Los fallecidos en Mauthausen | Antonio Fariña Chouciño, de Malpica

luis lamela

EUROPA

CEDIDA POR LAMELA

HISTORIA | Sigue la serie sobre vecinos de la Costa da Morte que dejaron su vida en aquel campo de concentración

10 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

A veces llegamos a pensar que no hay nada más que contar, pero tristemente no es así. Aún hay vidas cortadas que no tuvieron tiempo para vivir, individuos que formaron parte durante 80 años de esa especie de cementerio llamado olvido, en una falsificación de la historia por parte del franquismo.

Pero llegó en BOE del 9 de agosto pasado con una suerte de catálogo de nombres, resurgiendo con fuerza inusitada lo que los historiadores, después de un exhaustivo proceso de investigación, documentación y divulgación, nunca pudieron provocar al publicar en los medios su aventura y trágico final. Y pergeñar una pequeña biografía es lo menos que merecen individuos como Antonio Fariña Chouciño, Antonio de Rosa, que nació el 9 de julio de 1906 en Malpica, hijo de Manuel Fariña Loureiro y Rosa Chouciño Pérez, domiciliados en la calle del Campo, número 15, de dicha localidad.

En 1938 Antonio estaba casado con María Rojo, y decidió huir a Francia el 13 de agosto junto con otros compañeros en la tarrafa San Adrián. De Francia, Antonio se vio obligado a trasladarse a tierras controladas por el Gobierno republicano, y cuando devino la derrota del ejército de la Segunda República pasó al exilio francés. En agosto de 1939 se encontraba en el campo de concentración de Argelès-sur-Mer, cuando parte de sus compañeros de fuga lograron embarcar en el Winnipeg rumbo al exilio chileno, lo que indica que Antonio no pudo reunir los avales necesarios para entrar en aquel país; de que alguien se responsabilizase de su manutención durante un determinado plazo.

Luchó contra los alemanes

Después de iniciarse la Segunda Guerra Mundial el 1 de septiembre de 1939, en los primeros meses luchó contra los alemanes, pero pronto fue hecho prisionero. Trasladado el día 24 de agosto de 1.940 con el número 4.082, procedente de Angoulême (Francia), al campo de exterminio de Mauthausen (Austria), falleció el día 6 de mayo de 1.941 en el comando Gusen número 2, cuando contaba con 35 años de edad, después de sentirse acorralado por la inconsolable sensación de que todo estaba perdido...

Todo en un corto espacio de tiempo que a él debió parecerle una eternidad, con torturas, esclavitud, brutalidades y finalmente muerte. Una historia dramática de un desheredado de los desheredados...

Y después de vivir el blanco y negro sucio de la posguerra y los códigos sociales del franquismo, en los últimos años de la década de los años 1960, o primeros de los setenta, su viuda María Rojo recibió una indemnización del Gobierno alemán, así como una pensión vitalicia, compensación que no reparó para nada dolor ni el vacío de la muerte y ausencia del marido.