Alejandro Piñeiro: «A los 20 días de llegar a Malta ya estaba trabajando»

Alejandro García Chouciño
alejandro G. chouciño LA VOZ / A CORUÑA

EUROPA

Alejandro Piñeiro
Alejandro Piñeiro

Destaca las oportunidades laborales del país

11 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Las ganas de vivir una experiencia nueva en el exterior fueron las que llevaron a Alejandro Piñeiro Ferreiro (Orzán, 1992) a poner rumbo al Mediterráneo. «Primero pensé en otros países, pero tenía un conocido en Malta que me habló muy bien de la isla y de las oportunidades laborales, eso me hizo pensar en que podía ser una gran opción para mí».

Los nueve meses de sol y la cercanía con España fueron otros de los condicionantes por los que tomó la decisión de irse: «Los comienzos siempre son algo complicados, pero en mi caso tuve la suerte de conseguir adaptarme muy bien al país y a los 20 días ya estaba trabajando y ya tenía mi grupo de amigos», relata Alejandro. El joven explica que al pertenecer a la Unión Europea, no tuvo que hacer ningún trámite «hasta los cuatro o cinco meses, momento en el que solicité el ID Maltés que me permite disfrutar de los beneficios de vivir aquí».

En la actualidad trabaja como formador del departamento de fraude de Codere, con oficinas en Sliema. «Empecé en febrero del 2021 en un puesto distinto al actual pero tuve la suerte de ascender dentro de la empresa», añade.

Este coruñés destaca que en Malta «la situación es muy buena ya que la gran mayoría de las empresas del sector igaming están aquí y también están la mayoría de profesionales. En España, con el cambio de ley, las empresas del sector se están viendo afectadas. Creo que hay medidas que son útiles y necesarias, pero otras perjudican el crecimiento de este sector y estamos hablando de un sector muy potente internacionalmente».

Su crecimiento profesional dentro de la empresa es uno de los aspectos más positivos que Alejandro considera que le ha aportado esta experiencia en el extranjero: «He mejorado muchísimo en poco tiempo. Tener la oportunidad de ser formador en una compañía multinacional como Codere en menos de un año es algo muy complicado de ver en España».

A nivel personal confiesa que ha podido conocer a personas de otros países y culturas. «Es algo que veía necesario para el crecimiento de uno mismo», precisa. Un cambio de vida que no le ha costado asimilar por las similitudes que tiene Malta con la ciudad herculina. «No es un ritmo de vida como el que te puedes encontrar en grandes ciudades como Madrid o Barcelona. Además, el estilo de vida maltés es muy mediterráneo, similar a Italia o España», sostiene. Por ello, pese a que confiesa tener morriña, no contempla regresar a medio plazo para así poder seguir creciendo profesionalmente.