Los universitarios extranjeros regresan a los campus gallegos

EMIGRANTES A CORTO PLAZO

Anatole Batard, estudiante francés que cursa un Erasmus en Vigo
Anatole Batard, estudiante francés que cursa un Erasmus en Vigo

Las universidades recuperan estudiantes de intercambio tras el peor curso por el covid. Acogen ya a 875 alumnos de otros países

11 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La irrupción de la pandemia de coronavirus redujo al mínimo los intercambios estudiantiles. Las universidades gallegas también lo acusaron, con un año académico 2020-2021 que batió récords a la mínima tanto en lo que toca a la recepción de alumnos Erasmus como de otros programas bilaterales. La situación empieza a recuperarse este curso. La Universidade de Vigo (UVigo), la de Santiago (USC) y la de A Coruña (UDC) acogen en este primer semestre a 875 estudiantes de intercambio procedentes de otros países.

En la USC ya están yendo a clase 316 alumnos extranjeros. Son más que los que acudieron a los campus de Santiago y Lugo en todo el curso pasado, cuando fueron 211. Proceden de 38 países distintos. Italia, Reino Unido, Alemania, Polonia y Francia son, por ese orden, los que más jóvenes aportan.

La UVigo recibe, en la primera mitad del curso, a 277 estudiantes de intercambio (222 en el campus de Vigo, 30 en el de Pontevedra y 25 en el de Ourense). Ya son más del doble que en el primer semestre del curso 2020-2021 (entonces fueron solo 118) y suponen cerca del 70 % de los que se recibían en los primeros seis meses del curso 2019-2020 (412). La facultad más internacional es la de Filoloxía e Tradución, que acoge actualmente a 82 extranjeros. «A falta dos datos do segundo cuadrimestre, as cifras permítennos ser optimistas. Semella que estamos no camiño de volver á situación pre-pandemia», valora la vicerrectora de Internacionalización, Maribel Doval.que lamenta que algunas universidades europeas todavía tengan muchas dificultades para materializar las estancias de sus estudiantes en el extranjero.

Mayoría de estudiantes europeos

No es el caso del centro del que procede Anatole Batard. Natural de Lorient (Francia), este ingeniero de 25 años cursará en Vigo cuatro meses del máster de Mecatrónica. «Quería salir de mi rutina y conocer gente. Con diez años fui de intercambio a Perú, así que buscaba un país de habla española. Podía elegir México o Galicia. En México solo había clases virtuales, así que opté por Vigo, porque aquí sí puedo ir a clase y encontrarme con otros estudiantes», explica. El coronavirus influyó en el destino elegido, pero en ningún momento le hizo dudar sobre ir a estudiar al extranjero. «En mi país también hay covid, también me puedo contagiar. Es cuestión de tener cuidado, pero nunca miedo», argumenta.

Francia es, precisamente, el país desde el que llegan a la UVigo más estudiantes de intercambio (53), seguido de Alemania (52), Italia (45), Polonia (25) y Turquía (16).

En la UDC estiman que ya han recuperado en torno al 80 % del alumnado de intercambio que tenían antes de que llegara el covid. A falta de saber cuántos estudiantes se incorporarán a clase en el segundo trimestre, ya hay 282 extranjeros en los campus de A Coruña (243) y Ferrol (39). Por países, son Italia, Alemania, Francia, Polonia y Portugal los que más jóvenes aportan. Las facultades con más éxito son la de Filoloxía y la de Economía e Empresa. Desde la institución coruñesa se felicitan por la recuperación de las cifras de movilidad, a pesar de que reconocen que se sigue acusando el efecto del covid sobre los intercambios con países de América Latina.

María Cantanhede, universitaria brasileira que está estudiando en el campus de Pontevedra
María Cantanhede, universitaria brasileira que está estudiando en el campus de Pontevedra

Ajena a esas complicaciones, desde Río de Janeiro hasta Pontevedra viajó María Eduarda Cantanhede. En la ciudad del Lérez cursa algunas asignaturas de Publicidade e Relacións Públicas (en su país estudia Periodismo). Su estancia debía ir de septiembre del 2020 hasta el mismo mes del 2021, pero el covid modificó los planes. «Al final vine en enero, así que pedí permiso para quedarme el primer cuatrimestre de este curso», explica. Con cierta experiencia a su espalda, cree que hacer el intercambio para aprender español fue la mejor decisión. «En Brasil todas las clases eran online, me desgastaba mucho. Aquí el año pasado hubo un modelo mixto, y este es casi todo presencial. Además, aunque las primeras semanas todo estaba cerrado, luego fue mejorando y hasta pude viajar a varias partes de España. Y ahora hasta puedo disfrutar de los bares y la fiesta», comenta.