«Soy hija de emigrantes e hice la emigración al revés»

D. Casas REDACCIÓN / LA VOZ

ESTADOS UNIDOS

MARCOS MÍGUEZ

Reputada directiva de la consultora Interbrand, Nancy Villanueva acudió hace unos días a Galicia en el marco de la presentación del informe Best Global Brands, que analiza las marcas más valoradas del mundo. Viajó a su tierra materna, a la que sus padres retornaron hace unos años desde la emigración a EE. UU., y a los que ella visita desde Madrid -donde reside con sus dos hijos-, ya con doble nacionalidad, cuando sus responsabilidades se lo permiten

09 dic 2018 . Actualizado a las 05:09 h.

Nancy Villanueva (Nueva York, 1970) derrocha entusiasmo cuando retrotrae sus recuerdos a los veranos de su infancia en Louro (Muros). Ahí se generó ese arraigo que la llevó, con 31 años, a dejarlo todo en EE. UU. y confirmar que sus verdaderas raíces eran las españolas. Empezó de nuevo, pero con una formación cualificada, el equivalente a Administración de Empresas en la especialidad de Márketing por la Boston College, bajo el brazo y el respaldo laboral de haber trabajado para dos grandes multinacionales.

-¿La decisión de venir a España, con 31 años, se debió a razones personales o profesionales?

-Soy hija de madre gallega y de padre argentino; aunque mis cuatro abuelos son gallegos, los paternos de Ourense. Soy hija de emigrantes y he hecho la emigración al revés. Mis padres se conocieron en Nueva York, donde nos criaron a mis dos hermanos y a mí. Yo fui la primera en cruzar el charco de vuelta a la tierra de mi madre y luego me siguieron mis hermanos. Acabamos todos viviendo en Madrid y mis padres en Galicia, aunque el pequeño está en Nueva York de nuevo. El vínculo familiar ha tenido mucho que ver. Quería probar vivir aquí porque culturalmente me sentía más cercana a la gente española. Mis padres emigraron por necesidad. Yo lo hice por capricho.

-¿Ese recorrido cultural lo ha reconfirmado?

-Totalmente. Tengo doble nacionalidad. Cuando llegué me di cuenta de que aquí había mucho talento, pero la gente no se lo cree. No sé que nos hacen en EE. UU., que nos incorporan un chip de que aunque no seas tan bueno, te lo crees y lo sabes vender. Aquí me gustaría que la gente se lo creyese más.

-Está en España, pero trabaja para una empresa norteamericana.

-Es circunstancial. Vine con un pacto de una multinacional con la que trabajaba. Resolví mis problemas personales y volví al mercado laboral con una pyme española con la que estuve dos años. Después me llamó Interbrand. ¿Les he gustado por ser americana o eso me ha ayudado? No lo sé. Lo que sí sé es que el inglés es fundamental y me ha favorecido mucho. El mundo se ha vuelto muy pequeño y global.

-Interbrand eligió Galicia para difundir su último ránking de las empresas más valoradas por la fortaleza de Zara.

-Sin duda. El informe que presentamos es de las 100 marcas más valoradas, pero cada dos años analizamos el contexto español y varias marcas de Inditex sobresalen. Con estos estudios queremos hacer entender qué han hecho estas empresas para crecer en valor cada año y qué se puede aprender de las nuevas enseñas que se incorporan.

-¿Y qué valor tiene Galicia en este escenario?

-Destaca por su diseño fino, muy artístico. Quizás por la influencia de Inditex. Es una comunidad en la que nos gustaría muchísimo trabajar porque hay grandísimas marcas. Un potencial tremendo.

Villanueva cree en el potencial de Galicia. MARCOS MÍGUEZ

«un día le dije a mi tía: ‘quiero ir a sachar’. y me llevó»

el detalle

«Mi vida es caótica, mis dos hijos son independientes a fuerza de mi trabajo, pero Galicia es mi mayor afición, es la que me transmite la paz cada vez que vuelvo». Su arraigo a la tierra materna está fuera de toda duda para esta norteamericana que tampoco renuncia al país que la vio nacer. Sin embargo, se rinde a los valores de aquellos veranos de su infancia. «Hablo de Galicia y pienso en el mar, en la playa... Da igual que sea verano o invierno porque no es tanto lo que visualizo como el sentimiento que llevo dentro». Cree que Louro, a donde han regresado sus padres, todavía conserva la esencia de aquellos años de vacaciones en donde la ropa se llevaba en cestas a lavar en el lavadero público y los depósitos estaban en lo alto de las casas como suministro de agua. «Un día le dije a mi tía: ‘quiero ir a sachar’. Y me llevó».

«Como profesional, he crecido como mujer igual que si hubiese sido un hombre»

Hablo de Galicia y pienso en el mar. No es tanto lo que visualizo como el sentimiento que llevo dentro»

Quizás esa huella que la formación norteamericana le ha imprimido sobre la preeminencia del talento le hace tener una visión diferente sobre la discriminación profesional entre hombres y mujeres. Y ello, pese a haber conocido las dificultades de conciliar después de criar sola a sus dos hijos.

-¿Cuál es su visión de la mujer en los cargos de responsabilidad?

-Hace un año asistí a una ponencia sobre la mujer en los niveles de poder. El mensaje de las otras cuatro ponentes era diferente al mío. Yo no lo compartía porque nunca me he sentido en inferioridad de condiciones respecto a un hombre. Yo veo el talento o el perfil de lo que busco.

-¿Aún en el mundo árabe en el que trabaja?

-Llevo el negocio de la consultora para Oriente Medio y recibo un trato y un respeto reseñable en ese mundo. Valoro a la persona, al margen de su condición. Aunque es cierto que hay personas que por sexo, religión, etnia o nacionalidad sienten discriminación en algún momento.

-Pero las estadísticas sobre la posición de la mujer directiva son una realidad.

-Sin duda, estoy de acuerdo. Pero yo, como profesional, he crecido como mujer igual que si hubiese sido un hombre, aunque entiendo que todavía queda mucho camino por recorrer en materia de igualdad. En las reuniones de directivos, la mayoría son hombres y en muchas ocasiones yo soy la única mujer. En el mundo de la alta dirección sigue predominando la figura masculina.