José Antonio Vilela, de la NASA a benefactor de Cedeira: «Quero crear unha área recreativa e un miradoiro en San Antonio»

ANA F. CUBA CEDEIRA / LA VOZ

ESTADOS UNIDOS

Vilela Rodríguez, junto a la capilla de San Antonio, el lugar que más representa en su vida
Vilela Rodríguez, junto a la capilla de San Antonio, el lugar que más representa en su vida JOSE PARDO

Vive entre Miami y su villa natal y está empeñado en conseguir los terrenos para habilitar un espacio público de disfrute de sus vecinos

11 feb 2023 . Actualizado a las 23:30 h.

Hay sueños que se resisten, y cuantos más obstáculos aparecen en el camino mayor es el ansia por cumplirlos. José Antonio Vilela Rodríguez (Cedeira, 1945) tiene un sueño por el que está empeñado en luchar. Nació en la avenida de Castelao, donde vivió hasta los 16 años, cuando se marchó a Madrid para estudiar Telecomunicaciones. Consiguió una beca para trabajar en la NASA, en Estados Unidos, donde se doctoró en Ingeniería Eléctrica y compaginó la docencia universitaria y la investigación.

Más tarde cursó un máster en finanzas y entró en una compañía de productos farmacéuticos que le llevó por todo el mundo durante tres años. Después se incorporó a Otis, el principal fabricante de ascensores. Y acabó regresando a la universidad y formándose sobre el mercado bursátil, para dedicarse de lleno a invertir en Bolsa. Ahora vive entre Miami y su villa natal, donde pasa largas temporadas.

Ningún lugar en el mundo representa tanto para este hombre como el monte y la capilla de San Antonio. «De pequeno era un relixioso egoísta. Dicía ‘se me pasa isto voulle facer unha novena a San Antonio', en vez de facelo ao revés», cuenta. «A vida foime ben e debo compartir co pobo de Cedeira a sorte que tiven», enfatiza. ¿De qué manera? Su primera acción consistió en financiar las obras de rehabilitación de la capilla de San Antonio. Y hace meses que retomó un viejo proyecto, la creación de un área recreativa y un mirador en torno a la ermita que tanto significa para él.

En realidad, este es el segundo intento, y no cejará hasta lograrlo. Primero, necesita los terrenos, unos 80 ferrados (40.000 metros cuadrados). «Xa está todo arranxado con seis ou sete parcelas, con doazóns dos seus donos ou cambio por outras que comprei noutro lugar», celebra, con especial agradecimiento a quienes han accedido a esta operación.

Pero hay tres herederas de una misma familia y otro propietario reacios a donar, vender, cambiar su finca por otra o ceder los derechos de uso conservando la titularidad. Vilela insiste en que su única intención es conseguir los terrenos, que pasarían directamente a manos del Concello, para habilitar un espacio de uso público y disfrute de todos los cedeireses. «Teño ese soño e espero que non morra comigo», confiesa, abierto a cualquier alternativa que le planteen. «Estou comprometido co pobo», repite, decidido a seguir peleando por su sueño.