El mejor profesor de Utah se llama Rubén y es de Vigo

Olga Suárez Chamorro
Olga Suárez REDACCIÓN

ESTADOS UNIDOS

Rubén Núñez, en el centro, el día de conoció el premio al mejor profesor de secundaria de Utah
Rubén Núñez, en el centro, el día de conoció el premio al mejor profesor de secundaria de Utah

La comunidad educativa de este territorio estadounidense eligió al docente gallego que lleva ocho años enseñando español en Salt Lake City y que ya es un referente para las familias hispanas, que representan el 45 % de los alumnos de su centro

23 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La comunidad educativa española tiene cada año la posibilidad de reconocer el trabajo de aquellos profesores con una forma de enseñar ejemplar, lanzando candidaturas a los premios Educa, que nacieron en el 2017 y que cada año se han ido haciendo más populares. Se trata de un fórmula que se repite en otras partes del mundo y que tiene el objetivo de visibilizar esas buenas prácticas docentes entre la sociedad.

En Utah, un estado norteamericano con vastos desiertos, zonas montañosas y conocido por su amplia comunidad mormona, este año han elegido como mejor profesor de secundaria a Rubén Núñez Gutiérrez, un vigués de 37 años que lleva ocho dando clases de español en un el Eisenhower Jr High, un instituto de la capital, Salt Lake City. Llegó allí en el año 2013 gracias a un programa del Ministerio de Educación para profesores visitantes; eran tres años ampliables a cinco, pero llegado a ese punto, su centro le contrató y consiguió el visado definitivo en el 2019. En este tiempo también completó su formación en la Universidad de Indiana sobre sistemas de codificación para la enseñanza de matemáticas y otras aplicaciones tecnológicas con fines educativos. 

Siempre ha estado vinculado a las clases de español para estudiantes de Doble Inmersión y Cultura hispana, que cobran relevancia en una ciudad con casi un 20 % de emigrantes hispanohablantes. Y en este último curso decidió  darle una vuelta y crear una clase especial de técnicas de estudio dirigida a alumnos emigrantes, sobre todo de origen latino o refugiados de países de Asia y África, y que están aprendiendo inglés: «Muchos no tienen buenas calificaciones porque no hablan ni escriben en inglés y no entienden a los profesores». Actualmente asisten a ella más de 30 alumnos y, dado el éxito, van a seguir ofreciéndola el curso que viene. 

Este apoyo a comunidades vulnerables es una de las labores que han llevado a Rubén Núñez a lograr el Excel Award, un reconocimiento que en Utah otorga la Granite Education Foundation, una organización sin ánimo de lucro, que premia la labor de profesores y educadores en un distrito escolar que incluye 87 escuelas, más de 60.000 estudiantes y más de 7.500 profesores. Esta fundación educativa escoge a 9 profesores de diferentes categorías (infantil, primaria, secundaria, educación especial, administración) y, en su caso, lo logró en la de Secundaria, donde en total son 1.433 docentes.

Rubén Núñez, contento al recibir el premio
Rubén Núñez, contento al recibir el premio

Orgulloso, aunque a la vez humilde, cree que las relaciones de proximidad, respeto y cercanía que tiene con sus estudiantes le han llevado al premio: «En mis clases, mi principal objetivo es que todos mis estudiantes se sientan respetados, escuchados y con confianza para ser ellos y ellas mismos y esto es algo de lo que me siento muy orgulloso».

También reconoce que es un referente para las familias hispanas de su centro, que representan el 45 % del total de alumnado: «He escuchado comentarios positivos acerca de que soy una persona accesible, sencilla y cercana y que busco ayudar en todo lo que puedo». Pero además, su especialización tecnológica también fue clave a la hora de ayudar a sus compañeros cuando la pandemia obligó a adaptar la educación a las clases virtuales: organizó webinars, participó en conferencias y creó materiales online ya desde antes de que comenzara la pandemia. De hecho, este mismo año, la variante ómicron volvió a cerrar las aulas en Salt Lake City durante dos semanas en las que han comprobado cómo la educación a distancia se ha visto reforzada y también la usaron en verano cuando, a causa de una tormenta de nieve, tuvieron que cerrar las aulas.

Rubén se siente muy agradecido por el premio porque, aunque lo ha recibido en el 2022 lo ve como un «reconocimiento a un trabajo bien hecho durante años». Reconoce que ha habido momentos duros después de clase, en verano, vacaciones y fines de semana; cuenta que «ser profesor aquí excede las paredes del aula, ya que te conviertes en un referente para la comunidad»; estudiantes, profesores y familiares acuden a pedirle consejo con temas escolares y extraescolares y lograr el premio le anima a «seguir trabajando y querer mejorar en mi trabajo como educador. Me siento querido y valorado».

Y es que también en Utah es la comunidad educativa la que propone a los candidatos al Excel Award: los cien más nominados recibieron un aviso en diciembre y tuvieron que entregar una memoria sobre su trabajo. Después, seleccionaron a veinte y comenzó un período de observaciones en el aula: «Durante el mes de febrero vinieron representantes de la Fundación, de las Juntas Escolares y de la propia escuela a observarnos dando clase, sin anuncio previo». En total, siete visitas de una hora donde le observaban, hacían preguntas a sus estudiantes y una entrevista personal final a él mismo. El pasado 21 de marzo y por sorpresa, más de cien personas entraron en su clase con música, globos y un gran cartel anunciando el premio: «Fue una sorpresa genial para mi y para mis alumnos y durante varios días estuvieron muy emocionados».