Lavacolla suaviza su acento irlandés

s. lorenzo SANTIAGO / LA VOZ

EUROPA

SANDRA ALONSO

La aerolínea de bajo coste perdió usuarios en el 2018 tras despachar 91.000 billetes más en el año anterior

28 ene 2019 . Actualizado a las 19:56 h.

La programación del aeropuerto de Santiago encadena desde el verano pasado las consecuencias de unas decisiones estratégicas de las compañías que resultan sorprendentes en el contexto de la mayor expansión comercial de Lavacolla. Movimientos como la pérdida en esta temporada de invierno del enlace directo que Vueling operaba con Londres o el anuncio de Ryanair de que prescindirá desde abril del vuelo con Barcelona evidencian un repliegue de las compañías que plantea dudas en una terminal que avanza con el viento a favor de tres récords anuales consecutivos de viajeros. Aunque de esta expansión no se están beneficiando todas las aerolíneas. Las dos citadas solo vendieron el año pasado 4.200 billetes más que en el 2017, cuando incrementaron sus clientes en Santiago en 206.000.

Ryanair mantuvo en el 2018 su liderazgo en Lavacolla, donde sigue moviendo a cuatro de cada diez usuarios, pero perdió 1.332. La resta es anecdótica en su volumen, aunque elocuente por el hecho de que la low cost irlandesa no participara de los casi 80.000 viajeros que el aeropuerto ganó el año pasado. De incrementar sus clientes en 91.000 en el 2017, Ryanair ha pasado a cerrar el ultimo ejercicio en negativo. A Vueling le va algo mejor, si bien sus resultados también quedan lejos de los de años anteriores. La que es la segunda compañía en cuota de mercado en Santiago transportó a 5.584 pasajeros más que en el 2017. El dato no sería malo si no se tiene en cuenta que la aerolínea catalana había despachado el año anterior 116.000 billetes más que en el 2016.

La conclusión es que, mientras la terminal compostelana sigue elevando su techo, las dos principales compañías que operan en ella ven cómo pierden peso. En el 2017 coparon el 64,6 % del tráfico, y en el 2018, el 62,9 %. Su supremacía no admite discusión, pero tampoco su merma. Si a estos datos se le suman los de EasyJet (7,25 % de cuota de mercado en el 2018), las aerolíneas de bajo coste siguen llevándose el 70 % de la tarta. La británica, por cierto, mantiene su regularidad en Lavacolla y trasladó a 4.547 pasajeros más durante el año pasado.

En todo caso, la desaceleración que reflejan los registros de las compañías que controlan el grueso de la oferta internacional tampoco invita al optimismo. Corrobora esa ralentización de la demanda de vuelos al extranjero que ha sido la propulsora del aeropuerto en estos años. En el 2018 la venta de billetes para enlaces exteriores creció un 4 %, cuando en el 2017 había repuntado un 15,7 %. En esa diferencia está la competencia cada vez más trascendente del Sá Carneiro de Oporto, pero también el impacto de las propias decisiones de unas compañías que, al menos en Santiago, ahora prefieren llenar los aviones en conexiones que ya están consolidadas antes que contribuir a ampliar el mapa de destinos del aeropuerto.

El aeropuerto viene de alcanzar su tercer récord anual consecutivo. La dinámica de mejorar su techo año a año lleva a minusvalorar una hazaña que, por lógica, será cada vez más difícil de repetir. Por eso este 2019, a falta de nuevos destinos, se presenta como un año para reflexionar sobre lo conseguido y sobre cómo seguir creciendo en el futuro, que no es poco.

El grupo Iberia aportó el 70 % de los pasajeros que ganó la terminal

 

 

Si una compañía se está beneficiando de la expansión de Lavacolla esa es Iberia. El grupo que conforman la matriz (Iberia), su filial de bajo coste (Iberia Express) y Air Nostrum alcanzó durante el 2018 un crecimiento del 11,4 %, el mayor entre las compañías que operan en Santiago. En total, trasladó a 55.881 viajeros más que en el ejercicio anterior. En estas cifras, y no en el tráfico internacional, está la clave del tercer récord consecutivo del aeropuerto, hasta el punto de que siete de cada diez usuarios que ganó fueron aportados por las aerolíneas del grupo Iberia.

Su recuperación es espectacular y tiene en Iberia Express su punta de lanza. El grupo movía en el 2014 a 285.378 viajeros. En los cuatro ejercicios posteriores casi ha duplicado sus cifras, con un aumento de 261.185 clientes. De los 55.881 que ganó en el 2018, 41.717 corresponden a vuelos operados por Iberia Express, que con 448.465 usuarios afianza su posición como la tercera compañía en Lavacolla. En el polo opuesto destaca el caso de Air Europa, que el año pasado vendió 10.337 pasajes menos que en el 2017 y que sigue alejándose de sus mejores ejercicios.