Si vas a Dublín o a Lisboa, pasas por Carballo

La Voz

EUROPA

SANTI GARRIDO

21 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

¿A dónde van, o de dónde vienen, las decenas de aviones que cada días cruzan el cielo de la Costa da Morte? Durante muchos años ese dato era un misterio, aquí y en todas partes, salvo para las personas relacionadas directamente con la aviación, pero hace ya bastante tiempo que se puede saber absolutamente todo de cualquier avión que pase sobre nuestras cabezas, o más bien que se esté moviendo en cualquier parte del mundo. Hay muchas aplicaciones que informan en tiempo real del nombre de la compañía, origen y destino, tiempo de vuelo y de llegada, velocidad y altitud, rumbo, DNI completo e imágenes del avión.... Todo. Así que ya no hay secretos. De hecho, quien consulte de manera habitual estos programas y sea un adicto a los aviones casi puede adivinar las rutas con solo mirar al cielo, aunque obviamente hay cambios habitualmente.

Pero hay patrones comunes, sobre todo dos: las rutas de entrada y salida hacia o desde América, y las europeas. Uno de los vuelos más comunes es el que enlaza (en diferentes compañías) Dublín con Lisboa o Faro, en el Algarve portugués. Todos ellos pasan sobre la vertical de Carballo. Las referencias son incontables. Ayer, por ejemplo, a las 15.30 horas, un Boeing 737 de Ryanair pasaba sobre la capital de Bergantiños desde Lanzarote y hacia Dublín. Volaba a 10.972 metros y lo hacía muy lento, a solo 680 kilómetros por hora.

Minutos antes había pasado el Lisboa-Dublín de turno. A media mañana, antes del mediodía, las rutas habituales son las intercontinentales con América, casi todas con origen o destino en Madrid (y Barcelona, menos) y en el otro lado, desde Nueva York a Los Ángeles, pero también México o algunos puntos de Centroamérica, aunque en este caso suelen volar más al sur.

Un avión Airbus 350 (los más modernos de la flota española) de Iberia procedente de San José (Costa Rica) entró ayer por Camariñas siete minutos antes de las 9.00 con destino Madrid, adonde llegaría 49 minutos más tarde. Los vuelos de cada día darían para un completo diario de viajes que tienen en común la Costa da Morte.