«Nuestro verano siempre es gallego, pero este año no va a poder ser»

Olga Suárez Chamorro
Olga Suárez LA VOZ / REDACCIÓN

EUROPA

José Lara y sus hijos, en su casa de París
José Lara y sus hijos, en su casa de París

José Blanco vive en Francia y siempre pasa sus vacaciones en Monterroso, donde viven sus padres desde que retornaron

10 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Un sentimiento similar comparten este año muchos emigrantes que cada año vuelven a la tierra en la temporada de verano. Este año no va a poder ser. La pandemia del coronavirus está pasando, pero las fronteras siguen cerradas y, aunque en Europa se van a abrir el 1 de julio para tratar de salvar la temporada estival, no todos se sienten seguros para viajar. Es el caso de José Blanco, que nació en Francia pero que se siente frangalego: «Siempre he vivido con mis raíces gallegas a lo largo de mis 43 años», y reconoce que es un sentimiento propio de los hijos de gallegos que, al igual que él, estuvieron viviendo entre dos culturas. Su madre es de Xunqueira de Ambia, en Ourense, y su padre de Monterroso; en esta localidad lucense viven desde que retornaron a la tierra de la que salieron en los años sesenta en busca de oportunidades laborales: «Ahora están jubilados y disfrutan de la vida tranquila y sin estrés de Galicia».

Familia francogallega que vive cerca de París
Familia francogallega que vive cerca de París

José vive a unos 20 kilómetros de París, es asesor de empresas en una entidad bancaria y tiene dos hijos de 9 y 13 años. Su mujer es maestra y también es francesa de padre gallego, nacido en Baños de Molgás (Ourense), por lo que los viajes a España suelen tener varias paradas obligadas, «solemos recorrer las cuatro provincias, ya que tenemos la suerte de tener las viviendas principales y secundarias de padres y suegros en todas».

Nunca se han planteado vivir en Galicia, «tenemos una situación estable en Francia, que también es nuestro país y lo amamos», pero lo que está claro es que su verano es gallego; lo que más les gusta es la tranquilidad de sus pueblos y, sobre todo, estar en familia. «Después matamos la morriña durante el año con productos de la tierra, viendo series de la TVG y que no falten los partidos del Dépor y de la Liga». 

La situación del coronavirus no les ha afectado personalmente en aspecto sanitario, pero sí ha cambiado su ritmo de vida. José cuenta que sus familiares han respetado el confinamiento y destaca especialmente «el trato espectacular de los vecinos, protección civil y ayuntamiento de Monterroso». Ahora, se plantean un verano tranquilo por Francia e intentarán posponer el añorado verano en Galicia al mes de octubre.