Fallece Rodolfo Ares, un bilbaíno nacido en Galicia que dirigió el socialismo vasco durante 20 años

Luís Pousa Rodríguez
Luís Pousa REDACCIÓN / LA VOZ

ESPAÑA EMIGRACIÓN

Fotografía de archivo (3 de noviembre del 2013), del socialista Rodolfo Ares, quien fue consejero de Interior del Gobierno vasco, que ha fallecido este jueves, a los 68 años.
Fotografía de archivo (3 de noviembre del 2013), del socialista Rodolfo Ares, quien fue consejero de Interior del Gobierno vasco, que ha fallecido este jueves, a los 68 años. LUIS TEJIDO | EFE

Fue consejero de Interior en el gobierno de Patxi López y colaboró de forma decisiva en el fin del terrorismo etarra

26 ene 2023 . Actualizado a las 22:44 h.

«La grandeza de la democracia y del voto popular de la ciudadanía permite que un niño que nació en una pequeña y humilde aldea gallega y se crio en un barrio muy humilde de Bilbao pueda ser consejero de Interior». Así resumía en mayo del 2009 para La Voz un emocionado Rodolfo Ares su peripecia vital desde que vino al mundo en Pena do Souto (Riós, Ourense) hasta que desembarcó en el primer Gobierno no nacionalista del País Vasco.

Rodolfo Ares Taboada (1954), que este jueves falleció en el Hospital de Basurto, dejó con solo trece años su Pena do Souto natal para instalarse con su familia en el barrio bilbaíno de Otxarkoaga, feudo de la clase obrera que emigraba desde el resto de España para trabajar en la industria vizcaína. Allí se hizo socialista —se afilió al PSOE y a UGT en 1977— y, tras estudiar maestría industrial, saltó a la política.

Ares se curtió primero como concejal en el Ayuntamiento de Bilbao, donde desde el área de urbanismo contribuyó a la regeneración de la ría. Pasó por la Diputación de Vizcaya y por el Parlamento autonómico y, en 1995, se convirtió en el número dos del PSE, que entonces dirigía Nicolás Redondo Terreros. Permaneció en el puesto cuando Patxi López se hizo con las riendas del partido y siguió como secretario de organización hasta el 2014. Dos décadas en la sala de máquinas de los socialistas vascos, durante las cuales dirigió la campaña que llevó a Patxi López a ser el primer lendakari no nacionalista.

Vivió los años de plomo de la violencia etarra en el País Vasco. Objetivo prioritario de la banda, llevó escolta durante más de tres décadas y la Guardia Civil llegó a incautar una copia de la llave de su portal en manos de los terroristas. Como consejero de Interior (2009-2012), colaboró estrechamente con el entonces ministro Alfredo Pérez Rubalcaba en el cerco final a ETA y, junto a Jesús Eguiguren, participó en las conversaciones con el entorno aberzale —fue denunciado por reunirse con Batasuna— que desembocaron en la renuncia definitiva de la banda al terrorismo.

En el 2014 abandonó junto a Patxi López la dirección del PSE, pero no dejó del todo los engranajes del partido y fue vicecoordinador de la campaña de Pedro Sánchez en diciembre del 2015. Los últimos años los dedicó a la Fundación Ramón Rubial, de la que era vicepresidente.

Viudo desde hacía dos años, tenía dos hijos y era un devoto aficionado del Bilbao Basket.

Volvía todos los veranos a Riós. «Los bilbaínos nacemos donde nos da la gana y yo nací con mucho orgullo en una aldea de Galicia», recordaba.