos brazos en la que intentamos llegar también a la población con más problemas, ya que si nos quedáramos en un sitio acudirían solo los que pudiesen desplazarse», cuentan mientras organizan la llegada, este mismo fin de semana, de otro grupo de personas de un poblado muy remoto.

Senegal cuenta con solo 65 oftalmólogos en todo el país. Y la mayoría de las personas no pueden acceder a sus consultas, por eso sanitarios como Ana o Ángel viajan a la zona e incluso colaboran para construir un hospital para formar a sanitarios que sigan con sus tratamientos.

Ana González durante una de las revisiones de esta semana
Ana González durante una de las revisiones de esta semana Cedidas

Ana González, oftalmóloga: «Vimos a un niño de siete años que llevaba un año con los ojos cerrados por el dolor»

Hace más de trece años que la oftalmóloga Ana González se embarca en misiones que cada vez son más complicadas, por la situación de los países en las que hace más falta su presencia. Aún así, no se rinde y contesta desde Senegal en breve descanso.

—¿Cómo va esta campaña?

—Está saliendo todo muy bien, llevamos muchos años viniendo, pero cada campaña es distinta: aunque los problemas puedan multiplicarse el equipo que hemos creado para trabajar aquí funciona bien y cuando se estropea algo siempre hay una persona que lo puede arreglar, en ese sentido, estamos muy bien. En pocos días llevamos un montón de cirugías realizadas, la mayoría a pacientes ciegos y niños que no tendrían futuro sin esta intervención. Cada paciente es una historia diferente que no puedes olvidar.

—¿Puede hablar de alguna?

—La de un señor que, al destaparle los ojos, miraba sus manos sin parar, les daba la vuelta y no dejaba de observarlas, así que le preguntamos al traductor y nos dijo que no se reconocía las manos. Todas las personas que atendemos viven sin poder verse en el espejo, sin poder reconocer a los suyos... Es tremendo. Estas cirugías de cataratas o de otras dolencias que se resuelven de forma muy sencilla en A Coruña a ellos les devuelven a la vida

—¿Qué le impresiona más?

—Lo que más me impacta son los niños, es muy conmovedor ver que a través del trabajo de todo el equipo se lleva a cabo una labor impresionante. Nos encontramos con casos terribles: ayer vimos un niño con una conjuntivitis tropical avanzada y nos decía su madre que llevaba muchos años así, pero que desde hace un año no abría sus ojos por el dolor tan grande que tenía. Tiene siete años y le pusimos tratamiento, pero la idea es seguir tratándolo cuando nos marchemos, le mandaremos medicamentos... Es increíble la capacidad que tienen para aceptar el dolor. Este era un niño de siete años con los ojos cerrados durante doce meses, porque al abrirlos sufría lo indecible.

—También reparten gafas...

—Lo hemos comentado muchas veces: las graduadas devuelven vida, pero las gafas de sol también son fundamentales, porque les protegen de la radiación y del aire con el problema que tienen de los ojos muy secos. A una niña le pusimos una gafa de muchas dioptrías y te das cuenta de que esa sonrisa que te devuelve cuenta lo que puede ver ahora. Todas estas pequeñas cosas te dan idea de todo lo que tenemos en España y no lo valoramos.

—Algunos llegan de muy lejos...

—Ayer vinieron en autobús pacientes ciegos y los tuvimos que operar en el día porque se quedan a dormir delante de la puerta y ya vuelven a su poblado, esto nos da idea de cómo están.

Henri Jesús, el niño senegalés que estuvo en A Coruña para que le operasen
Henri Jesús, el niño senegalés que estuvo en A Coruña para que le operasen

La historia de Henri, que pudo viajar hasta Galicia para recuperarse

Azul en Acción logró implicar a sanitarios de la provincia para traer a Henri, un pequeño que necesitaba una operación para poder ver e ir a la escuela. Especialistas ourensanos, coruñeses y el equipo de anestesia del hospital Ribera Juan Cardona colaboraron en un proceso que le permitió ver, por primera vez en su vida, el mar.

Lorena Bembibre en Senegal
Lorena Bembibre en Senegal

Una larga lista de cooperantes: de Lorena Bembibre a Diego Rivas

Ana González cuida los ojos más débiles de África, pero la médica Lorena Bembibre deja las urgencias de A Coruña para ayudar también en Senegal, y el cirujano Diego Rivas acaba de regresar de una de sus expediciones en la que incluso ha usado un camión convertido en quirófano: «Ver la reacción de una madre porque uno de sus hijos podrá ver es algo que no se olvida», resaltan desde M'Bour.