Aritz Sertucha: «Nunca fui morriñento, pero me da pena que mis hijas no se críen en Riazor»

ESPAÑA EMIGRACIÓN

Ariz Sertucha.
Ariz Sertucha.

El coruñés de raíces vascas, hijo de una leyenda del Dépor, presenta mañana en A Coruña su primer álbum en solitario

22 nov 2021 . Actualizado a las 22:38 h.

Existe en España una creciente escena de música country y folk americano que tiene en Galicia uno de sus bastiones. Un ejemplo, aunque sea de refilón, es el caso de Aritz Sertucha, coruñés de raíces vascas (hijo de una leyenda del Dépor) que hace años cambió el pulpo por el jamón y se fue a Extremadura, donde grabó dos discos con el grupo Milana y ahora su primer álbum en solitario, Cuando suba el río. Lo presenta mañana en la coruñesa sala Mardi Gras junto a otro coruñés con querencia por los sonidos del desierto: Luis Moro.

­—¿Supone este debut en solitario el fin de Milana?

—El problema es que en Milana somos seis músicos, y cada uno tiene su visión y sus expectativas de vida diferentes, lo que hace que la cosa se complique en cuanto entran en juego las familias, los trabajos... Pero Milana no ha muerto, sigue ahí. De hecho hemos montado un sello discográfico este año, Milanamúsica Records, con el que hemos editado mi disco.

—En el sello cuentan, entre otros músicos, con el vigués Óscar Avendaño, los cedeirenses Los Eternos o el coruñés Luis Moro, todos buceadores de la música de raíces americana. ¿Hay una conexión atlántica o algo así con la otra orilla?

—Es curioso, pero es así. Quizá se deba a que somos todos más o menos de la misma generación, y creo que ha sido una evolución natural de todos los que veníamos del rock el terminar en esta música.

­—¿Ha cambiado algo en su sonido en este nuevo disco?

—Me despego un poco del country y me voy más hacia el folk indie americano. Quizá lo impone la temática de las canciones, son más íntimas que las que he compuesto para Milana y les pega más ese sonido.

­—Hay canciones en el disco, como «Noroeste» u «Hogar», que desprenden morriña a raudales.

—Totalmente. Aunque por suerte no tuve que sufrir las penurias que tuvieron que pasar nuestros emigrantes, escribí Hogar en primera persona, basándome en mi propia historia, con eso de «me marché en septiembre por un mes y creo que han pasado al menos cuatro años ya». Es lo que me pasó. Y Noroeste es un canto a Galicia, como decía el otro. Nunca fui morriñento, pero con el paso de los años y desde que tengo a mis hijas, que me da pena que no se críen en Riazor como yo, cada vez tengo más morriña.

­—Comparte cartel con Luis Moro.

—Nos conocemos desde hace muchísimo. Jugábamos juntos al fútbol en A Coruña, en el Ural, cuando éramos críos. Y aunque estuvimos muchos años sin vernos nos volvimos a encontrar hace un tiempo y nos pusimos a hablar de música, nos mandamos los discos que había grabado cada uno e incluso llegué a organizarle algún concierto acústico por Extremadura.