Un joven ingeniero de Santiago busca crear el tren del futuro que ni Elon Musk fue capaz
EMIGRANTES A CORTO PLAZO
Mario Padrón participa en un proyecto de una universidad holandesa para diseñar un «hyperloop» que podría llegar alcanzar velocidades de 1.000 kilómetros por hora
27 ago 2023 . Actualizado a las 15:37 h.Exprimir los límites del conocimiento. Esa es la energía que mueve a Mario Padrón Tardáguila (Santiago, 2001). Tras formarse en el Colegio Manuel Peleteiro, el joven compostelano cogió las maletas para recalar en la universidad holandesa de TUDelft, donde se graduó en Ingeniería Aeronáutica y en la que ha dado rienda a su pasión para llegar a donde nadie lo ha hecho antes. Junto a un grupo de unos 40 estudiantes, trabaja en el diseño del tren de alta velocidad del futuro, que se estima que podría moverse a 1.000 kilómetros por hora y que ni el mismísimo Elon Musk, uno de sus primeros promotores, ha sido capaz de llevar a cabo.
«El problema que tienen los trenes es la resistencia del aire, que hace que pierdan velocidad, lo que mismo que les pasa con la fricción con los raíles. El concepto del hyperloop es que se desplacen levitando a través de imanes y que lo hagan dentro de un tubo de vacío». Su rol en el proyecto ha sido el de diseñar los imanes del sistema de levitación y confirma que «logramos que el prototipo no tocase los raíles de ninguna forma y también desarrollamos un algoritmo para que consumiera la menor cantidad de energía posible, unos 50 vatios, menos que una bombilla incandescente».
Relata que de la mano del trabajo participan en el concurso European Hyperloop Week, donde también están empresas reales que buscan ser pioneras en el tren del futuro, como es el caso de Hardt Hyperloop, de Delft; Zeleros, de Valencia; Eurotobe, de Zúrich; o Virgin Hyperloop, de Estados Unidos. El próximo año, Padrón será uno de los organizadores de la competición, donde ejercerá de jefe técnico. El objetivo pasa por «apostar por proyectos innovadores que permitan dar pasos para que ese vehículo pueda funcionar y ser una realidad. Hay cosas que aún no están desarrolladas. Nosotros no somos una compañía, no necesitamos unos beneficios y, aunque haya cosas que al final no funcionen, podemos arriesgar más». Una vez termine las vacaciones, este será su quinto año en Holanda y reconoce que «estoy mejor adaptado, aunque es un nuevo país, con sus costumbres».
¿Cómo acabó allí? «Hace años estuve mirando con un compañero del instituto esa universidad y nos llamó mucho la atención que tuvieran un equipo parecido al nuestro que construyera un coche de carreras eléctrico y me lancé. Hace dos años participé en ese mismo proyecto. Este tenía ganas de probar algo distinto, con libertad para innovar y para empujar los límites del conocimiento». Además del proyecto, Padrón Tardáguila seguirá formándose como profesional gracias a un máster en Space Flight, con el que espera seguir creciendo y aprendiendo. El futuro lo ve lejos, «viajando y conociendo distintos países, pero también en casa. Me veo volviendo a España. Me gusta la vida aquí y la familia también tira mucho». Antes, quiere llegar a dónde ni el mismísimo Elon Musk lo hizo. ¿Quién sabe si el tren del futuro tendrá sello compostelano?