«El Ártico se está calentando entre dos y cuatro grados más que el resto del mundo»

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El  investigador gallego Efrén López estudia el impacto del cambio climático en la región ártica

08 mar 2024 . Actualizado a las 18:31 h.

En la ciencia del clima hay una máxima que manifiesta que «lo que pasa en el Ártico no se queda en el Ártico». En realidad, se trata de un principio que se puede aplicar también a la Antártida, al Amazonas y al Pacífico. El sistema climático de la Tierra representa la suma de muchas piezas. El polo norte juega un papel decisivo y está sufriendo los efectos del calentamiento global con más intensidad. «Ocurren un cúmulo de cosas. Para empezar el aumento de las temperaturas es entre dos y cuatro veces superior al resto del mundo. Esto provoca que haya cada vez más precipitación y menos nieve que altera el balance energético mundial y acelera el calentamiento», explica Efrén López, investigador en la Universidad de Aarhus en Dinamarca.

Hace años ya que López abandonó el clima suave de Vigo por el frío extremo de las latitudes polares atraído por la magia del Ártico, donde todavía es posible encontrar un poco de «naturaleza pura». Ahora está a caballo entre Copenhague y Groenlandia investigando los efectos de las emisiones de dióxido de carbono y metano en la región.

Efrén acaba de firmar como primer autor en la prestigiosa revista Nature Climate Change un artículo que ha evaluado el efecto de la Guerra de Ucrania en la investigación polar. «El punto de partida era tratar de averiguar si Interact, la red de estaciones de investigación más amplia de todo el hemisferio norte, puede ofrecernos realmente una visión representativa del clima del Ártico», destaca. El proyecto Interact dispone de unas 90 estaciones, de las cuales alrededor de 20 son rusas. Así que al planteamiento inicial de Efrén y el resto de científicos de su grupo hubo que añadir una nueva pregunta por las circunstancias actuales. «Desde hace dos años no tenemos intercambios de información con los rusos y tampoco podemos hacer trabajo de campo en su territorio donde tenemos experimentos como, por ejemplo, en Siberia. Así que nos preguntamos a mayores cómo el conflicto estaría afectando a esa visión del Ártico», apunta.

Tal y como reconoce Efrén cualquier persona puede intuir que la guerra está causando un impacto en la ciencia, de la misma forma que lo tiene en la economía o la energía. Sin embargo, en el caso del polo norte, la exclusión de Rusia no supone un tema menor. «Para empezar ocupa la mitad del Ártico y algunas de sus estaciones están en el bosque boreal que aportan una información muy importante sobre el carbono. La conclusión de nuestro artículo es que incluso con todas las estaciones de la red Interact tenemos una idea sesgada del Ártico, pero que ahora lo es mucho más debido a la guerra de Ucrania. Es decir, estamos perdiendo capacidad para describir procesos esenciales y los cambios que se están generando en la región ártica», lamenta.

«Necesitamos más datos»

Acostumbrado a trabajar con datos sobre el clima de la Tierra, la conversación con Efrén supone una excelente oportunidad para comentar las tremendas anomalías del 2023 y preguntarle si estamos ante un problema que la ciencia infravalora. «Como modelador matemático debo decir que se trata de una cuestión muy difícil de responder. Hay que tener en cuenta la incertidumbre en los datos, que está por todas partes. En las estaciones que tenemos en Groenlandia hay unas ventiscas muy potentes que alteran los resultados de precipitación alrededor de un 50 %. Ese sesgo se reproduce después en nuestro modelo que será diferente al de otros. Y con esta información tratamos de crear proyecciones para el futuro. Necesitamos más datos», reconoce.

Pero de la misma forma que López confiesa que nunca será posible tener un conocimiento completo de lo que está sucediendo actualmente en la Tierra, no tiene dudas de que el 2023 ha sido el año más cálido desde que hay registros. «Esto es innegociable. Podemos decir que igual está relacionado con los eventos de La Niña y El Niño y el pico de contracción de dióxido de carbono y metano. También con el hecho de que tras la pandemia todo el mundo está viajando mucho. Es decir, parece que han coincidido muchas cosas a la vez. La cuestión es saber qué va a pasar este año y el siguiente. A mí no me sorprendería que hubiera un nuevo récord de temperatura global porque las emisiones de gases de efecto invernadero no dejan de aumentar», concluye el investigador.