El músico que pone sonido en Holanda

carmen garcía de burgos PONTEVEDRA / LA VOZ

EUROPA

Álex Marban reconoce que la competencia que tuvo en el «Fest!» de este año fue dura.
Álex Marban reconoce que la competencia que tuvo en el «Fest!» de este año fue dura. emilio moldes

Álex Marban, que acaba de ganar por segunda vez el «Fest!», es técnico en una sala de Groningen (Holanda)

26 mar 2016 . Actualizado a las 10:44 h.

«Es la primera vez que me hacen esa pregunta». Álex Marban no sabe en qué momento supo que se iba a «dedicar a la música, o sobre los escenarios o como técnico de sonido», pero sí recuerda perfectamente el día que entró en el Cash&Converters de Pontevedra para comprarse su primera guitarra. «La tengo aquí en casa, conmigo, medio desmontada para aprovechar las piezas que me valían para otras guitarras», reconoce. Es una Epiphone, pero no sabe el modelo. Le costó 100 euros cuando tenía 18 años. Desde entonces ha ido ampliando su «parque guitarrístico» hasta alcanzar las tres eléctricas y una acústica. Excepto la primera, la barata, el resto de instrumentos que maneja son Fender. Manías de músicos, reconoce.

Siete años después de comprarse su primera guitarra, Álex ensaya desde Holanda. Llegó de Groningen dos días antes del concurso-concierto organizado por el local de Música de Pontevedra, el Fest!. Lo hacía con pocas esperanzas de ganar, a pesar de haberse llevado el primer premio en la primera edición, en el 2011. Entonces lo hizo con su primer y único grupo verdadero, The Grave Dolls. Se habían formado hacía apenas unos meses y se lanzaron al certamen solo por probar. Ganaron el premio, que ya entonces era la realización de un clip, y a partir de ese momento comenzaron a tomarse su formación más en serio. Grabaron dos vídeos más y publicaron dos discos que financiaron a través de crowfunding. Se convirtieron en uno de los grupos locales de referencia y dieron más de un centenar de bolos «por toda la península». Pero la emigración llegó para dejar su huella, y se llevó a los otros dos componentes: a uno a Londres a trabajar y a otro a Salamanca para terminar sus estudios.

Tres destinos

Alex se quedó como único miembro original de la banda, que se regeneró con nuevos músicos, pero aprovechó para ir arrancando un proyecto paralelo, el personal. «Eran temas también escritos por mí pero que no encajaban en The Grave Dolls», dice. Y así, en un mes del verano del 2015, él solo, en el local de ensayo, fue grabando su primer y único trabajo en solitario, bautizado como él mismo. Contó con la ayuda de un teclista y un batería, pero como colaboradores. Se lo tomó con calma y con profesionalidad.

Y entonces llegó su novia, Estela, con la noticia que estaban esperando. Había solicitado una beca Erasmus un año antes para terminar sus estudios de Física, y su futuro inmediato sobrevolaba tres destinos: Helsinki, en Finlandia; Uppsala, en Suecia; y Groningen, en Holanda. Así que Álex y la joven ourensana afincada en Sanxenxo viven en este último desde hace siete meses. Sus padres no lo tomaron mal porque era una oportunidad de dar un impulso a su carrera profesional. El joven pontevedrés estudió Sonido en el Instituto Audiovisual de Vigo, pero exceptuando unas prácticas de cuatro meses en un estudio de grabación de Santiago -donde asegura que aprendió mucho-, apenas acumulaba experiencia profesional. En el último año antes de marchar a Holanda solo recibió una llamada para una entrevista de trabajo. No le cogieron.

Tan pronto llegó a Gronenberg comenzó la búsqueda. Un mes después estaba trabajando. Mandó un correo a una de las dos salas de referencia de la ciudad, la Simplon (elegida recientemente la mejor del país) y le respondieron citándolo para una entrevista esa misma tarde. Desde entonces es el técnico de monitores del local. Solo trabaja los fines de semana y, aunque su idea es ampliar la jornada laboral en el futuro, es consciente de la práctica que le está dando este empleo. Y la oportunidad de hacer sonido para bandas como Everlast, del excantante de House of Pain, todo un referente del hip hop de los noventa; o uno de los grupos de moda en Holanda, Kakkmaddafakka -quien le espera a su regreso-, o intérpretes conocidos por sus apariciones en concursos musicales del país neerlandés.

A veces tienen que ayudarle sus padres a llegar a fin de mes. Otras coge su guitarra y sale a la calle para hacerse oír. Allí la gente es mucho más receptiva a la música en espacios abiertos, confiesa, y aún se sorprende de la cantidad de personas que se paran, no solo a escucharle, sino a preguntarle dónde pueden oír algo más de él o a charlar.

Hace apenas unas semanas se dio cuenta de que tenía que venir a Galicia para formalizar unos papeles coincidiendo con la celebración de la quinta edición del Fest!. Envió por Internet los cuatro temas que grabó el verano pasado a sus dos compañeros de formación, miembros de los actuales The Grave Dolls, y se las aprendieron por su cuenta. El día antes del concierto en el Teatro Principal se reunieron y ensayaron dos horas. Ganaron. Y ahora Álex Marban sabe que se queda en Holanda.