El renacer del Ría de Ferrol para avistar ballenas por el Mediterráneo: «Este velero me hizo libre para dedicarme al mar»

Patricia Hermida Torrente
Patricia Hermida FERROL / LA VOZ

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Sergi Rodríguez Basolí con Nirvana, a bordo del Ría de Ferrol
Sergi Rodríguez Basolí con Nirvana, a bordo del Ría de Ferrol Sergi Rodríguez Basolí

El ingeniero Sergi Rodríguez Basolí compró en 2019 este emblemático trincado gallego, último de su especie, y lo dedica al ocio sostenible por la costa catalana

31 ene 2024 . Actualizado a las 09:45 h.

Aquellos veleros que surcaban como estrellas la ría de Ferrol forman parte de la memoria dorada de la comarca. Pero alguno sigue más vivo que nunca, sobre todo el que lleva precisamente el nombre de esta zona. El Ría de Ferrol se construyó en 1949 en Pontedeume. Y setenta años después, Sergi Rodríguez Basolí experimentó un amor a primera vista al encontrárselo en el puerto de Ferrol. Natural de Granollers (1984), con padre gallego de Foz, vivía en ese 2019 por la costa de Lugo mientras se sacaba los títulos náuticos. «En Ferrol hacía las prácticas y al bajar al puerto me lo encontré, era muy bonito: una réplica de los antiguos trincados», recuerda. Se lo compró a César Bedoya, que lo había restaurado en los años 80: «Y este barco me hizo libre para dedicarme al mar, y avistar ballenas por el Mediterráneo».

El barco Ría de Ferrol saliendo de Barcelona
El barco Ría de Ferrol saliendo de Barcelona Sergi Rodríguez Basolí

Ahora Sergi R. Basolí lo dedica al ocio sostenible en Mar a la Vista, como capitán de un buque que transporta viajeros interesados en la biodiversidad del litoral de Barcelona y Costa Brava. Siempre acompañado por su perrita Nirvana. Estos veleros de madera se dedicaban «al transporte de arena y otros materiales hasta los años 20». Pero en el caso de Ferrol, los lancheros que recogían y llevaban arena de la ría siguieron activos hasta 1966. Sergi desconoce si efectivamente su Ría de Ferrol (el último de su especie) tuvo actividad arenera, «sé que fue auxiliar de puerto y que me dio pena llevármelo de Galicia». El proyecto conservacionista de este joven ingeniero también entusiasmó a Bedoya. Sergi le aportó un extra de mantenimiento, «para la navegación fácil y segura de los pasajeros».

Avistamiento de delfines desde el Ría de Ferrol
Avistamiento de delfines desde el Ría de Ferrol Sergi Rodríguez Basolí

La nueva vida del Ría de Ferrol, que conserva su primer nombre, se inició con «avistamientos de ballenas ante Barcelona (la primera salida fue muy emocionante) porque migran de forma natural hasta un kilómetro de la costa».

Espectacular imagen del velero Ría de Ferrol por el Mediterráneo
Espectacular imagen del velero Ría de Ferrol por el Mediterráneo Sergi Rodríguez Basolí

Las rutas del velero son las siguientes: «De febrero a junio aprovechamos la migración del rorcual común y vemos todo tipo de fauna marina, como tortugas, delfines, tiburones, peces luna, atunes... en Barcelona».

Sergi Rodríguez Basolí, a bordo del Ría de Ferrol con su perrita Nirvana que lo acompaña en todos los viajes
Sergi Rodríguez Basolí, a bordo del Ría de Ferrol con su perrita Nirvana que lo acompaña en todos los viajes Sergi Rodríguez Basolí

Y el resto del año «cuando el rorcual común se va, que es el segundo animal más grande del mundo, navegamos a la Costa Brava por las calas de Calella de Palafrugell». Mantiene tanto el nombre como una bandera gallega en el mástil. «Se nota su espíritu marinero del norte de Galicia, es un barco hosco y duro de madera bien resistente», explica Sergi. Y celebra que cuando la gente ve este trincado, último de su especie en navegación y con doce metros, exclama: «¡Ahí va un barco gallego!».