Ferrol pierde a Diego Gómez Blanco, un humanista que siempre llevó en su corazón el mar y la ciudad

Ramón Loureiro Calvo
RAMÓN LOUREIRO FERROL / LA VOZ

ESPAÑA EMIGRACIÓN

JESUS GARCIA TABOADA

Pintor y arquitecto técnico, falleció ayer en Fuerteventura a los 75 años de edad

07 nov 2021 . Actualizado a las 17:36 h.

Ferrol, que tal vez no sea la más grande de las ciudades del mundo, pero que no se parece a ninguna otra, que está donde Europa comienza y que es al mismo tiempo tierra y mar, perdió ayer a Diego Gómez Blanco, uno de sus ciudadanos más queridos. A un verdadero artista, de inmensa generosidad y de una sensibilidad exquisita, que habitó siempre el convencimiento de que pocas cosas pueden ser más importantes que hacer mejor la vida de quienes te rodean. Pintor y arquitecto técnico, Diego falleció en Fuerteventura. Tenía 75 años de edad. Y podría parecer, dicho esto, que terminó sus días lejos de Ferrol, pero no es cierto, porque Ferrol siempre fue con él. En especial Ferrol Vello, que es ese lugar lleno de mil magias que, a pesar de todos los avatares de la historia, conserva intacto el espíritu de las grandes navegaciones, y el afán de buscar siempre lo que está más allá del horizonte.

Diego, que había cursado en Sevilla la carrera de aparejador, pintó mucho —era un excelente acuarelista, que brilló sobre todo en el paisaje—, expuso muy poco y, como técnico, participó en todo tipo de proyectos, entre ellos la rehabilitación de varios monasterios gallegos. Siempre sonreía. Y nunca hablaba de sí mismo. Toda su vida fue una permanente defensa del bien común y una constante entrega a los demás. Deja tras de sí un vacío que no será fácil de llenar.