«En Finlandia aprendemos que na escola se ensina a cociñar e planchar»

María Hermida
María Hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

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Profesores pontevedreses se empapan en Helsinki del exitoso modelo educativo finlandés. Les entusiasma la autonomía que se insufla a los niños

19 sep 2022 . Actualizado a las 12:39 h.

Empaparse del exitoso modelo educativo de Finlandia. Ese era el objetivo del viaje que realizaron esta semana cinco profesores pontevedreses que participan en un Erasmus+, liderado por el Centro de Formación e Recursos de Pontevedra (CGR). Tras mucha formación teórica, tenían sobradas pistas de lo que iban a encontrarse. Sin embargo, cuando hicieron visitas a los colegios y observaron cómo se comportan los niños en la calle se quedaron perplejos. Concluyeron entonces que dos son los pilares fundamentales de este modelo: «Educar aos nenos para ser cidadáns e darlles autonomía», dicen.

Ana Velo es la coordinadora de este proyecto de liderazgo educativo. Indica que lo que se persigue es la internacionalización de nuestros colegios. De ahí que se programen estas experiencias para intentar que los profesores se empapen de ideas y que actúen de correa de transmisión con sus compañeros de claustro. Así fue cómo se decidió que viajasen hasta Helsinki cinco profesionales. Se trata de Luis Miguel Velay y Laura Mallou, docentes del citado centro de formación de profesorado de Pontevedra; Elena Ponte, del CEIP Nantes (Sanxenxo); Beatriz Somoza del CEP Riomaior (Vilaboa) y Sandra Pinto, del colegio de Carballedo (Cotobade). Desde allí, nada más de salir de una experiencia en una escuela de Helsinki, hablaban los cinco al unísono con emoción. Es una conversación telefónica con todos ellos en la que se trufa gallego y castellano y se escucha de fondo el sonido de las calles finlandesas.

«O que máis nos sorprende é que se educa ao alumno para ser autónomo, independente e autosuficiente dende moi pequeno. Non se forma un alumno, senón un cidadán», indica Luis Miguel. «En Finlandia aprendemos que na escola se ensina a cociñar e planchar, así como carpintería ou costura. Inclúen a aprendizaxe de moitas habilidades para formar a cidadáns totalmente autónomos», añade Beatriz.

Comprobaron, por tanto, que dedicarle menos horas lectivas a materias como matemáticas, lengua o las demás asignaturas habituales no implica un menor éxito educativo. Y, a ese respecto, señalaron: «Tienen una forma de trabajar totalmente flexible. Es decir, aunque se parte de un programa común, si hay una temática por la que los niños muestran interés el profesor tiene la potestad de enseñarles más cosas sobre esa materia. Son los propios alumnos los que van marcando el camino», indica Laura Mallou.

Observaron también cómo allí las escuelas se vuelcan en mantenerse en contacto con su entorno: «Se programan salidas prácticamente diarias, muchos de las escuelas están rodeadas de parque o bosques y diseñadas, por los propios equipos directivos, para que sea fácil acceder a la naturaleza. Se intenta que los niños sumen experiencias nuevas todo el tiempo», explica Elena con emoción.

¿En qué se traduce esa autonomía que se le insufla a los niños? Cuenta esta expedición de profesores pontevedreses que no dejaron de sorprenderse en las calles de Helsinki, donde comprobaban cómo niños de seis o siete años iban solos al colegio en bicicleta, circulando sin problema en solitario por el carril bici. O cómo rapaces de once años se subían al autobús, pagaban y se arreglaban perfectamente para llegar a sus centros educativos. En ese sentido, también observaron cómo en los colegios se les da una libertad que aquí no existe: «Se un neno necesita comer algo ou beber no medio da mañá faino sen problema. Non está esperando a que sexa a hora da merenda, por exemplo», indica Luis Miguel Velay. 

«Hay sentimiento de grupo»

Sacaron la impresión de que el éxito de este modelo educativo no tiene tanto que ver con los buenos recursos materiales existentes —que también cuentan con ellos y son sorprendentes— como con la idea de que los niños sean ciudadanos autónomos y de que toda la sociedad se implique en su cuidado. «Hay un sentimiento de grupo que se palpa en la calle, es como si todo el mundo tuviese obligación de cuidar a los niños», dice.

Aseguran que esta experiencia también les sirvió para reconciliarse con muchas cosas del sistema educativo gallego. Por ejemplo, indican que en Finlandia asumen ahora como novedad cuestiones relacionadas con la diversidad y con la integración de alumnos con necesidades especiales en la escuela que aquí hace años que se aplican. «Hacemos cosas que están muy bien y que tienen mucho valor, sobre todo en cuanto a la diversidad, pero hay que seguir mejorando», concluyen al unísono desde Helsinki.