De Galicia al mítico MIT para atacar a las superbacterias con virus

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN

ESTADOS UNIDOS

J. A. P.

Bruno Rodiño regresará a Estados Unidos, desde el Chuac de A Coruña, para investigar la terapia de fagos, la alternativa a los antibióticos para combatir una de las grandes amenazas para la salud pública mundial

09 oct 2019 . Actualizado a las 19:52 h.

Bruno Rodiño Janeiro es, como tantos otros investigadores, un trotamundos de la ciencia. A este biólogo molecular, que acaba de recibir un programa Marie Curie de la Unión Europea para trabajar en el grupo de Microbiología del Chuac de A Coruña, le espera a sus 37 años un nuevo reto por delante. Como parte de su contrato, en agosto partirá a Estados Unidos para investigar durante dos el Instituto Tecnológico de Massachussetts, el mítico MIT. No le resultará algo ajeno, ya que había estado previamente en este centro durante un año cuando estaba contratado en el hospital Vall D'Hebron de Cataluña con una beca Sara Borrel.

Pero ahora le espera un desafío mayor: desentrañar el ADN de las superbacterias para identificar sus mecanismos de defensa contra los virus. Solo si se descubre esta vulnerabilidad podrá ser efectivo uno de los tratamientos más prometedores contra la amenaza de las superbacterias resistentes a antibióticos, uno de los grandes problemas mundiales de salud pública que podría llevar a la muerte de una persona cada tres segundos en el 2050 si no se encuentran nuevas alternativas terapéuticas.

La terapia de fagos, en la que los virus atacan a las bacterias, es una de las que presenta mayor potencial. De hecho, ya se ha probado con éxito en algunos casos en Estados Unidos. Pero aún queda un enorme trabajo por delante para que pueda ofrecer todo su potencial. Y aquí es donde entra en juego el trabajo que Bruno Rodiño realizará en el MIT.

«Las bacterias -explica- tienen sistemas antivirus, como los ordenadores para defenderse de los ataques. Algunos son capaces de romper estos sistemas de defensa. Y eso es que lo que pretendemos averiguar mediante el análisis de ADN de las bacterias: descubrir dónde están sus defensas e identificar con qué virus podemos atacarlas con éxito». No es un desafío menor, aunque Rodeiro Janeiro se muestra esperanzado. «Tenemos -advierte- un mundo por descubrir para saber cómo funcionan estas defensas, que es algo que aún está muy poco explorado». En esta investigación trabajará en el MIT con Martin Polz.

Las terapias con fagos que se empiezan a aplicar son aún muy poco selectivas. Los clínicos manejan un cóctel de virus que lanzan de forma indiscriminada contra las bacterias sin saber muy bien si van a funcionar o no. Pero para saber si el ataque vírico va a tener éxito es necesario realizar primero cultivos con muestras de cada paciente, con lo que se pierde un tiempo precioso del que no siempre se dispone. De lo que se trata ahora es de identificar exactamente qué virus son realmente efectivos contra las superbacterias. «Para ello es necesario primero -insiste el investigador- conocer cuáles son exactamente los mecanismos de defensa que tienen las bacterias para poder hackearlos».

Bruno Rodiño se formó como biólogo en la Universidade de Santiago. Luego trabajó en el hospital compostelano y más tarde en el Laboratorio Europeo de Biología Molecular, en Grenoble, desde donde pasó al hospital Vall D'Hebrón. Y de ahí al MIT, adonde ahora regresará previo paso por el Chuac de A Coruña, que podría ser su última estación de destino.