«Aquí puedo salir de casa cuando quiera»

María Doallo Freire
María Doallo OURENSE

EUROPA

Paula Ramos, frente al puente Erasmo
Paula Ramos, frente al puente Erasmo

Paula Ramos lleva cinco años en los Países Bajos, donde la ha pillado la crisis del covid-19

27 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Este septiembre, la arquitecta ourensana Paula Ramos celebrará cinco años desde que se mudó a Róterdam. Llegó a los Países Bajos por casualidad. Tras una grata experiencia haciendo prácticas en Roma se animó a enviar currículos a varios estudios en distintos rincones del mundo y la llamaron de GrupA, donde sigue trabajando hoy en día. «Venía para tres meses y mira...», afirma.

-Háblenos de su día a día.

-Normalmente, de lunes a viernes trabajo en el estudio y desde hace dos años lo compagino con un grado de ciencias medioambientales por la UNED, voy poco a poco pero me mantiene bastante ocupada. Los fines de semana los dedico a salir en bici, a quedar con mis amigos y a asistir a los constantes eventos culturales que propone la ciudad.

-¿Cuál la situación que están viviendo actualmente?

-En un primer momento en Holanda se propuso una vía intermedia entre la inmunidad de grupo y la cuarentena. A medida que ha avanzado la epidemia, el primer ministro ha cambiado su postura y en los siguientes discursos se ha desligado de la estrategia de la inmunidad de grupo, si bien nunca se ha llegado a proponer un confinamiento total de la población. A día de hoy aquí puedo salir de casa cuando quiera, sola o acompañada por un máximo de dos personas, siempre respetando la distancia social de metro y medio. Los negocios que permitan la separación requerida entre personas están abiertos, como Decathlon, Zara, MediaMarkt y muchos otros.

-¿Qué destacaría de su experiencia en el extranjero?

-Lo mejor está siendo mi desarrollo profesional. Los proyectos son muy interesantes, tienen en cuenta conceptos novedosos en cuanto a movilidad, sostenibilidad, circularidad de materiales, etc. Normalmente la organización de una empresa es muy horizontal, es decir no hay una marcada cadena de mando, hay una directa relación con los jefes que incentivan constantemente a los empleados a que se formen y se familiaricen con el funcionamiento de la empresa. Solemos tener ideas preconcebidas de otros países y una vez que llegas hay muchas cosas que te sorprenden, a veces para bien y a veces para mal. Por ello creo que es muy importante que los estudiantes puedan tener experiencias fuera de España, te ayudan a saber valorar ciertos aspectos y a criticar otros.

-¿Qué es lo que más le gusta de Róterdam?

-Me encanta su multiculturalidad. Hay todo tipo de restaurantes, se escucha una gran cantidad de idiomas por la calle y constantemente se celebran eventos tradicionales de distintas partes del mundo. Una de las cosas que más aprecio es la eficacia de los medios de transporte. Las ciudades están muy bien comunicadas, aunque lo que más disfruto es moverme en bicicleta, algo que puedo hacer sin ningún problema ya que la infraestructura ciclista está a años luz de cualquier otro país.

-Habrá momentos de morriña...

-Sí. A quien más extraño es a mi familia, sobre todo a mis padres y a mi hermana. Durante el año intentamos hacer algún viaje los cuatro juntos para romper un poco esa nostalgia. Teníamos planeado ir a París pero debido al coronavirus lo hemos cancelado. También echo de menos el bullicio de las calles españolas en las que siempre hay ambiente y la comida en general, en particular la de mi abuela Pura. Aunque cuando paso mucho tiempo sin ir lo acabo extrañando todo: nuestro casco viejo, la lluvia, el olor a castaña asada, las pulpeiras... hasta las montañas. Aquí he compartido grandes experiencias, he aprendido muchísimo y he conocido a gente maravillosa, pero no lo considero un destino definitivo y en un futuro, creo que no muy lejano, volveré a Galicia.

-¿Cuáles diría que son las visitas obligadas para cualquier turista?

-Róterdam se construyó prácticamente de cero tras los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial y eso hace que en ella convivan edificios históricos con construcciones modernas y con experimentos arquitectónicos. Es muy distinta al resto de ciudades holandesas y merece la pena visitarla. Dentro de los Países Bajos, para amantes del arte y la naturaleza creo que es obligada la visita al museo Kröller-Müller, que se encuentra en el Parque nacional Hoge Veluwe. Quien viaje con niños puede ir al parque de atracciones de Eftelin, que superó mis expectativas. Y también recomiendo visitar Leiden porque tiene mucho patrimonio histórico y su jardín botánico es el más antiguo del país.

Trayectoria Vital

Multicultural. Nació en Ourense el 17 de noviembre de 1989 y estudió Arquitectura en la Escuela Técnica Superior de A Coruña. En el 2015 llegó a los Países Bajos, un lugar del que destaca, sobre todo, su multiculturalidad, algo que ha cautivado a Paula. Controla perfectamente el inglés, idioma en el que habla con sus compañeros de trabajo, la mayoría también extranjeros, aunque admite que no le ocurre lo mismo con el holandés: «Es mi asignatura pendiente, lo que más me está costando».