«Busco la historia de mi abuelo Mariano Novío, fotógrafo en Betanzos»

Anabel Sánchez Novío tiene 61 años y vive en Alicante. Desde allí intenta recomponer la historia de su abuelo, Mariano Novío Otero, nacido en San Juan de A Riba (A Baña) alrededor de 1880 y al que no llegó a conocer. Busca a mil kilómetros de distancia porque su abuelo fue fotógrafo en Betanzos. Esta auxiliar administrativa lleva los últimos diez años intentando darle forma y añadir enlaces a un árbol genealógico en el que hay muchos espacios en blanco. La muerte de sus padres fue el punto de inflexión para querer conocer más de sus orígenes.

Logró saber que sus bisabuelos eran José Novío, de San Juan de la Riba, y Agustina Otero, de San Cristóbal de Corneira. Además, que Mariano tuvo tres hermanas que también nacieron en San Juan: Josefa, en 1881; Dolores, en 1883, y Baltasara, en 1888.

No sabe dónde se conocieron sus abuelos —ella, María Morillo da Cal, era de A Pobra de Trives—, pero sí que viajaron a Cuba a partir de 1900, y el 26 de febrero de 1908 tuvieron en La Habana a su primer hijo, que también se llamó Mariano. Cuando el niño tenía un mes tomaron el vapor Alfonso XIII para regresar a España y se asentaron en Betanzos, donde tuvieron cuatro hijas: María Amanda, María Teresa, Ana y Mercedes.

Allí Mariano Novío ejerció como fotógrafo en la Rúa Travesa 29 hasta su fallecimiento en 1939, consecuencia de una tuberculosis. «Sé que ya estaban pasando hambre por la guerra, aunque mi abuela era de familia de posibles, pero, según me contó una tía, a mi abuela la desheredaron por casarse con mi abuelo», comenta.

Mariano tuvo estudio, pero también cubría eventos, llegando a inmortalizar en Betanzos la proclamación de la II República, y publicó en periódicos de la época, entre ellos La Voz de Galicia o El Pueblo Gallego. «Mi madre me contó que iba por los pueblos haciendo fotos», apunta Anabel, que revela que ella conserva dos de sus postales. Era un producto que tenía gran aceptación en aquella época, y Novío reflejó en estas estampas de la Ciudad de los Caballeros tanto a vecinos como lugares, entre ellos O Pasatempo.

Su oficio se lo transmitió a su hijo Mariano y llegó a su nieto Carlos. «Yo solo estuve en ese estudio una vez, con cámaras antiguas en las que metías la cabeza, ahora no me queda familia en Betanzos», comenta Anabel. En su investigación no logró hallar de su abuelo ni el certificado de nacimiento, ni el de boda, tampoco su expediente militar, aunque rastreó en el Archivo Histórico de Santiago, en el de As Mariñas y en publicaciones en las que mencionan su trabajo. Sabe que su abuela se fue a Asturias, donde murió en los sesenta. Las cenizas de Mariano se trasladaron también allí.

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