José Ángel Nicolás Ávila: «El nivel de la ciencia española es altísimo, pero con pocos medios»

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

ESPAÑA EMIGRACIÓN

José Ángel Nicolás, delante de la sede del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares, donde trabaja
José Ángel Nicolás, delante de la sede del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares, donde trabaja

El científico carballés ha descubierto un sistema de limpieza celular que mantiene el corazón sano

31 dic 2021 . Actualizado a las 14:27 h.

José Ángel Nicolás Ávila (Carballo, 30 años) es, desde febrero, doctor en Biociencias Moleculares por la Universidad Autónoma de Madrid. Sigue trabajando (ahora como investigador posdoctoral) en el Centro Nacional de Investigadores Cardiovasculares (CNIC), que dirige Valentín Fuster, dentro del grupo de Andrés Hidalgo. Y acaba de publicar, junto a colegas de equipo, en la prestigiosa revista Cell un trabajo sobre su descubrimiento de un sistema de limpieza celular que es clave para mantener el corazón sano. 

-¿Qué significa ese descubrimiento de la limpieza celular?

-Nuestro trabajo ha puesto de manifiesto que las células más importantes del corazón (los cardiomiocitos) necesitan el apoyo de unas células inmunitarias (los macrófagos) para reciclar sus productos de desecho. Además, cuando eliminamos los macrófagos o estos tienen defectos, los cardiomiocitos empiezan a acumular material dañado en su interior resultando en una disfunción cardíaca. La colaboración entre distintos tipos celulares para desempeñar una función es algo bastante común a nivel biológico, pero hasta ahora se creía que todas las células desempeñaban sus labores de limpieza de forma autónoma. El descubrimiento de este proceso en el corazón es, por tanto, algo muy novedoso y con múltiples implicaciones. Por mencionar una: la posible existencia de procesos similares para mantener la calidad de células especializadas en otros tejidos como el cerebro o el músculo esquelético.

-¿Qué uso se le puede dar?

-Aunque este es un trabajo de investigación básico, la aplicación traslacional más inmediata es que algunas de las muchas enfermedades cardíacas de causa desconocida puedan tener su origen en el fallo de poblaciones inmunitarias en lugar de los cardiomiocitos. Esto es algo que pretendemos estudiar en un futuro cercano en colaboración con hospitales y empresas privadas.

-Publicar en «Cell» es un gran logro.

-Publicar en una revista de la talla de Cell es algo muy complicado, puesto que solo aceptan los trabajos más novedosos y de mayor calidad experimental. A nivel personal, la mayor satisfacción de haber publicado en Cell es que esto me asegura que el trabajo va a llegar a gran parte de la comunidad científica (tanto fuera como dentro de mi campo), aumentando su repercusión. Este trabajo ha nacido de mi proyecto de tesis, pero para alcanzar el resultado final he tenido la suerte de contar con la ayuda de múltiples expertos de todo el mundo (Europa, Asia y EE.UU.). Por tanto, ha sido un trabajo colectivo con un resultado maravilloso.

-¿Cree que este tipo de investigaciones colocan a la ciencia española en un lugar del que a veces nos olvidamos?

-El nivel de la ciencia que se hace en España es altísimo, considerando los medios de los que se dispone. Es una pena que no se potencie más.

-Pasan los años, pero la duda sigue: ¿es posible dedicarse a la investigación puntera sin tener que emigrar?

-Sí, pero con muchas dificultades. En cuanto a inversión en ciencia, España está muy por debajo de la media europea. Además, casi todos los puestos de trabajo carecen de estabilidad. Esperemos que la creación del nuevo Ministerio de Ciencia e Innovación y la situación causada por el covid-19 ayuden a que España se replantee el valor que da a sus científicos.