Galicia brilla en Uzupis, el barrio más gamberro de Lituania

Juan María Capeáns Garrido
Juan capeáns SANTIAGO / LA VOZ

EUROPA

Los vecinos de esta «república independiente», en Vilna, estrenan una placa en gallego de su propia Constitución

26 jul 2021 . Actualizado a las 20:53 h.

1. «Cadaquén ten dereito a vivir preto do río Vilnele, e o río Vilnele ten dereito a fluír preto de todo o mundo». 2. «Cadaquén ten dereito á auga quente, a calefacción no inverno e a un tellado». 3. «Cadaquén ten dereito a morrer, mais non é a súa obriga». Y así, hasta 41 artículos en gallego entre el sentido común y la ironía se podrán leer desde este domingo en una generosa placa en una calle de Uzupis, el barrio más bohemio de Vilna, la capital de Lituania. Se trata de su propia Constitución, porque ese territorio es en realidad una «república independiente», una rebeldía que tomó forma entre cervezas hace 24 años y que es aceptada de buen grado por toda Lituania, pero sin reconocimiento por parte de ningún Estado. Tienen bandera, moneda propia, un presidente que es poeta y hasta un ejército que nunca ha superado los veinte miembros.

Letrero invitando a realizar el Camino en una de las calles de Uzupis
Letrero invitando a realizar el Camino en una de las calles de Uzupis

A pesar de que España tampoco le reconoce esas veleidades patrióticas, el embajador en Lituania se presentará en son de paz con pulpo y empanada para celebrar que el gallego se incorpora a las más de veinte placas que reproducen en la calle Paupio su sarcástica Constitución en diferentes idiomas. Después de que suenen los himnos de Uzupis, el de España y el gallego, José María Robles Fraga —hijo del político Carlos Robles Piquer y sobrino de Manuel Fraga— tiene pensado hablarles de la universalidad de Galicia y de su lengua. Y del Camino de Santiago, que despierta auténticas pasiones en el país católico más al norte y al este de Europa. «Les atrae porque les conecta con Occidente», reflexiona el diplomático, que lleva tres años en la región báltica y que se mostró entusiasmado ante la iniciativa, que partió de dos gallegos que se dirigieron al gobierno de Uzupis para proponer la candidatura aprovechando el año santo 2021 y el Día de Santiago.

Robles solo lamenta no haber conseguido cerveza gallega para disfrutar junto a los vecinos de un barrio «con carácter, que es gamberro pero a la vez muy respetado» en la capital, por su singular interpretación de la cultura y las expresiones artísticas, siempre fronterizas con el surrealismo. De hecho, cuando nació la república, en la plaza central se colocó un gran huevo sobre una columna, sustituido más recientemente por un ángel trompetero, que es una de las atracciones turísticas de unas calles en las que estos días se han colgado pancartas animando a peregrinar a Galicia. Después de todo lo sufrido por la pandemia, Robles también tiene pensado pararse en el artículo 16. «Cadaquén ten dereito a ser feliz».