Los siete minutos de terror del gallego que coordina el aterrizaje de un robot en Marte

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

ESTADOS UNIDOS

NASA

El ingeniero de la NASA Fernando Abilleira es uno de los responsables de evitar que se frustre el amartizaje del vehículo Insight

24 abr 2019 . Actualizado a las 13:48 h.

Fernando Abilleira cruza los dedos a miles de kilómetros de distancia de Galicia. No está nervioso, pero sí expectante y deseoso de que llegue el momento. Tiene ante sí, como ingeniero en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (Pasadena-California) una enorme responsabilidad como subdirector de Operaciones de Vuelo de la misión Insight de la NASA, que a las nueve de la noche intentará hacer aterrizar en el planeta rojo el primer robot que se encargará de estudiar su geología y tomar la temperatura interna del astro.

Fernando Abilleira, que lleva 14 años en la NASA, con la imagen del robot que aterrizará el lunes en Marte
Fernando Abilleira, que lleva 14 años en la NASA, con la imagen del robot que aterrizará el lunes en Marte

Cualquier error en el ángulo de entrada de la nave podría significar que la misma se evapore literalmente o rebote fuera de la atmósfera, quedando a la deriva en el espacio. La entrada en la delgada atmósfera de Marte y posterior aterrizaje será un momento crítico. Es lo que la NASA conoce como los siete minutos de terror. Y, pese a sus éxitos, la agencia tiene razones para la cautela, ya que el 60 % de este tipo de misiones suele fracasar. La última, hace dos años, fue la del robot europeo Schiaparelli.

«La fase de entrada, descenso y aterrizaje es tremendamente compleja. El vehículo entrará en la atmósfera de Marte a unos 20.000 kilómetros por hora y, en unos 6,5 minutos, tendrá que desacelerar a unos 8 kilómetros por hora de forma totalmente autónoma para posarse de forma segura en la superficie», explica Abilleira, de origen gallego y con familia en Sanxenxo. «Hemos hecho -añade- millones de simulaciones para asegurarnos de que el vehículo va a operar de forma correcta, pero aterrizar en Marte no es sencillo». El ingeniero es uno de los encargados de que las actividades que ejecuta el equipo de operaciones desde el lanzamiento hasta el aterrizaje se realicen de forma correcta. «Me siento afortunado -dice- de formar parte de un equipo con tanto talento».

Más que nervioso ante el reto inminente, Fernando Abilleira espera con ansia la llegada del momento. «El equipo -asegura- está deseoso de llegar a Marte. En las últimas semanas hemos corregido la trayectoria, hemos verificado el estado de los instrumentos y hemos comprobado que todos los subsistemas del vehículo están en la configuración necesaria para la entrada, descenso y aterrizaje». Todo, aparentemente, está controlado para evitar el mínimo fallo.

El robot, si todo sale bien, aterrizará en una superficie plana, desde donde no se moverá durante toda su misión. Desde ahí desplegará un taladro y un sismógrafo para estudiar, por primera vez, el interior profundo de Marte, información que ayudará a conocer cómo se formaron los planetas rocosos como la Tierra.