El 83 % de los empleados expatriados sufren estrés

EUROPA

TOBY MELVILLE

Conseguir trabajo en el extranjero es más fácil para los españoles, pero no es garantía de satisfacción: seis de cada diez no están conformes con sus salarios

02 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Alemania tiene 758.770 vacantes laborales sin cubrir, según el portal Eures para la búsqueda de empleo. Lo mismo ocurre con Francia, donde se ofertan 626.896 puestos de trabajo. Desde médicos, auxiliares de enfermería y expertos en cuidados a dependientes hasta ingenieros y albañiles. Hay perfiles de todo tipo que hacen muy atractiva la idea de emigrar durante unos años para volver con un buen colchón y un currículo mejor. Pero la experiencia no siempre es tan idílica como se suele presentar.

Según un estudio de la compañía Cigna, el 83 % de los españoles que han hecho las maletas para trabajar en el extranjero sufren estrés, frente al 74 % de los empleados que se quedan en España. No es de extrañar. Más de un tercio de los expatriados apenas puede conciliar su vida laboral y personal. La pandemia también ha agravado su situación. El 41 % tiene el miedo al contagio como una de sus principales preocupaciones, solo por detrás de la incertidumbre del futuro.

Salarios

La principal razón por la que se suele buscar trabajo en los países del entorno es por el deseo de mejorar las condiciones laborales en términos de estabilidad y también de salario. Un trabajador español gana al año, después de impuestos y transferencias, unos 12.612 euros de media, según Eurostat. Una cifra que contrasta con los 18.152 de un alemán, los 20.067 euros de un británico o incluso los 35.749 de un suizo, quien gana casi tres veces más. Sin embargo, no siempre casan las expectativas con la realidad. Casi seis de cada diez españoles expatriados aseguran estar inconformes con sus sueldos, casi el mismo número de quienes piensan que, al menos, la experiencia les servirá para mejorar sus aptitudes.

En la Unión Europea hay 17 millones de ciudadanos que están trabajando en otro país diferente al suyo —13 millones de ellos en edad de trabajar—. Casi la mitad se han desplazado al Reino Unido —ahora fuera de la UE— o a Alemania. Hasta un 28 % se reparten entre Francia, Italia y también España, que a pesar de la tradición emigrante del país, acoge a 1,4 millones de trabajadores expatriados. También despide a los suyos. Antes de la pandemia, se fueron 56.586 españoles, la quinta cifra más baja de la UE en comparación con el total de su población. Todos ellos se han sumado a la cohorte de 2.654.723 ciudadanos patrios que residen en el exterior, según el Instituto Nacional de Estadística.

Posibilidades de empleo

¿Dónde hay posibilidades para ese 46 % de los expatriados españoles que manifiestan tener la capacidad de resistir en otro país, con otro idioma y otras costumbres? Conviene tener en cuenta que «los trabajadores de la UE desplazados tienen menos probabilidades que un nacional de ser empleados en Alemania y Francia», según la Comisión Europea. Sin embargo «tienen más probabilidades de ser empleados en el Reino Unido e Italia». El pasaporte es una garantía de empleo: «En términos de oportunidades de empleo, la movilidad parece más prometedora para los griegos, los italianos, croatas y españoles, cuyos ratios de empleabilidad fueron considerablemente más altos», asegura en un informe en el que pone de relieve el protagonismo de cargos como funcionario sénior, gestor y operador de planta y maquinaria.